EQUIPO CREATIVO:
Guión: Stan Lee
Dibujo: Jack Kirby
Entintado: Paul Reinman
SINOPSIS:
La Patrulla-X celebra su inesperada fama, pero una nueva amenaza aparece en el horizonte: el Desvanecedor. El Profesor X convoca a sus alumnos para tratar de detener al criminal, el cual sospechan que puede ser un poderoso mutante. ¿Podrán los jóvenes alumnos de Charles Xavier hace frente a un rival que cuenta además con el apoyo de todo el mundo del hampa? ¡La Patrulla-X necesitará entrenar muy fuerte y el apoyo de su mentor para vencer en este nuevo reto!
En la portada aparece un pequeño sello indicando "In the sensational Fastastic Four style!", haciendo referencia a que sus autores son los mismos que los de la Primera Familia. Estamos en el Universo Marvel: el mayor universo de ficción de la historia.
Primera aparición del Desvanecedor y de Fred Duncan, el aliado de Charles Xavier en el Departamento de Asuntos Especiales del FBI.
Se nombra a la escuela como "Escuela del Profesor Xavier para Jóvenes Talentos". Es la primera vez que se la denomina de esta forma.
Primera aparición de la Sala de Peligro. Se trata de una sala de entrenamiento creada por Charles Xavier para potenciar las habilidades de los alumnos. Ha sido mejorada con el tiempo, añadiendo incluso tecnología de más allá de nuestro mundo.
El Profesor-X interviene por primera vez en una batalla ante la imposibilidad de que sus alumnos venzan a su oponente. Se trata de un hecho que más adelante en esta época se convertiría en recurrente.
RESEÑA:
Los alumnos de Charles Xavier acuden a la llamada de su mentor. En la ciudad cada uno trata de encontrar un medio para llegar hasta la Escuela, pero algunos de ellos se pierden por culpa de su recién adquirida popularidad. Así, el Ángel se ve asaltado por un grupo de mujeres que desean su autógrafo, para ser salvado posteriormente por Jean Grey. Por su parte El Hombre de Hielo y Cíclope ayudan a unos obreros que se muestra agradecidos, para finalmente encontrar un vehículo que les llevará a las puertas de su legendario hogar: el siempre socorrido carrito de los helados.
Ya en casa Xavier expone mentalmente la situación: el Desvanecedor, un misterioso criminal, ha atracado el Banco Nacional Metropolitano haciendo gala de unas habilidades sospechosamente mutantes. Xavier no lo duda y quiere enviar a su Patrulla-X tras él, pero antes es necesario un entrenamiento intensivo. Tras unos primeros intentos, el Profesor-X descubre a sus alumnos la Sala de Peligro. Cada uno de ellos se entrena potenciando una de sus habilidades.
Mientras, el Desvanecedor aparece dentro del gran edificio del Pentágono y pone en jaque al ejército de los Estados Unidos. Lo hace, simplemente, para demostrar que es capaz de eso, poniendo en alerta a la autoridades. Con ello, el Desvanecedor se gana un puesto de honor entre el hampa.
La Patrulla-X completa su entrenamiento justo cuando Xavier conecta con Fred Duncan, su enlace dentro del FBI. El Departamento de Asuntos Especiales, con Duncan a la cabeza, está de acuerdo en el peligro que conlleva el Desvanecedor y autoriza a la Patrulla-X a desligarse y actuar en su nombre. Ponen incluso a su disposición una nave de última tecnología.
Gracias a ella, el equipo mutante llega justo a tiempo: el Desvanecedor ha iniciado su asalto al Pentágono. Pero el entrenamiento de la Patrulla-X no es suficiente. Uno a uno los adolescentes caen ante las artes del criminal. Los X-Men son humillados ante toda la nación y el pueblo se pregunta si alguien será capaz de detener al villano.
Los alumnos de Xavier se impacientan, pero el Profesor lo tiene claro. Ha descubierto, gracias a unas grabaciones de última tecnología, el secreto de los poderes del Desvanecedor y acompañará a sus alumnos a Washington. Allí, en las puertas de la Casa Blanca, tiene lugar el enfrentamiento final entre la Patrulla-X y el grupo criminal del Desvanecedor.
Pero todo concluye en segundos: Charles Xavier, el mutante más poderoso del mundo, borra la mente del criminal, haciendo que olvide la razón por la que estaba en ese lugar. Los hombres del Desvanecedor no pueden hacer nada ante las habilidades de la Patrulla-X que deja todo en manos de las autoridades y se marcha protegiendo a su líder.
