EQUIPO CREATIVO:
Argumento: Stan Lee
Guión: Jerry Siegel (Joe Carter)
Dibujo: Dick Ayers
Entintado: Dick Ayers
SINOPSIS: Johnny Storm acude a casa de Dorrie Evans al recordar que tiene una cita con ella. Allí presencia una discusión entre el padre de la chica y el jardinero, Samuel Smithers, tras la cual acaba despedido. Samuel parece obsesionado con un invento suyo para comunicarse con las plantas, ya que piensa que tienen inteligencia.
Posteriormente, Johnny tiene su esperada cita, aunque no resulta como esperaba debido que a Dorrie le molesta que Johnny se esté transformando en la Antorcha Humana constantemente.
Más tarde, Samuel, en el jardín de su casa, recibe un rayo sobre el aparato que ha inventado. De esa forma, acaba consiguiendo lo que tanto quería: que las plantas le obedezcan cuando dispara una especie de rayo sobre ellas. Su siguiente paso es vengarse del Mr. Evans por haberle despedido, por lo que decide robar en la joyería donde trabaja y dejar un reloj del padre de Dorrie para inculparlo.
Cuando llega Johnny y se entera de la situación, decide ayudar al padre de su novia investigando el robo. Al dirigirse a la joyería le sale al paso Samuel presentándose como el Hombre Planta. Con sus recién adquiridas habilidades, el Hombre Planta sorprende a Johnny, y consigue derrotarlo. A continuación, utiliza dichos poderes para desalojar el parque y enviar un mensaje al alcalde a través de un policía: o le entregan la ciudad o destruirá el ayuntamiento.
Al conocer la noticia, Johnny se dirige al parque para enfrentarse al Hombre Planta. En esta ocasión, y a pesar de las trampas que le tenía preparadas, consigue derrotarlo gracias al poder de su llama. Esto producirá que las plantas se revelen contra el Hombre Planta y le rompan el objeto con el que las dirigía. A pesar de su derrota, el villano consigue esconderse en el hueco de un árbol y no es atrapado por la Antorcha Humana.
Johnny se reúne con Dorrie que le agradece que haya exculpado a su padre, aunque después seguirá quejándose de los poderes del joven.
RESEÑA:
Antes de comenzar con la historia propiamente dicha, hay que mirar atentamente los créditos y fijarse en el escritor de este número. Seguramente el nombre de Joe Carter no le diga nada a nadie, ¿pero y sí lo sustituimos por Jerry Siegel? Imagino que la cosa cambiará sustancialmente, porque estamos hablando de uno de los creadores de Superman, el que podemos considerar como el primer superhéroe de la Edad de Plata. El tema de los seudónimos y el motivo por el que se utilizaban parece estar relacionado con la intención de que nadie lo reconociera trabajando en la editorial "enemiga". Esto era una práctica muy habitual en los 60 y 70, algo que perdería su sentido con la autonomía de los autores y que quedaría para la posteridad como alguna de las muchas anécdotas del medio.
La verdad es que Jerry Siegel no se prodigó demasiado en Marvel, junto al número anterior de la serie también escribió, posteriormente, Western Gunfighters vol.2 #1 y la historia del Ángel publicada en el magazine Ka-Zar #2- 3. Pero, como iremos viendo, participó en la creación de dos personajes para el Universo Marvel, cuya primera aparición tiene lugar en este número. Pero una de esas curiosidades que tanto nos gustan mostrará una serie de analogías entre la vida del autor de ascendencia judío lituana y el protagonista de la serie. La primera de ellas es que trabajó en el periódico semanal de Glenville High School, lugar donde curso sus estudios. La segunda es que el periódico se llamaba "The Torch". No se si esto es una casualidad o Stan conocía esos datos, pero desde luego me parece algo de lo más sospechoso.
Volviendo a la historia en cuestión, vemos que las nuevas incorporaciones al Universo Marvel no se hacen esperar y las tenemos en la primera página. Para redondear, las tenemos en una sola viñeta.
Lo primero que salta a nuestra vista es ese extraño objeto que utiliza el jardinero, que parece una mezcla entre unas tijeras de podar y una linterna.
A estas alturas ya deberíamos de estar vacunados de espanto, pese a que nos presenten otro diseño bastante estrambótico como éste. Además, será el motivo de su despido, en una escena que, sinceramente, no tiene demasiado sentido. Que le molesta a ese hombre que esté haciendo, lo que sea que esté haciendo, con esas plantas. No sé, me ha parecido bastante forzado para incitar al devenir de la historia.
Sin embargo, quien obtiene mayor protagonismo en este inicio será Dorrie Evans.
A aquellos que hayan leído Los 4 Fantásticos le sonará este nombre, ya que será la eterna novia de Johnny, donde se buscará la dualidad entre una vida corriente y su vida llena de aventuras como superhéroe.
No obstante, en este número, queda muy claro que a la chica no le interesa demasiado esa vida tan agitada, lo que supone un dilema interno para Johnny. La chica es guapa y le gusta en su identidad civil, pero de alguna forma el ego se siente dolido, ya que está acostumbrado a que todos se asombren con sus poderes y habilidades. Desde luego, tenemos un tórrido comienzo para una relación que tiene la marca de Stan, solo falta que aparezca Cristal...
Además parece ser la única capaz de mangonearlo a su antojo. Pobre Johnny, como le hacen sufrir en esta serie.
Tras el habitual preámbulo, nos centraremos en el villano de este número: el Hombre Planta.
