EQUIPO CREATIVO:
Guión: Stan Lee - Steve Ditko
Dibujo: Steve Ditko
Entintado: Steve Ditko
SINOPSIS:
El Doctor Extraño estudia una extraña gema cuando dos ladrones entran en el hogar del hechicero. Stephen detecta su presencia y los expulsa con rapidez. No obstante, los cacos se sorprenden de que no llame a la policía, por lo que piensan que tienen una segunda oportunidad. A la noche siguiente, los ladrones vuelven a entrar y se topan con la extraña gema, la cual consideran que tiene un valor incalculable. Casi al instante, el Dr. Extraño tiene una sensación de peligro que le anima a investigar en su forma etérea, descubriendo que han robado la gema los mismos ladrones del día anterior. Una vez ha regresado a su cuerpo, Stephen acude al escondite de los ladrones para descubrir que han desaparecido. En su lugar solo encuentra la gema rodeada de una extraña niebla púrpura. El objeto resulta ser una puerta hacia la Dimensión Púrpura y Extraño se introduce en ella para rescatar a los ladrones. Una vez en la Dimensión Púrpura, Stephen se encuentra con Aggamon el Todopoderoso, rey de la misma. Aggamon atrae a nativos de otras dimensiones para que entren en su reino y después los esclavizaba gracias a su magia, obligándoles a trabajar en sus minas extrayendo gemas místicas. Extraño le pide que libere a los ladrones, pero Aggamon le ofrece que se intercambie con ellos. El hechicero acepta, pero tras la salida de los cautivos de la Dimensión Púrpura, se libera de sus cadenas, dispuesto a enfrentarse a Aggamon. Ambos comienzan una encarnizada lucha mística que dura horas. Extraño está dispuesto a dar su vida, pero Aggamon muestra tener miedo a la muerte, lo que provoca su derrota, dejando marchar a Stephen. A su regreso a Nueva York, Extraño se encuentra con un policía que le cuenta como los ladrones se han entregado y pretenden enderezar su vida. En su Sanctasantórum, el Dr. Extraño guarda la gema a buen recaudo.
En esta historia es la primera vez que se menciona a Wong por su nombre.
Primera aparición de Aggamon.
Primera aparición de la Dimensión Púrpura.
RESEÑA:
Bienvenidos una vez más a un nuevo episodio de la Dimensión Desconocida... Perdón, quería decir de las aventuras del Dr. Extraño, el Maestro de la Magia Negra. Y no, no es un error. Nuestro protagonista sigue ostentando con mucha vehemencia un título que acabaría por volverse más poético y rimbombante, en consonancia con la forma de hablar del personaje. Precisamente ese lenguaje tan característico de Stephen se ha ido introduciendo de forma sutil, casi sin darnos cuenta, y en esta historia da buena muestra de ello. Sin embargo, tanto su título como las temáticas elegidas van en una línea muy parecida a los tebeos que podemos encontrar en la era pre-Marvel. Aunque tenemos un aire superheroico innegable, es un aspecto que no termina de arrancar y se sigue desequilibrando la balanza hacia lo sobrenatural. Posiblemente, esto es debido a la aportación de Ditko en los guiones, algo que parece estar contrastado, aunque no se indica en los créditos. Aún quedaba mucho para la lucha que protagonizarían los autores en busca de sus derechos creativos.
La historia de hoy no destaca demasiado. Incluso me atrevería a decir que es más floja que la anterior. Algunos planteamientos rozan el absurdo y son poco creíbles. Desde el principio hay cosas que no acaban de encajar demasiado bien. ¿De verdad dos rateros de poca monta se cuelan por la ventana abierta de la mansión cómo si tal cosa? Además, ¿quién se deja la ventana abierta a pie de calle? ¡En Greenville Village! Y lo más sorprendente es que parece que entran por la ventana del piso de arriba sin ningún tipo de herramienta visible. Entiendo que no había mucho espacio, pero no tiene demasiado sentido. Quizá los autores pretendían demostrar con esto que los ladrones eran unos ineptos...
El atraco tiene tan poca preparación, que Extraño está en la habitación de al lado. Pues sí, al final van a ser unos ineptos de verdad...
El hechicero parece que está agotado y no quiere perder el tiempo con unos vulgares rateros, así que los expulsa, haciendo que atraviesen la pared como el que tira la basura. No sé si había alguna intención de mantener la identidad del personaje en secreto, pero desde luego con esta actuación tan despreocupada no lo va a conseguir durante mucho tiempo. Aunque la actitud de los ladrones tampoco se queda atrás. Han sido expulsados de una forma harto extravagante, por un tipo vestido de una forma muy peculiar, y en lugar de salir como alma que lleva el diablo, deciden que no es más que un truco y que van a volver a intentarlo de nuevo. No es que sean ineptos, es que son tontos de remate.