VALORACIÓN:
Segundo número del que estaba llamado a ser el "patito feo" de la Casa de las Ideas en su primera década de existencia. Stan Lee y Jack Kirby habían creado a la Patrulla-X como representación de la marginalidad de la Norteamérica de 1963, pero ese concepto apenas aparece en estas páginas.
Para empezar, sorprende que los héroes sean tratados como tal, adorados por público en sus hazañas y hasta por mujeres guapas por la calle. Los periódicos son igual de chaqueteros que en otras series: si lo hacen genial son los héroes de América; si lo hacen mal son "humillados". No se si en realidad esto en el fondo es una crítica de Lee y Kirby a los medios de comunicación, es algo que llevo dándole vueltas un tiempo, esa caricatura que realizan tanto en esta serie como en otras del periodismo y del sensacionalismo (máximo exponente en ocasiones: J. Jonah Jameson). En este sentido me encanta que parezca que el hampa está más organizada en realidad que el ejército o que las fuerzas de seguridad, aunque Xavier hace como de punto de unión entre lo que está fuera de la ley y lo que está dentro, todo mediante ese personaje, Fred Duncan, que yo conocí en el coleccionable de la Patrulla-X de Forum en un pequeño resumen que venía en su primera entrega. Tardaría aún en ver a Duncan en acción de la mano de otras reediciones.
Decía, hace unas líneas, que las chicas se tiraban en brazos de los personajes, especialmente del Ángel. Pero la que no se tira encima de ninguno es Jean Grey: en estas páginas se demuestra la utilidad de sus poderes, pero sigue siendo representada como la "bella dama", que no se debe esforzar o cansar por el mero hecho de ser mujer. Ya lo he dicho en ocasiones, incluso la representación de las mujeres que hacía Lee era un poco arcaica para la época, pero lo de Jean Grey es de traca. Sus poderes aparecen como mera forma defensiva, sus diálogos son escasos. Es, incluso, la primera en caer en la pelea con el Desvanecedor, ante un "gas soporífero", de ese que tanto gusta a Lee, y que ahora causa más risa que otra cosa, viendo la historia que ha seguido Jean Grey en el cómic e incluso la historia cambiada que estamos viendo de Jean Grey en las páginas de La Nueva Patrulla-X.
Si bien la marginalidad no se ve reflejada, sí lo hace esa idea de héroes jóvenes, de héroes adolescentes buscando un lugar en el mundo. Por un lado, Lee y Kirby exponen bien el carácter "teenager" de todos ellos, su impetuosidad y sus ganas de hacer cosas. Derrochan energía, van corriendo a todas partes y, por si fuese poco, su profesor tiene que sacarles las castañas del fuego. Un elemento que conecta bien con ese ambiente teen es el humor. Especialmente llamativo en este aspecto es el tratamiento del Hombre de Hielo. Realmente Lee y Kirby juegan muy bien con el estado "helado" primigenio del personaje, tanto en los diálogos con los obreros como luego en el gag del coche de los helados. Hoy en día, un humor de ese estilo, tan "tontorrón", sería impensable. De hecho, hoy en día el Hombre de Hielo va más enfocado hacia su vertiente de "ligón" que otra cosa. Es, en cierta forma, otra muestra de la inocencia de estos primeros capítulos de la serie (y en general de todas), y de que estamos en un contexto, en una época, muy diferente a la actual.
Dejando a un lado el análisis de tratamiento de personajes y el argumento, lo cierto es que este número respecto al primero es un tanto insatisfactorio, o al menos a mi me lo ha parecido. No resulta tan impactante como el origen del equipo y el ataque de Magneto y algunas secuencias parecen metidas con calzador para rellenar. Pasamos de un villano llamado a ser el contrapunto de Xavier en la serie a un tipo que, si bien logra mostrar lo que puede ser capaz un malvado mutante, no deja de ser un "secundario" incluso dentro de esta historia, y que, además, a la larga nunca ha logrado verdadera atención, más allá de ser creación de Lee y Kirby en la génesis del Universo Marvel. De hecho, el verdadero villano aquí es un Charles Xavier que usa sus poderes de una forma para nada ética, y que no se corresponde con las enseñanzas que está tratando de inculcar a sus alumnos. Alumnos que por juventud o inexperiencia no son capaces de decirle nada a su maestro.
Ahí se ve en cierta forma la evolución coherente que ha tenido la Franquicia Mutante, pues al crecer estos personajes, con el paso del tiempo, si hemos visto que este y otros acontecimientos se han vuelto en contra de la Patrulla y con razón. Y que en cierta forma son también el germen de los dos bandos en los que está dividido el equipo de unos años para aquí.
