TALES OF SUSPENSE #43 (julio 1963)
por Victor Dolz



EQUIPO CREATIVO:
Argumento: Stan Lee.
Guión: Robert Bernstein.
Dibujo: Jack Kirby.
Entintado: Don Heck.

SINOPSIS:
El túnel de viento de la fábrica de Anthony Stark pierde el control generando una corriente huracanada. Tras recibir un aviso del guardia de seguridad, Tony se viste con su armadura de Iron Man, y logra detener el viento actuando él mismo como ventilador humano para contrarrestarlo. Una vez solucionado el problema, se persona como Stark para observar los desperfectos. En ese momento un guardia y un científico presentes en la sala desaparecen, y, a continuación, el propio Tony es capturado por un material irrompible que provoca que desaparezca a través del suelo sin que nadie pueda ayudarle. Tony desciende hasta un reino subterráneo conocido como Inframundo, cuya dirigente, Kala, le recibe. Kala explica a Tony que planea invadir la superficie y le ha secuestrado porque necesita de sus conocimientos sobre transistores para que diseñe un método de transporte para sus pesadas armas. Tony decide aceptar, para ganar tiempo, y pide trabajar a solas en un laboratorio, lo que le hace quedar a ojos del guardia y del científico capturados como un traidor. Antes de dirigirse al laboratorio charla con Baxu, general del ejército de Kala que se opone a la conquista de la superficie. Tony le insta a convertirse él en dirigente del Inframundo. En el laboratorio, Tony logra crear una réplica de su armadura que emplea para destruir las defensas de Kala y capturarla, tras lo cual se desplaza con ella a la superficie. Una vez allí, Kala comienza a envejecer rápidamente. Comprendiendo que su pueblo no está preparado para las condiciones atmosféricas de la superficie, se rinde y pide a Iron Man que la lleve de vuelta a su reino. Kala da por terminados sus planes de conquista y accede a liberar a sus prisioneros, mientras Iron Man le sugiere que se case con Baxu para traer una nueva era dorada al Inframundo. Tras ello, Iron Man regresa a la superficie.

EDICIONES ESPAÑOLAS:
  • Biblioteca Marvel: Iron Man #1

    DATOS IMPORTANTES:
  • Primera aparición de Kala y el reino que gobierna, el Inframundo.

  • RESEÑA:
    Nueva entrega de Iron Man y la última dibujada por el Rey, que se despide de las aventuras de Iron Man en solitario con un número que, afrontémoslo desde el comienzo, no hace más que reciclar ideas que hemos visto con anterioridad en este proyecto de reseñas.

    Acompañándole a las tintas tenemos a Don Heck, incapaz de desligarse de su personaje predilecto.


    Hasta ahora, todos los números han comenzado de dos maneras posibles, o bien con un repaso a las distintas facetas de la vida privada de Tony Stark, o bien con el héroe desbaratando algún crimen, salvando a gente del desastre. En este caso, tenemos lo segundo, ya que, repentinamente, el panel de control de velocidad del túnel de viento en Industrias Stark explota y un viento huracanado comienza a sembrar el caos en la fábrica. Con el tiempo, esto acabaría volviéndose un día normal para la empresa, llena de incidentes, saboteadores y peleas con supervillanos, pero a estas alturas aún no estaban acostumbrados. El vigilante de seguridad llama rápidamente a Stark, que disfruta de un rato de asueto en una elegante bata, y el vengador dorado se pone manos a la obra enseguida. Su armadura plegable y actuar como un ventilador humano (¡!) para contrarrestar los efectos del túnel de viento (¡¡¡!!!) es todo cuanto necesita para poner fin a la crisis en un momento. Y segundos después, se aleja con paso firme, sin marearse ni un poco después de girar como una peonza... desde que volvió de Vietnam este hombre está hecho de otra pasta.


    Una vez todo está en calma, Tony se dirige al lugar de los hechos para no levantar demasiadas sospechas (que Iron Man se vaya y aparezca él no significa nada, claro), ataviado con sombrero y fumando en pipa a pesar de sus problemas de salud.