Antes de centrarnos en el segundo intento de atraco, tenemos un momento histórico. Por fin conocemos el nombre del mayordomo de Extraño. Tenemos la presentación formal de Wong, un personaje que se convertiría en un secundario muy importante en el futuro de la colección, y que siempre permanecerá ligado a su señor. Ya hemos hablado en anteriores ocasiones de la curiosa manía que tienen los autores, en esta serie, de presentar a los personajes sin decir su nombre. Prácticamente es todo un clásico, aunque tenemos las dos caras de la moneda, ya que está el caso de Dormammu y otras entidades, a los que se las menciona constantemente, pero aún no han aparecido. Precisamente, Dormammu tendrá un papel muy importante en el futuro. Para los amantes de las curiosidades, decir que en esta historia se cuela una errata en una de las menciones y se le llama Mormammu. No sabemos si es un error del rotulista o del bueno de Stan. La d y la m están muy lejos en el teclado...
Cabe destacar que este momento sucede con un Wong en penumbra y muy alejado. Está claro que la pompa y el boato no son la principal característica de esta serie a la hora de presentar a sus protagonistas.
La aparición de Wong tiene como objetivo que Extraño le de la noche libre para quedarse solo en casa. De ese modo, los ladrones tienen la suerte de tener mayor libertad de movimientos. Aunque la presencia del sirviente no se puede decir que les estorbara demasiado la noche anterior, pero bueno. Sea como sea, la meditación de Stephen parece que le hace bajar la guardia para que se vuelvan a colar los ladrones. Y, esta vez, se pasean por la mansión con cierta tranquilidad. Parece que el hechicero tiene un grave problema de seguridad en el hogar...
Los cacos, curiosidades de la vida, se encuentran con la extraña gema que estudiaba Extraño la noche anterior. Por un motivo que no llego a comprender la valoran en un millón de dólares. A pesar de que su aspecto es como las típicas bolas de cristal de una pitonisa, pero con algo dentro. La cuestión es que consiguen llevársela a su escondrijo. Lo de los problemas en la seguridad comienza a ser preocupante...
El Hechicero, a pesar de la meditación, nota un peligro y decide investigar en su forma etérea. Esta especie de sentido arácnido sobrenatural le lleva a descubrir que han robado la gema y, gracias a su amuleto, la encuentra con cierta facilidad. Pero en el transcurso de volver a su cuerpo y llegar al lugar en su forma física, los responsables ya han desaparecido de forma misteriosa. Es justo en ese momento, cuando Extraño revela al público que la gema es un dispositivo que permite la entrada en la Dimensión Púrpura. Esto es un dato que hasta el momento se nos había ocultado, ya que en un principio daba la sensación de que Stephen no sabía bien qué era, aunque albergaba un gran poder. Sin embargo, si volvemos a la escena inicial, descubriremos que la intención era crear un halo de misterio sobre el objeto y sus capacidades. A mí me ha parecido un intento burdo de dotar al relato de cierto suspense. Conmigo no lo han conseguido, pero es que desde el principio tengo la sensación que todo sucede demasiado deprisa. Es obvio que no hay demasiado espacio para la contemplación, pero en otras ocasiones han sabido sacar más partido de ello. No me acaba de convencer la narrativa de esta historia.
La Dimensión Púrpura no es más que la repetición de un concepto algo manido. Unas veces se le llama Dimensión Oscura, otras se opta por la Quinta Dimensión y así hasta el infinito. Dimensiones gobernadas por tiranos que subyugan a una población mediante magia, tecnología o cualquier elemento similar. En fin, nada nuevo bajo el sol...
Ditko aún tiene que evolucionar mucho para mostrarnos dimensiones psicodélicas y más elaboradas de lo que vemos aquí. La Dimensión Púrpura no es más que un páramo yermo, desértico y desolado.
Estamos ante un mundo esclavizado por Aggamon, el Todopoderoso, que se erige como el villano de la historia. Un temido rey que rapta a personas de otras dimensionas para trabajar en las minas, extrayendo las gemas púrpuras que, precisamente, sirven de llave para entrar en la Dimensión Púrpura. Seguramente una forma muy sutil de representar una parábola sobre la codicia: el objeto de tu deseo será tu perdición. Así, todos los que pretendan enriquecerse con la valiosa gema, acaban cayendo en las redes de Aggamon, que les obliga a extraer más gemas como esa durante el resto de su vida. El poder del soberano de la Dimensión Púrpura es tal que durante mil años nadie ha conseguido escapar del velo púrpura.
Extraño muestra mucha valentía y, nada más llegar, se presenta ante Aggamon para solicitar que deje libre a los terrícolas. Este observa que está ante alguien poderoso y le ofrece un trato: Extraño debe ocupar el lugar de los recién llegados. Como era de esperar, el hechicero acepta.
No quiero dejar pasar el momento para recalcar que el Dr. Extraño comienza a comportarse como un héroe típico. Si bien es cierto que su incursión en la Dimensión Púrpura es un acto de heroísmo arquetípico, intercambiarse con un rehén va un paso más allá. Al principio hablaba de que el serial estaba más inclinado hacia lo sobrenatural, pero también comienza a haber indicios de que el protagonista es algo más que un hechicero de magia negra. No olvidemos que tras abrazar la magia, comenzaba un camino de redención en el que siempre intentaría ayudar a los demás. Más allá del pensamiento oriental implícito en el origen del personaje, hay una tendencia hacia el heroísmo que poco a poco se va manifestando en una proporción mayor, pese a que sus aventuras sucedan en un entorno mágico y sobrenatural.
