EQUIPO CREATIVO (1ª Historia):
Guión: Stan Lee.
Dibujo: Jack Kirby.
Entintado: Dick Ayers.
EQUIPO CREATIVO (3ª Historia):
Guión: Stan Lee - Larry Lieber.
Dibujo: Larry Lieber.
Entintado: George Bell.
SINOPSIS (1ª Historia):
El Hombre Gigante continúa su entrenamiento, intentando atrapar a un robot, de su creación, que imita los poderes del Trompo Humano, pero los resultados no son demasiado satisfactorios. Mientras, el Trompo Humano pone en marcha un plan en el que primero hace explotar un viejo barco en el muelle. Esto llama la atención de la policía y del Hombre Gigante, que cuando se dispone a salir para investigar es sorprendido por una legión de fans de la Avispa. Tras librarse de los fotógrafos y admiradores, salen al encuentro del Trompo Humano que, una vez más, deja en ridículo a Pym y su compañera. Poco después, se descubre que el villano ha robado unos planos que pretende vender a los comunistas, aunque desconoce que están obsoletos. Aprovechando que tiene vigilancia sobre los comunistas infiltrados, interceden sus comunicaciones para enterarse del lugar y la hora del intercambio. Primero atrapan a los comunistas, y después los sustituyen para encontrarse con el Trompo Humano, al que, previamente, le han preparado algunas trampas.
A la hora fijada, Pym va de incógnito al intercambio, dando una sorpresa al villano que, como en anteriores ocasiones, se da a la fuga. Pero esta vez, el Hombre Gigante está preparado, ya que han vallado toda la manzana. Una vez arrinconado el villano, Pym lo golpea y lo atrapa. En esta ocasión, se ha puesto pegamento en los guantes para evitar que se vuelva a escapar.
SINOPSIS (3ª Historia):
La Avispa visita hospitales de veteranos y casas de huérfanos, a los que entretiene narrándoles cuentos. Janet narra la historia de Rack Morgan, un piloto espacial mercenario, que no tiene ningún escrúpulo en ir contra las normas establecidas. Un buen día, aterriza en el planeta Draconius pese a los avisos de mantenerse alejado del planeta por el peligro de los Hombres Demonio. Al aterrizar en el planeta, descubre grandes piedras de oro que traslada a la nave. Cuando regresa descubre que los Hombres Demonio tienen la habilidad de transformarse en cualquier cosa que atraiga a sus presas, como en esta ocasión, que se han transformado en piedras de oro, lo que ha sido su perdición.
Por fin encuentra el Hombre Gigante la forma de atrapar al Trompo Humano
La Avispa tiene un casco nuevo, el primero de los muchos cambios de vestuario que efectuará con el tiempo.
DATOS IMPORTANTES (3ª Historia):
Descubrimos la faceta de narradora de cuentos de la Avispa.
RESEÑA (1ª Historia):
Tras quedarnos con la miel en los labios al final del número anterior, volvemos con la segunda parte del primer enfrentamiento con el Trompo Humano. En la primera página, apenas avanza la trama, ya que nuestro protagonista continúa su entrenamiento, aunque esta vez ha creado una especie de androide para sus ejercicios.
Ya hemos hablado en alguna ocasión como Pym se había ganado el respeto de sus compañeros en la comunidad científica. También hemos visto como inventaba lo que algún día llamaríamos Partículas Pym. Incluso se disputa con Reed Richards la creación de las famosas moléculas inestables. Pero ahora, tras sorprendernos con la creación de una sala de entrenamiento y diversos artilugios, se nos muestra su faceta de creador de robots. Esta nueva faceta puede parecer algo intrascendente, pero todos los que conocen al personaje saben que no lo es. Estamos ante un antepasado lejano de uno de los mayores enemigos de los Vengadores. Señoras y señores, les presento a la génesis de Ultrón. Como no tiene la capacidad de hablar, os dejo con la conversación posterior de los protagonistas, tras su fracaso en atrapar al simulacro del villano.
Aunque en este número, la angélica Janet está un poco más calmada, nos suelta esta perla del romanticismo que da vergüenza ajena. Por favor, que llegue pronto la liberación de la mujer. Desgraciadamente, un par de páginas después la situación se repite. El amor incondicional es lo que tiene. Cuanta falta hace aquí un Roger Stern...
