EQUIPO CREATIVO:
Argumento: Stan Lee
Guión: H. E. Huntley
Dibujo: Dick Ayers
Entintado: Dick Ayers
SINOPSIS:
Orson Kasloff camina por la calle, pensando en algún modo de contactar con los bajos fondos para iniciar una carrera criminal, cuando una multitud pasa junto a él, dirigiéndose a ver a la Antorcha Humana. Kasloff decide seguirles y presencia como la Antorcha entrega a las autoridades a tres ladrones. Todo ello es observado desde su automóvil por Blackie Barker, señor del hampa y jefe de los ladrones.
Al ver a la Antorcha, Kasloff decide que le derrotará y así se creará un nombre en el mundo del crimen. Mientras regresa a su hogar, un castillo apartado de la ciudad que ha comprado recientemente, recuerda todo lo que le ha llevado a esa situación: la manera en que sus compañeros químicos le despreciaban, su descubrimiento de una sustancia capaz de fundir cualquier metal y su primer intento fallido de cometer un atraco, que le llevó a admitir que necesitaba la ayuda de alguien experimentado en el crimen. Ya en el castillo, emplea sus conocimientos sobre química para diseñar un traje ignífugo, una red de nitrógeno y un escudo de hierro con el que combatir a la Antorcha, y adopta la identidad del Hombre de Amianto.
En casa, Johnny Storm recibe una carta del Hombre de Amianto en la que este le insta a pelear contra él. Aconsejado por los restantes miembros de Los 4 Fantásticos, Johnny ignora la carta, pero una llamada telefónica de Kasloff llamándole cobarde supone la gota que colma el vaso y decide luchar.
Esa noche, la Antorcha acude al castillo de Kasloff, donde este demuestra que es inmune a sus poderes y le propina una humillante derrota, lanzándole a un foso de agua. Toda la batalla es presenciada por la prensa, que ha sido llamada por el propio Kasloff. Tras escapar del foso, la Antorcha se dirige a casa sin saber qué hacer.
Al día siguiente, las noticias de la derrota de la Antorcha se extienden, mientras el Hombre de Amianto libera a los hombres de Blackie Barker, propiciando que éste forme una alianza con él. Mientras tanto, Johnny conversa con su hermana Sue, y ésta le inculca la idea de que puede derrotar al Hombre de Amianto si usa algo más que su poder bruto.
La Antorcha vuela de manera decidida hasta el castillo de nuevo, donde esta vez derrota con facilidad al Hombre de Amiant: inutilizando sus armas, fundiendo el suelo bajo sus pies haciéndole caer y empleando su llama para privar de oxígeno el aire que le rodea. El Hombre de Amianto se rinde y Johnny entrega a él y a sus aliados a la policía.
Primera y única aparición del Hombre de Amianto, cuyo nombre real es Orson Kasloff.
RESEÑA:
Regresamos con las aventuras en solitario de la Antorcha que, tras enfrentarse de nuevo al que hasta el momento está demostrando ser su peor enemigo, debe combatir, esta vez, una amenaza que en los años 60 podía sonar como algo muy normal, pero que a día de hoy es algo impensable.
Así, conocemos a Orson Kasloff, un señor que aparentemente no tiene nada extraño aparte de tener un apellido parecido al uno de los mitos del cine de terror.
Adentrándonos en sus pensamientos, podemos comprobar que deambula por las calles tratando de encontrar una manera de contactar con los jefes criminales de los bajos fondos, lo que ya nos deja bien claro cual va a ser su papel en esta historia. Su oportunidad de oro llega cuando una multitud pasa junto a él, dispuesta a ver en directo la última acción heroica de Johnny Storm.
Tras observar con sus propios ojos cómo la Antorcha detiene a unos ladrones, ataviados con unos ridículos antifaces como mandan los cánones, una pequeña bombilla se ilumina sobre la cabeza de Kasloff. Si puede derrotar a la Antorcha se hará un nombre con ello y tendrá acceso al mundo criminal. Es una motivación muy manida, pero una motivación después de todo.
A escasos metros de Kasloff, podemos ver cómo entra en escena otro de los personajes centrales de la historia. Se trata de Blackie Barker, el rey del hampa en la ciudad y la figura detrás de los atracos que ha detenido la Antorcha.
