EQUIPO CREATIVO:
Guión: Stan Lee - Jack Kirby (no acreditado)
Dibujo: Jack Kirby
Entintado: Dick Ayers
SINOPSIS:
Acompañado del resto de los 4 Fantásticos, la Antorcha Humana lee en un periódico una comparación entre él y el Hombre de Hielo, miembro de la Patrulla-X. El grupo comienza a hablar sobre ellos y a elucubrar si algún día les conocerán, pero Johnny finaliza la conversación mientras se marcha a una cita en un crucero con su novia Dorrie. Mientras tanto, en la base del equipo mutante, el Hombre de Hielo ve desesperado cómo la mayoría de sus compañeros tienen citas con Jean salvo él. Para tratar de animarle, el Profesor-X le insta a visitar Nueva York y disfrutar de las vistas. Bobby le hace caso y decide embarcar en el mismo crucero que la Antorcha. Una vez en la ciudad, un atasco impide que Bobby pueda zarpar en el barco, pero empleando sus poderes de hielo logra generar una pértiga con la que salta y alcanza el navío. Una vez en él, comienza a buscar chicas a las que acercarse, pero para su desgracia todas están acompañadas. Apoyada en una barandilla encuentra a Dorrie Evans, con quien trata de entablar conversación, pero la joven le dice que está acompañada por un chico sin igual. Entonces llega Johnny, provocando que Bobby se aleje educadamente, no sin antes enfriar los refrescos de la pareja para gastarles una pequeña broma. Justo en ese momento, el barco es asaltado por el Capitán Barracuda y sus secuaces, piratas que inutilizan la radio de a bordo y exigen a los pasajeros que les entreguen todo su dinero y pertenencias. Los dos héroes adolescentes presentes activan sus poderes y comienzan a combatir a los asaltantes, luchando codo con codo por primera vez. El Capitán Barracuda logra zafarse de ambos empleando su inteligencia para volver sus poderes en su contra, pero rápidamente los superhéroes se recuperan y logran atrapar a todos sus esbirros. Comprendiendo que tiene las de perder, Barracuda decide huir en su bote llevando con él a Dorrie como rehén. La Antorcha sigue el bote durante unos metros, incapaz de acercarse sin que su novia resulte herida por Barracuda. Sin embargo, el Hombre de Hielo logra crear un iceberg que emerge de las aguas deteniendo y dejando atrapado al villano. Johnny recoge a su chica y regresan al barco. El Hombre de Hielo comprende que ya no tiene nada más que hacer allí y se marcha creando placas de hielo sobre el agua. A bordo, Johnny y Dorrie se preguntan qué habrá sido del Hombre-X.
En este número tiene lugar la primera aparición del Capitán Barracuda, cuyo nombre real no es revelado.
RESEÑA:
"¡La Antorcha Humana conoce al Hombre de Hielo!".
Bueeeeeno... Puede que no suene tan impactante como "El combate del siglo" entre la Cosa y el increíble Hulk que acabamos de vivir, pero sin duda es un pasito más en la cohesión del Universo Marvel y, sobre todo, en la promoción e integración del más reciente grupo de la editorial.
Lo cierto es que hasta ahora la Patrulla-X está siendo un poco tímida y sus miembros o bien se pasean juntos en un breve cameo o prefieren hacer apariciones en solitario. Tras ver al Ángel aleteando por la colección de Iron Man, toca el turno de que el más joven mutante conozca a su equivalente de los 4 Fantásticos. Fuego y hielo... una idea demasiado suculenta, esto era inevitable.
La historia comienza como se inician la mayoría de estos relatos. Generalmente el héroe protagonista lee un artículo o ve una noticia en televisión sobre el otro tipo en mallas con el que va a encontrarse en breve. En este caso se trata de Johnny Storm, que ve con estupor cómo en la prensa llaman al Hombre de Hielo su equivalente congelado, en un reportaje que narra la nada amistosa visita de la Patrulla-X a Santo Marco.
Pero tampoco le da demasiada importancia al tema, porque enseguida sale disparado y contento a pasar una agradable velada con su querida Dorrie Evans, en esta ocasión a bordo de un crucero que bordeará Manhattan.
Por su parte, el resto de compañeros de los 4 Fantásticos, ya habituados a pasar por estas páginas aunque sea sólo a saludar, comentan que les gustaría conocer personalmente al grupo mutante. Por suerte, no tardarán mucho en hacerlo...
Aunque esa es otra historia para otro momento. Ahora mismo lo que nos importa se cuece en la Escuela del Profesor Xavier para Jóvenes Talentos. En este caso, la aparición del resto de miembros del grupo no es ni completa. Cíclope y Bestia ni aparecen ni se les espera, y Ángel y la Chica Maravillosa lo hacen en una triste viñeta para plantear la situación que dará pie al ansiado encuentro entre adolescentes.