Ahora le toca el turno al villano de la historia, que tiene el honor de necesitar dos números para ser atrapado, algo insólito en aquella época y, sobre todo, en esta colección. Ni Cabeza de Huevo consiguió durar tanto. Pero en este segundo asalto, el personaje da un giro en su comportamiento. Ya no es un simple delincuente que quiere robar, ahora pretende hacer daño al mundo, en una especie de mezquina venganza. Ahora es cuando entran en escena los socorridos comunistas. En esta ocasión, Larry Lieber no es el responsable...
Pero a pesar de estar en el primer mes de una década que, a la postre, resultaría muy fructífera para el Universo Marvel, tenemos nuestro momento bizarro. Y es que en dos números el espacio sobra por todos lados y hay que llenarlo con algo. Así, antes de que nuestros protagonistas salgan en busca de su escurridizo enemigo, llaman a la puerta del cuartel general del sin par dúo. Primero hay que pensar quién es la lumbrera que pone un timbre en un laboratorio secreto, segundo por qué es del dominio público y tercero de dónde salen una legión de admiradores de como esa.
Más allá de lo anticlimático de la situación, algo que no molesta en absoluto a Janet, la situación resulta un poco ridícula. Pero más ridículo aún es que Pym los aturde con su enorme vozarrón. En fin, parece que la Avispa pierde su oportunidad de ser famosa, al menos por el momento.
Llega la hora de la verdad, el Hombre Gigante va a descubrir si todo su entrenamiento ha servido para algo...
Pues yo diría que no. En definitiva, hemos tenido varias páginas viendo como entrenaba para nada. Creo que es la primera vez que veo a un superhéroe en una situación tan confusa. Da la sensación que cualquier problema de índole intelectual es fácil de solucionar, pero cuando entramos en el terreno físico, la cosa cambia. Además, parece que seguimos arrastrando cierto problema de adaptación a su nuevo tamaño. Una vez más, Pym mete la pata, y lo digo en sentido literal.
La situación se vuelve más caótica cuando la Avispa intenta detener al villano en una acción desesperada.
Hay quien dice que esta escena es el germen de la obsesión enfermiza que desarrollaría posteriormente el villano sobre Janet. A mí me parece un poco exagerado, la verdad. A quién no le gusta agarrarse a una chica guapa mientras se resbala. Pues eso, diría que son habladurías, sobre todo teniendo en cuenta que consigue escapar, y en esta ocasión entonando una canción.
De no haber leído el número anterior diría que el villano de estas páginas es otro totalmente diferente. De golpe y porrazo se vuelve alguien locuaz, incluso un poco cantarín, y decide hacer tratos con los comunistas. También padece una prepotencia algo exagerada. Casi parece que ambos números fueron escritos por dos personas diferentes. Seguro que nuestro amigo (que no de los comunistas) Lieber andaba por allí cerca, así que quién sabe.
Volviendo al problema central, el Trompo Humano sigue libre y, en esta ocasión, está dispuesto a vender información al enemigo de los americanos con tal de conseguir algo de dinero. Como héroes de reputación intachable, se reúnen con las autoridades para trazar un plan.
Si la famosa canción decía que llovían hombres, nuestra querida Janet aspira un poco menos y se conforma con pequeño cuarto repleto de testosterona. En fin, que le vamos a hacer, si no tiene remedio la muchacha...
Por primera vez, Pym utiliza la cabeza para pensar en esta historia, de dos partes, y comienza a trazar un plan para detener, de forma efectiva, al villano giratorio. Como estamos en plena Guerra Fría, nadie se puede extrañar que los comunistas sean vigilados por el gobierno. Tampoco resulta extraño que tras servir a su propósito sean detenidos por confabuladores. Quizá lo lógico sería pensar por qué estaban libres, pero será mejor dejar las especulaciones para otro momento.
Todo está listo para el enfrentamiento final y, añadiría, definido. La trampa es bien sencilla: se atrae al villano a un espacio vallado previamente, del cual no puede escapar.
Y yo que tengo la sensación que ni los autores sabían como detener al villano...
Eso sí, ver a Pym saltar de tejado en tejado como si fuese Tarzán, no tiene precio. Que conste que es él mismo el que se autodenomina así. Un científico ávido de aventuras, ese es nuestro Pym de la época.