Me gustaría hacer dos pequeños apuntes. Primero de todo, lo mucho que me encanta el diseño de Dick Ayers para el chófer personal de Barker. Ese rostro, sumado al traje, el sombrero y el cigarrillo, encarnan lo que todos imaginamos al pensar en un duro gángster de la época de la Ley Seca.
Mi otro apunte es precisamente ESO. Lo estereotipado que está el mundo criminal en estos primeros años del Universo Marvel, con jefes criminales totalmente intercambiables entre ellos (y los que nos quedan), algo que no se solucionaría hasta dentro un tiempo con la irrupción en escena de Kingpin o interesantes vueltas de tuerca como Cabeza de Martillo.
Volviendo con Kasloff, mientras este reflexiona sobre los pasos que le han llevado hasta dónde estamos, tenemos la oportunidad de conocer su pasado. Se trata, una vez más, de un auténtico genio científico, que se siente totalmente minusvalorado por sus coetáneos y decide demostrarles que se equivocan. Este hombre no es el colmo de la originalidad.
La novedad es que en esta ocasión nos encontramos ante un químico, lo que abre nuevas posibilidades alejadas de la alta tecnología y la radioactividad usual. La principal arma con la que cuenta es un potente disolvente, de su creación, capaz de fundir hasta el hierro y el acero, pero su fértil imaginación le lleva a pensar en plumas que puedan imitar cualquier firma de manera automática, o en una imprenta que le permita fabricar su propio dinero con la composición exacta de los billetes auténticos.
Por desgracia para él, su primer intento fue un auténtico fracaso, y al tratar de robar, en su propia empresa, tuvo que salir corriendo tras hacer sonar la alarma. Ese desagradable momento le sirvió para aprender una lección: si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo. Pero si no tienes experiencia, mejor que lo haga otro.
Así es como llegamos al inicio de nuestra historia, que aunque parezca mentira no se llama "Las Aventuras del Doctor Kasloff". Tras tratar de contactar, sin éxito, con criminales, y de comprar una bonita base en un apartado castillo (por si le hacía falta otro tópico a este hombre), comenzó a vagar sin rumbo dándole vueltas a sus siguientes pasos... hasta el encuentro con la Antorcha.
20 años de diferencia, los mismos métodos.
Gracias a sus conocimientos en química logra idear un traje de amianto totalmente ignífugo, así como un escudo de hierro y una red con nitrógeno para usar como armas. A partir de ese momento, nace el Hombre de Amianto.
Y sí, todos tenemos claro, como he dicho al comienzo, que es una auténtica locura y una manera absolutamente suicida de enfrentarse a alguien. Pero estamos en 1963 y el amianto no es un material considerado peligroso, cosa que hemos podido comprobar al ver que la propia habitación de Johnny Storm está completamente recubierta de él.
Como curiosidad, arriba podéis ver a una villana, de los años 40, llamada Lady Amianto (Victoria Murdock), cuyo concepto es exactamente el mismo que podemos ver en Kasloff, convirtiendo a este en una actualización. Lady Amianto tuvo un par de apariciones como enemiga de la Antorcha Humana original y Toro, tras lo cual fue recuperada en la serie de Los Invasores durante los 70. Finalmente, en un Handbook, se establecería que murió de cáncer, causado por su prolongada exposición al amianto. Tras este número que reseño, Kasloff no ha vuelto a aparecer, pero esperemos que recapacitara a tiempo y no corriera la misma suerte.
Es justo a mitad de historia cuando, por fin, el protagonismo recae sobre Johnny, y podemos ver como su hermana, totalmente irreconocible a los lápices de Ayers, le entrega una carta. El remitente no es otro que el Hombre de Amianto, que reta a la Antorcha a combatir.
Justo en ese momento, llegan los otros miembros del cuarteto y, aparentemente, logran quitarle de la cabeza a nuestro protagonista la idea de hacer caso a la carta, tras lo cual se marchan. Los cameos de Los 4 Fantásticos en esta serie son constantes, y muchas veces gratuitos, aquí tenemos un ejemplo más.