De Aggamon poco podemos decir, salvo que representa un villano lleno de tópicos dentro de un marco temporal muy concreto. Sus apariciones en el Universo Marvel serían poco más que anecdóticas y acabaría cayendo en el ostracismo más absoluto. Y no solo él, sino que la Dimensión Púrpura tendría el mismo destino. Quizá sean de los pocos conceptos que se presentan en esta etapa que no tuvieron demasiada repercusión posterior. Posiblemente por esa sensación de idea repetitiva que comentaba antes.
Una vez que se ha producido el intercambio, Stephen utiliza su amuleto para fundir las cadenas que lo retienen. El Ojo de Agamotto, el inseparable artefacto del Dr. Extraño, aún no tiene el aspecto redondeado que todos conocemos, sino que lo vemos como un objeto cuadrado, menos estilizado, pero igual de poderoso. A decir verdad, el amuleto sigue siendo un enigma, como la mayoría de objetos que posee el personaje, cuyos poderes se adaptan a la situación. Mi impresión es que los autores aún no tienen estos elementos muy bien definidos porque van evolucionando sobre la marcha. Ni siquiera mencionan su nombre, algo que se convertirá en una constante algún tiempo después. Vamos, que tendríamos Ojo de Agamotto hasta en la sopa.
En el otro lado del ring tenemos a un sorprendente rayo demoledor. El arma con la que Aggamon pretende derrotar a Extraño, aunque tenga que matarlo para ello.
A pesar de la victoria, la lucha es encarnizada y se prolonga durante horas. Ditko capta el momento en solo tres viñetas, en las que resalta la maravillosa narrativa del autor. Un momento cargado de épica que se me antoja como el más impactante del relato.
A su vez, mediante los textos de apoyo y los diálogos, somos testigos de otro acto heroico de Stephen en esta historia. Su capacidad de sacrificio por el prójimo se verá recompensada, ya que Aggamon no está dispuesto a llegar tan lejos y se revela como un cobarde. De ese modo, el Dr. Extraño sale victorioso, pudiendo regresar a su hogar sano y salvo. Estoy convencido que los autores nos dejan aquí una moraleja, aunque no acabo de ver cuál es. El sacrificio y el valor son los dos conceptos que abraza el personaje con fuerza a lo largo de todo el relato, es bastante obvio. Sin embargo, creo que subyace una enseñanza subliminal que no logro captar. Puede que esté relacionada con que no se debe tener miedo a la muerte. Quizá creáis que es algo exagerado pensar en tal profundidad, pero la moraleja estaba implícita en muchos relatos pre-Marvel y no me extrañaría que aquí hubiese una. De hecho, era algo muy habitual utilizar los cómics para aleccionar a los jóvenes. De ahí el famoso lema de Batman: “El mal no compensa”. Mi idea se refuerza cuando conocemos el destino de los ladrones que lo iniciaron todo, los cuales han elegido el camino de redención tras vivir la experiencia traumática de la Dimensión Púrpura. Algo que se podían haber ahorrado tras su primer encuentro con el Dr. Extraño.
Finalmente, cabe destacar una escena que me ha llamado la atención. Tras el regreso de su aventura, Stephen se encuentra con un policía que le cuenta la confesión de los ladrones y su extraña historia. Es obvio que es un recurso para mostrar otra enseñanza relacionada con ese mensaje redentor tan ligado al personaje. Sin embargo, llama poderosamente la atención que un policía reconozca al Dr. Extraño, ya que está lejos de ser un personaje conocido. Ni la creciente comunidad heroica ha tenido encuentros con él, ni siquiera suele ser visto con sus vistosos ropajes, gracias a un hechizo de ocultación. La escena contradice todo lo visto hasta el momento para mostrarnos a un Dr. Extraño que pasea en dirección a su casa, y que es reconocido como cualquier otro vecino de la zona. Sin lugar a dudas, estamos ante una incongruencia descomunal, la cual me ha parecido tan hilarante como forzada.
VALORACIÓN:
Como ya comentaba anteriormente, estamos ante una historia floja. La corta extensión del relato provoca que el bajón de calidad no se acuse demasiado. Seguimos viendo como los autores continúan planteando unos conceptos tras otros, pese a que este en concreto no tenga especial relevancia. Por otro lado, tenemos un mayor desarrollo del personaje en el aspecto heroico y algún momento épico que transmite cierta tensión. Sobre todo gracias a los lápices de Ditko, al que la temática de la serie le viene como un guante. En mi opinión, tras el inicio prometedor y la calidad de las primeras historias, nos encontramos con un pequeño altibajo en la etapa, aunque eso no le resta importancia a la misma. Afortunadamente, esta situación no se prolongará demasiado en el tiempo como ocurrió en otras series de la época.