Tras diversas carreras preliminares, llegamos al momento más esperado por todos: Pym le arrea un puñetazo al dichoso Trompo Humano, que lo inmoviliza lo suficiente para agarrarlo. No me puedo creer que hasta ahora nadie pensara en darle un buen mamporro al villano. Con ese tamaño poco tenía que hacer. Pero el truco está en la escena final. En todas las ocasiones anteriores, el villano se escapa tras ser detenido, ya que su velocidad hacía imposible retenerlo en las manos. La solución de nuestro genio científico es untarse pegamento en los guantes, algo que no sabemos en que momento lo ha hecho, porque no se ha quedado pegado a nada durante la pelea. Por lo menos, Janet es afortunada, ya que se quedará pegada a su hombre durante un buen rato. No hay mal que por bien no venga.
Por último, volver a recalcar que estamos ante una colección de cambios; una colección siempre a la moda. La gran responsable de eso es nuestra querida Janet, que le gusta cambiar de modelito constantemente. En esta historia, aunque pasa bastante desapercibido, tenemos el primer cambio. La Avispa cambia el casco de su disfraz por uno bastante similar. Este será el primero de los muchos cambios que nos esperan en la estética del personaje. Porque, no lo olvidemos, a nuestra protagonista le gusta ir a la moda.
VALORACIÓN (1ª Historia):
A diferencia de la primera parte, la historia se desinfla un poco en este número. Los enfrentamientos con el Trompo Humano resultan cansinos. Mi sensación es que la historia se ha estirado demasiado. Además, la introducción de los tópicos comunistas o la horda de fans tampoco es que ayude demasiado. Se pierde la frescura inicial, en detrimento del resultado global. Por otro lado, tenemos una gran ausencia de fondos durante los enfrentamientos. En ocasiones parece que pelean en medio de la nada. Veo a un Kirby más apagado que en el número anterior. Una lástima, porque la historia prometía, pero el desenlace no me ha convencido demasiado.
RESEÑA (3ª Historia):
No se vayan todavía, porque aún hay más.
Aunque nos faltaría la música de fondo, como en aquellos dibujos de la Warner, es mi forma de llamar la atención sobre un complemento que a partir de este número se incluye en la colección. Tras atravesar el medio centenar de entregas, la colección acoge en su recta final una serie de relatos donde la tónica es similar a los que ya se estaban publicando. Intriga, terror y ciencia-ficción, o todo mezclado, en la misma historia. Son los últimos coletazos de la era Timely/Atlas en convivencia con la naciente Era Marvel.
Como ocurriera con la famosa revista Creepy, Eerie, o los relatos de terror de ECC. Se elige a un personaje como presentador, de forma que nos introduzca en la historia y nos despida de ella. Y como en las series mencionadas, siempre hay una especie de moraleja final, típica de estas historias, que mediante la terrorífica ficción intentaba enseñar algo de corte moral o social.
Mientras Thor tenía sus Tales of Asgard, aquí comienza Tales of the Wasp, un serial presentado por una chica guapa, lo que introducía una novedad importante en este tipo de recurso tan utilizado.
Cinco páginas son más que suficientes para que Janet nos relate una historia que nada tiene que ver con Marvel y que nos adentra en el lejano año 2000, donde los viajes estelares están a la orden del día. Y yo que sigo viajando en coche...
La historia no es más que una forma moderna de contar el famoso cuento de: "¡Que viene el Lobo!". Rack Morgan un piloto espacial, capaz de hacer cualquier cosa, menos hacer caso a las leyes y las normas. Su ambición le lleva a un planeta, en el que el oro no es lo que parece.
Y así, se despide Janet hasta el mes que viene.
VALORACIÓN (3ª Historia):
Una historia simple, con un dibujo algo tosco de Lieber. Lo que se dice una historia bastante simplona, donde poco se puede decir que no se haya dicho ya. Quizá, poniéndose en la situación histórica podríamos valorarla algo mejor, pero en definitiva, una historia entretenida sin más. También tengo que reconocer, que tras haber leído muchos relatos similares tengo el cuerpo hecho a ellos. Apenas me sorprenden, pero tampoco rechazo su lectura. Su corta extensión ayuda mucho, pero advierto que no son relatos que el público en general sea capaz de aguantar.