Básicamente, Jean y Warren han quedado, lo que provoca la frustración de Bobby, que ve cómo el rubiales o Scott siempre se le adelantan a la hora de conseguir las atenciones de la pelirroja...
Sí, habéis leído bien. Y probablemente estaréis igual de extrañados que yo. Que el Ángel es el ligón del grupo sí ha quedado claro a estas alturas en los primeros números del título mutante. Pero también sabemos que Cíclope se encuentra hecho un cóctel de inseguridades debido a sus poderes y no se atreve a pedirle una cita a Jean, por lo que no tiene sentido que Bobby se queje de que Scott lo haya hecho... También es cierto que, en su primera aparición, Bobby se mostraba más bien indiferente ante la llegada de Jean, pero le hemos visto tratando de buscar sus atenciones en alguna ocasión, como a la hora de organizar la búsqueda de la Mole.
Extraños años llenos de hormonas estos para la Patrulla-X. Y también algo de caracterización todavía por malear y puede que algún despiste. Pero bueno, al menos no hemos tenido la enésima introducción con la Sala de Peligro.
La cosa es que, en un arrebato paternalista, el Profesor-X trata de animar a su joven pupilo y le sugiere que visite Nueva York para disfrutar de las vistas. Bobby se lo toma con entusiasmo, sólo que las vistas en las que piensa no son las mismas que las del bueno de Xavier (¿o quizá sí?).
Tras revertir a su forma normal, proceso que si no me equivoco vemos mostrado de manera tan ilustrativa por primera vez, el Hombre de Hielo decide apuntarse al mismo crucero en el que va a viajar Johnny... ¡Y tenemos el escenario listo, señores! Como curiosidad, decir que la empresa que organiza el viajecito se llama "Gotham". ¿Se encontrarán nuestros protagonistas con cierto Señor de la Noche?
Sea como sea, no parece que este sea el mejor día de Bobby, puesto que un atasco impide que su taxi llegue a tiempo al puerto para la salida del crucero. Pero bueno, nada es imposible cuando puedes desplazarte sobre hielo y crear una pértiga del mismo material. Si a todo esto sumamos los toboganes de hielo que vimos en la última publicación mutante, parece que Lee y Kirby tienen claro que en cuanto a desplazamiento el Hombre de Hielo es un personaje de mil y un recursos a explotar.
Un Kirby, por cierto, que regresa a este título tras bastantes meses ausente. Siempre es un placer ver al Rey encargándose de los lápices de un número, aunque en este caso le encuentro descafeinado, y es algo que obviamente no podemos achacar a un colaborador suyo habitual como es Ayers. Tal vez el número fue dibujado a toda prisa, nunca lo sabremos.
Pero centrándonos de nuevo en la historia, la desdicha de Bobby no parece tener fin y ve desesperado como todas las "gachises" del crucero están bien acompañadas, cosa que por otra parte parece normal en una actividad de esas características. Por suerte localiza a una guapa joven apoyada en una de las barandillas, aparentemente sola... y es que es cierto, sólo era aparentemente. Se trata nada menos que de Dorrie Evans, quien rechaza educadamente las atenciones de nuestro congelado amigo alegando que ya está con un chico que no tiene igual.
Este chico es, claro está, nuestro querido protagonista (esto ya parecía "Las aventuras del Hombre de Hielo" por mi manera de enrollarme), que simplemente estaba pillando unos refrescos para él y su novia. Bobby comprende que no tiene nada que hacer y se aparta a un lado, ahorrándonos de esa manera el típico rifirrafe entre héroes que suele presentarse en estas historias.
No falta, eso sí, una pequeña pullita. Bobby congela los refrescos cuando no le miran antes de desaparecer de escena... aunque bueno, eso tampoco es del todo malo. Si hacía calorcete...
A estas alturas, probablemente más de uno se preguntará dónde está el conflicto de la historia. La violencia. El supervillano. ¿Se pasará el Dr. Muerte por el crucero camino a la base de los 4 Fantásticos? ¿Intentará Magneto reclutar a algún mutante adolescente?
Nada de eso. El enemigo de esta historia es nada más y nada menos que el Capitán Barracuda, un villano cuyo mayor logro será protagonizar una famosa errata en una todavía lejana etapa de Hulk al mirar por un periscopio con su parche. Aparte de eso, sus apariciones son contadas, sin que el concepto de "pirata moderno" que encarna haya sido explotado nunca. Para más inri, en apenas unos años Roy Thomas creará al Comandante Kraken, personaje intercambiable con el mismo leit motiv y con el que personalmente alguna vez le he confundido. Y es que si ya un solo personaje así no funciona, imaginad si tenéis otro en cartera.