Hay que reconocer que dejamos de lado todos los orígenes vistos hasta el momento para la creación del nuevo personaje. Atrás quedan la radioactividad y los espías rusos; aquí nos centramos en los rayos caídos del cielo. Lo que nos da un origen ligado a la naturaleza, algo que concuerda en cierta medida con los poderes que obtiene, aunque quizá no sea la palabra adecuada. Hay que tener en cuenta que sus habilidades son gracias al extraño objeto que ha inventado.
Una vez obtenido los poderes, llega el eterno momento de la venganza, pero antes toca adoptar una identidad secreta acorde con sus nuevas habilidades, y encontrar un traje adecuado para la ocasión. Lejos de los grotescos disfraces de otros números, salvo el predominante color verde asociado a los villanos del naciente Universo Marvel, vemos a un personaje más sobrio, que recuerda descaradamente al héroe pulp conocido como la Sombra. De hecho, se especula con la posibilidad que sea tanto un homenaje como una clara influencia para definir la estética del personaje, aunque en su siguiente aparición cambia su aspecto totalmente.
Aunque el asentamiento de su ego como victorioso villano llega tras la derrota a la Antorcha Humana, y el robo en la joyería donde inculpa al padre de Dorrie del delito. En dicho robo veremos sus habilidades por primera vez. La verdad es que nunca me había dado por pensar que la hoja de una planta pudiese tomar forma de llave y abrir una puerta, o que una flor pudiese recordar la clave de una caja fuerte, que se abre todos los días delante suya, y abrirla ella misma. Lo de la inteligencia puede colar Stan, pero lo de la fuerza ¿cómo lo hacemos?
Tendremos que recurrir a la suspensión de la realidad una vez más…
Aunque tengo que reconocer que lo que peor encaja es haber robado, previamente, un reloj del señor Evans. ¡Qué precavido!
A estas alturas, los autores ya se dejan de interludios y nimiedades de esas, y todo transcurre con soberana rapidez.
Vamos que roban una joyería, a los cinco minutos ya están en casa de Dorrie y en menos de media hora ya se ha pasado Johnny para poder enterarse de lo sucedido.
Para el colmo de las coincidencias, Johnny vuelve al lugar del crimen y el Hombre Planta le está esperando allí para enfrentarse con él. ¡Madre mía y todo esto en 6 viñetas! Creo que hoy en día podrían tomar nota de todo esto…
Entonces llega el momento esperado: la gran pelea.
La portada da muchas pistas de cómo es derrotado la Antorcha en el primer envite. Quizá lo que más gracia me hizo fue lo del rocío de las hojas, porque parece que esté diluviando.
La verdad es que el chico no da una, y acaba atrapado por raíces y ramas (donde lo he leído yo lo han traducido como hierbajos que diría que es más denigrante si cabe) sin darle tiempo a escapar. Digamos que la humedad no le sienta demasiado bien a Johnny…
Hay que destacar, que estamos ante el esquema base de esta serie en cuanto a la aparición de los villanos: primera aparición y origen, enfrentamiento inicial donde vence y ahora llega el turno de la megalomanía y la "sana" intención de domeñar el mundo. Primero empieza por quedarse con el parque y después comienzan las peticiones al alcalde.
Un día, alguien podría explicar porqué tanta manía con el control y sobre todo para qué. Seguro que hay alguna explicación psicológica para esto, pero la serie no tiene ni un momento de respiro, y la radio anuncia el intento de secuestro de la ciudad.
Los superhéroes tienen mucho que agradecer a las radios y a las televisiones, sobre todo en esta serie…
Huelga decir que Johnny sale corriendo a toda leche para tener el enfrentamiento definitivo.
En esta ocasión, el que está un poco torpe es el Hombre Planta, a pesar de que tenía un montón de trampas preparadas en el parque de marras. Que nadie se le ocurra preguntar cómo ni cuándo se han preparado; las quejas a la suspensión de realidad.
De todas formas, Johnny está más avispado que la última vez y, además, cuenta con la posibilidad de usar su llama con mucha potencia. Esto provoca una especie de sol ardiente que calienta a las plantas, de forma que se vuelven contra su "amo", destruyendo el aparato con el que las dominaba. No os preocupéis, que en la siguiente aparición del personaje tendrá un arma más convencional. Seguramente los autores vieron que era un coñazo dibujarla y decidieron deshacerse de ella.
Pero lo realmente sorprendente es la habilidad del Hombre Planta para desaparecer. Que calladito se lo tenía.
No sabemos sí realmente es habilidad del villano o una monumental caraja del héroe, pero con ese estilo a lo Houdini se deja suelto a un enemigo para otra ocasión. Lo del título de la serie parece que se lo tomaron muy en serio.
Para finalizar, tenemos la escena que condensa toda la resolución, aunque, y a pesar de estar agradecida, Dorrie sigue sin ver con muy buenos ojos al alter ego de Johnny. Quizá tenga alguna fobia al fuego…
VALORACIÓN:
Tengo que reconocer que le estoy cogiendo el punto a la serie, y estoy pasando algún que otro rato divertido con ella. En este número, en concreto, tenemos ciertas variantes interesante con respecto a los anteriores. Se ha conseguido evitar un cameo con el grupo, o con alguno de sus miembros, aunque ya sabemos que eso es algo temporal. Aparte parece que la ausencia de Lieber viene acompañada de la ausencia de comunistas, lo que también supone un poco de respiro. Aunque sigo sin entender el porqué se muestra al protagonista como un autentico tonto al que siempre le dan coba. Quizá sea la forma de demostrar su inexperiencia y juventud, además de su irresponsabilidad, pero es que su inteligencia queda algo esquilmada en esta serie.
A nivel personal, diría que es un número muy entretenido con un limitado Dick Ayers en la línea de sus trabajos anteriores. Una historia que seguramente no se pueda disfrutar sí no entras en la dinámica absurda que inflige, aunque yo, me lo paso genial.