Pero, ay, Johnny no sería él si no fuera un auténtico cabezota, y el reto le sigue atormentando tanto que se ve hasta obligado a consultar en su libro de Química qué es el amianto. Este es uno de esos casos en que, independientemente de que un cómic te divierta o no, aprendes con él.
Por desgracia para él, la situación se vuelve incontenible cuando el Hombre de Amianto logra hasta conseguir su teléfono y retarle, una vez más, por teléfono, acusándole de cobarde y amenazando con que todo el mundo descubra que lo es.
Totalmente harto, la Antorcha espera a que anochezca y se dirige hacia el castillo de Kasloff. Allí se produce, finalmente, el encontronazo entre ambos personajes, con una breve, pero intensa, batalla en la que el Hombre de Amianto logra defenderse de absolutamente todo lo que prueba Johnny. Su traje resiste las altas temperaturas con las que le rodea, su escudo repele sus llamaradas y su red de nitrógeno no sólo atrapa sus bolas de fuego, sino que las devuelve convertidas en auténticas bombas.
Debo decir, que la espera ha merecido la pena, y Kasloff demuestra ser un villano cuanto menos digno de admiración en sus métodos, a pesar de su estereotipado pasado y su dudoso nombre. La batalla concluye cuando, accionando una palanca, Johnny cae a un foso de agua. El Hombre de Amianto no le quiere muerto, quiere que huya sabiendo que ha sido totalmente derrotado.
El toque extraño lo aportan los corresponsales de prensa presentes durante la batalla. Llamados por Kasloff toman fotos como si ver a uno de los superhéroes que vela por sus vidas ser derrotado y humillado fuera cualquier cosa. Auténticos buitres.
Al día siguiente, podemos ver cómo afrontan ambos contendientes las consecuencias de su batalla.
El Hombre de Amianto decide liberar a los hombres de Blackie Barker capturados y así poder, por fin, contactar con él. Ambos criminales establecen una alianza, haciendo del castillo su base. Por su parte, un derrotado Johnny conversa con su hermana sobre lo ocurrido, incapaz de decidir qué hacer y viendo cómo las noticias de su derrota se extienden por todo el mundo.
Por suerte para el héroe, en esta ocasión tenemos a una Susan que no tiene nada de florero, y, si bien no entra en acción, logra hacer valer su condición de hermana mayor, no sólo para animar y envalentonar a su hermano, sino también para darle la clave que puede llevarle a la victoria: El Hombre de Amianto está preparado para defenderse únicamente de su llama, pero él tiene muchos más recursos que ese.
Así, Johnny viaja rápidamente hasta el castillo en busca de la revancha, la cual se convierte en un combate bastante fácil, siguiendo el consejo de su hermana. Nada de atacar directamente a su enemigo, sino emplear su fuego para fundir el aro metálico de la red, lanzarle una lámpara encima o fundir el suelo bajo sus pies, tomándose en este último caso su particular venganza por la caída al foso del día anterior.
Por supuesto, Barker y su chófer tampoco consiguen hacer nada ante un crecido Johnny.
La derrota de la Antorcha sobre el Hombre de Amianto culmina con el héroe empleando su fuego para consumir el oxígeno que rodea al villano, que hace que este se rinda totalmente y le suplique que pare. Tras devolverle con creces el ser llamado cobarde, Johnny entrega a Kasloff, Barker y los demás villanos a las autoridades. Y una aventura más concluye.
VALORACIÓN:
Un número entretenido, con un villano algo tópico, pero que acaba resultando interesante. Una pequeña historia de superación personal que no da tiempo a desarrollarse. Hemos visto, y veremos, historias bastante peores en esta misma serie, por lo que a mí me basta y sobra para pasar un buen rato. Destacar la aparición de la Chica Invisible como voz de la razón. En lo referente al apartado artístico, Ayers cumple con creces y en algunas viñetas logra que no se eche mucho de menos a Kirby, en otras no tanto, y sus versiones de los demás miembros de Los 4 Fantásticos son algo pobres, amén del diseño del Hombre de Amianto, que recuerda a otros como el Destructor y el Secuestrador ya vistos en anteriores reseñas.