Vestido de marinero, barbudo, con un parche y un buen puñado de secuaces, Barracuda demuestra ser todo un bucanero a la antigua usanza y su único plan es saquear a todos los asistentes, llevándose su dinero y bienes preciados. Pero por suerte o por desgracia, le va a tocar lidiar con dos molestias.
Dos molestias que, y me gusta bastante, parece que se respetan mucho el uno al otro. Para inutilizar el arma de uno de los esbirros de Barracuda, el Hombre de Hielo la congela, y accidentalmente la Antorcha deshace esto. Bobby le hace saber lo que ha pasado y Johnny simplemente se disculpa. Y a continuación elogia el escudo antibalas que el Hombre-X crea para protegerse. Nada de bravuconerías ni chiquilladas. Dos héroes que se acaban de conocer, saben de la valía del otro y actúan en consecuencia. Muy muy curiosa esta situación acostumbrados a otra.
La verdad es que Barracuda demuestra ser un hombre de recursos y bastante inteligente, ya que logra dar con la tecla a la hora de detener, aunque sea momentáneamente, a nuestros héroes. Todos sabemos que se trata de una herramienta para llenar páginas de tebeo ante un villano que no tiene realmente poder en comparación con ellos, pero al menos está hecho de manera inteligente.
El agua de una manguera le basta a él y a sus compañeros para usar los poderes de Bobby en su contra y dejarle atrapado en un bloque de hielo, mientras que una lona es lo único que necesitan para que Johnny esté demasiado preocupado por provocar un mini incendio y conseguir lanzarlo al agua por la borda.
Lo cierto es que la Antorcha, pese a ser el protagonista, no hace gran cosa en este número. Y cuando lo hace no es nada espectacular o mete un poco la pata. Supongo que es de lo que se trata cuando tienes a un héroe invitado que necesita mucha más exposición que tú.
La cuestión es que esta promoción resulta. Porque durante una página vemos cómo el Hombre de Hielo, ya libre, se basta y se sobra para encargarse de los matones de Barracuda con solvencia gracias a sus poderes. Puede atacar a distancia con sus disparos de hielo, crear bolas de nieve gigantes para aplacar el fuego originado por Johnny... La cosa es que aquí estamos viendo a un Bobby mil veces más versátil que en su propia colección, dónde apenas pasa de ser el payasete que crea puentes de hielo y encierra a la gente en cúpulas de hielo que rompen con facilidad. No acabo de comprender por qué Stan o sus sucesores no se fijaron más en lo que sucede en estas páginas.
Sea como sea, y viéndose ya solo ante el peligro, Barracuda toma las de Villadiego y decide marcharse en el mismo bote en el que ha llegado (¿Alguno más también decepcionado por no ir en al menos una goleta o algo así?), pero llevándose a la buena de Dorrie como rehén. Ay, las eternas damiselas en apuros de los sesenta...
Por suerte el Hombre de Hielo acaba de coronarse completamente y salva la situación generando un gigantesco iceberg para que el villano quede atrapado y la Antorcha pueda salvar a su chica. Tras ello, y comprendiendo que su labor allí ha terminado, y que no va a conseguir lo que andaba buscando, se pone su sombrero, coge su bolsa y se va hasta la costa mediante placas de hielo marca de la casa. COMO UN SEÑOR.
Johnny y Dorrie se quedan mirando la luna, pensando dónde leches se ha metido el Hombre-X, preguntándose si le habrán visto en su identidad civil sin saberlo y elucubrando si tendrá novia. Lo típico de lo que hablas en esas situaciones con tu churri, vaya.
VALORACIÓN:
Estamos ante una historia de promoción muy muy simple, con las típicas casualidades que se dan en los encuentros entre héroes, aunque sin conflictos artificiales y sí mucha camaradería y respeto, cosa que se agradece. Al contrario que otros muchos números, este no tiene nada realmente ofensivo y la reivindicación del Hombre de Hielo me ha encantado a título personal. La Antorcha es un mero secundario y poco más. El villano no da para mucho, es un milagro que haya durado tantas páginas jactándose y riendo malévolamente, aunque al menos le ha puesto ganas. Como he apuntado en la propia reseña, he notado a Kirby algo diferente, como apresurado, sin dedicar mucho a tiempo a los detalles... aunque con la carga de trabajo considerable no le puedo culpar de nada. En resumen, y es que ya no puedo decir mucho más, un número resultón, simpático. A estas alturas, a esta serie es lo máximo que se le puede pedir, y es una lástima.