    Es curioso como en estos primeros años todo genio que se precie debe aparecer fumando en pipa al menos una vez. Los puros de Furia, La Cosa o Jonah Jameson son ya legendarios y hasta hace muy poco una característica más de estos personajes, pero científicos, médicos o profesores como Richards, Stark, Banner, Blake o Xavier fueron paulatinamente dejando de lado el hábito de la pipa. Lo que perdieron en sofisticación lo ganaron en salud, esperemos.


    Y tras mis divagaciones piperas, entramos de lleno en la historia, puesto que justo tras la llegada de Stark comienzan a producirse unas sorprendentes desapariciones. El guardia de seguridad y un científico parecen desaparecer en el aire sin dejar rastro, y Tony es el siguiente. Lo único que, al parecer, por ser quién es, él no desaparece sin más, sino que es atrapado por una especie de prisión de cristal que comienza a atravesar el suelo.

    Personalmente, me encanta, y asusta, la reacción de los presentes cuando todo eso ocurre. Como podemos ver, primero se sacan unos martillos de la nada, quizá marca Acme, y, a continuación, otro de los guardias decide probar suerte disparando a bocajarro. Podrían haber pasado un montón de cosas verdaderamente terribles, como que la bala atravesara el material e impactara en el propio Stark, o que este desapareciera dejando al multimillonario atravesado en el suelo. Glubs...


    Una vez concluye el trayecto de nuestro protagonista por el subsuelo, aterriza en una extraordinario reino subterráneo conocido como el Inframundo, el cual está dirigido por una implacable reina llamada Kala.

    Aquí me gustaría detenerme a hacer un par de reflexiones. En primer lugar sobre las villanas. Hasta el momento hemos visto tan solo una supermalosa poniendo en apuros a uno de nuestros héroes, concretamente al Hombre Hormiga en Tales to Astonish #36. Kala es la segunda de una lista que no se extendería mucho más a lo largo de los 60. La Viuda Negra, la Bruja Escarlata o Medusa aparecerán en este proyecto más adelante como enemigas de nuestros héroes, pero, absolutamente, todas ellas acabarán cambiando de bando y luchando con las fuerzas del bien... algo que ni por asomo veremos con el Mago, Cabeza de Huevo o Loki. Está más que claro que el papel de las mujeres en esta naciente Era Marvel no va más allá del interés romántico o la pertenencia a un supergrupo, y es una verdadera lástima. Tan sólo la Encantadora sobrevivirá a los 60 como villana de entidad y de armas tomar.

    Y el segundo tema del que quería hablar tampoco ayuda a que Kala pueda consagrarse. Como decía al inicio de la reseña, estamos ante un número que recicla ideas. Y la de un reino subterráneo que planea invadir la superficie ya está más que sobada a estas alturas tras los debuts del Hombre Topo y Tyrannus. Para su desgracia, Kala tiene todos los ingredientes para acabar siendo una villana olvidada, y como pasara con el Hombre Milagro, no volvería a las páginas de un cómic Marvel hasta muchos años después.


    Pero de momento, seguimos estando en su debut y se nos ofrece una explicación algo curiosa para la existencia del Inframundo. Se trata de una parte del legendario reino de Atlantis, que se hundió bajos las aguas unos 20.000 años atrás, pero que logró mantener a sus habitantes con vida gracias a un domo que permitía el paso del aire y poco más. Durante milenios, el reino ha continuado hundiéndose más y más hasta su localización actual. Es significativo que se haga mención a Atlantis pero no se relacione aquel glorioso reino con el pueblo perdido de Namor, ni aquí ni posteriormente.

    Sea como sea, Tony ha sido secuestrado por orden de Kala para... bueno, para lo mismo que lo hizo Wong-Chu en su momento: poner su brillante mente a su servicio y ayudar al Inframundo a acceder a la superficie. Su ejército ha creado poderosísimas armas, pero que deben pesar un quintal y medio y no hay manera de que las suban para arriba, algo que los afamados transistores de Stark podrían solucionar.


    Tony, que no es tonto, decide que lo mejor es ganar tiempo y accede a ayudar a Kala pidiendo un laboratorio e intimidad, quedando de paso como un traidor a la humanidad ante los ojos del guardia y el científico, que siguen secuestrados.

    De camino al laboratorio, logra hacer buenas migas con Baxu, general de los ejércitos del Inframundo, quien no se muestra muy convencido con la idea de invadir la superficie. En este momento, Stark comienza a comerle la cabeza para que se rebele contra Kala, o al menos que se case con ella, y trate de ayudarla a reinar sabiamente. ¿Alguien estaba contento de ver a una mujer no ya como villana, si no como reina? Pues da igual, ya tenemos aquí la dosis obligada de machismo, dejándola por los suelos como dirigente más allá de sus intenciones…


    Como si de un antecesor de MacGyver se tratara, Tony logra construir una réplica exacta de su armadura, en el laboratorio, con los materiales de los que dispone. No sólo le incorpora sus trucos habituales, también le da tiempo a pintarla igual que la original. Baxu es el primero que se cruza en su camino, y tras "explicarle" que Stark ha escapado hasta la superficie mientras no miraban (¿Cómo? Quién sabe...) para avisarle, logra convencerle definitivamente de que debe ser él quien gobierne.

    A continuación, tiene lugar la obligada batalla del número, que tras diez páginas ya iba siendo hora. Un rayo desintegrador, al que acaba desintegrando, unas peligrosas llamas que transforma en bloque de hielo, gracias a unas partículas químicas, y unas balas atómicas, que resultan inofensivas gracias a los omnipresentes imanes, son poco obstáculo para un Iron Man más versátil que nunca.


    A falta de dos páginas de relato la cosa se descontrola un poco. Primero Iron Man confunde a Kala de una manera bastante extraña y de la que nunca más se volverá a saber: lanza unos espejos que general múltiples ilusiones de él mismo. Gracias a ello, logra atraparla y usando unas, atención, tenazas atómicas transistorizadas logra llegar con ella a la superficie, en un santiamén, atravesando capas y capas de roca. G-U-A-U.

    La conclusión, sin embargo, es mucho más convincente. Tras tanto tiempo viviendo atrapados bajo un domo a tanta profundidad, la fisiología de los habitantes del Inframundo no está preparada para las condiciones de la superficie, y la piel de Kala comienza a ajarse a un ritmo frenético mientras se debilita. La reina implora a Iron Man que la devuelva a su mundo para recuperar su juventud y vigor, y el héroe lo hace, propiciando, además, que su deseado enlace entre Kala y Baxu se haga realidad.

    No sabemos cómo ha adivinado Tony que le pasaría eso a Kala, pero yo, visto el tono que estaba empezando a tomar la batalla, agradezco bastante ese final, la verdad. Al final, todos son felices y comen perdices... al menos hasta la próxima.

    VALORACIÓN:
    Número muy simplón, que puede resultar entretenido por sí mismo, pero que pierde muchos puntos al reciclar ideas vistas con anterioridad como es la de un peligro subterráneo que quiere apoderarse de la superficie. El despiporre de habilidades y trucos que tiene Iron Man en estos inicios puede echar para atrás a más de uno, pero yo ya estoy acostumbrado. Y por último, un nuevo tirón de orejas para Lee y compañía, haciendo gala de un machismo que no tiene razón de ser en la historia, aunque ya hemos visto, y veremos, cosas peores (y a veces siendo una sola frase). Lo mejor, para mí, es el apartado artístico, con una combinación entre el dibujo de Kirby y el entintado de Heck, que da como resultado un estilo algo inusual, combinando lo mejor de ambos autores. A destacar, esta vez sí, todo el detallismo que ofrece el Rey en todas las viñetas que se sitúan en el Inframundo.



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