STRANGE TALES #105 (febrero 1963)
por Victor Dolz



EQUIPO CREATIVO:
Guión: Stan Lee - Larry Lieber
Dibujo: Jack Kirby
Entintado: Dick Ayers

SINOPSIS:
Debido a su buena conducta como preso, el Mago es destinado a la enfermería de la prisión, donde logra crear una sustancia que funde una pared de su celda. Mientras los guardias le buscan, huye aprovechando la confusión hasta su casa. Una vez allí, la policía acordona el lugar pero es incapaz de acceder debido a un campo electromagnético. El Mago lanza un desafío a la Antorcha, y este se dirige hacia allí, a pesar de las reticencias de su hermana, la Chica Invisible. Una vez frente a frente, el Mago emplea diversos trucos y trampas para derrotar a la Antorcha, pero este logra superarlos todos. Entonces una alarma advierte de la presencia de un intruso al villano, y este descubre que se trata de la Chica Invisible, a quién logra encerrar en un pequeño habitáculo con una bomba incorporada. Ante la situación de su hermana, Johnny se rinde y es encerrado junto a ella. Usando adecuadamente sus habilidades flamígeras, la Antorcha logra extraer la bomba del muro dónde se encuentra y enviarla fuera del edificio, dónde explota sin dañar a nadie. Tras escapar del habitáculo ambos hermanos se disponen a atrapar al villano, que huye al ver como su plan ha fracasado. Valiéndose de los aspersores anti-incendios y de una sierra de fuego, la Antorcha consigue detener al Mago y entregarlo a las autoridades. Finalmente, Johnny y Sue vuelven a casa.

EDICIONES ESPAÑOLAS:
  • Los 4 Fantásticos Vol.2 #22 Vértice

    DATOS IMPORTANTES:
  • Ninguno.

  • RESEÑA:
    Quinta aventura de Johnny en solitario y ya tenemos aquí al primer enemigo recurrente. Como no podía ser de otra manera, se trata del Mago, el genio criminal que ha supuesto su mayor reto hasta el momento (lo de Pete Pote de Pasta sigo pensando que fue un mal día, de verdad), y al que en realidad no llegó a derrotar, teniendo que recurrir a su hermana para salir del paso en su primer encuentro.

    ¿Y a qué se ha estado dedicando el bueno del Mago?


    Vale, a estar en prisión, sí.

    Pero el villano no pierde el tiempo, y además de adecentar un poco esa loca barba que llevaba en su primera aparición, recurre al clásico truco de la buena conducta para lograr acceder a lo que necesita para escapar.

    Y aprovecho aquí para hacer una pequeña reflexión sobre el sistema penitenciario de Estados Unidos en el Universo Marvel. Está claro que en estos primeros años no están debidamente preparados para contener a supervillanos y genios del crimen, haciendo lo que pueden, siendo comprensible que comentan algunos pequeños errores. Pero hay otras cosas que son inadmisibles, como tragar una y otra vez con lo de la buena conducta en el 99% de casos, o lo que es peor, destinar a los villanos siempre al lugar de la prisión en la que tienen acceso a todo aquello en lo que son especialistas. ¿Genio tecnológico? Al taller lo envían. ¿El Mago, creador de una sustancia química capaz de apagar a la Antorcha durante horas? A la enfermería, bien llenita de frascos. Si el bueno de Pete Pote de Pasta no hubiera escapado lo hubieran destinado a clases de Plástica, con pegamento por todas partes...

    En fin, que se me va la cabeza.


    El Mago logra preparar un mejunje capaz de disolver cualquier cosa, y lo emplea sobre la pared de su celda para escapar.

    Pero no saliendo por el agujero, no. La cosa es que se queda esperando en una esquina de la celda a que el guardia que hace la ronda vea el boquete, y así tanto él como sus compañeros salen corriendo a través de él para intentar atrapar al villano supuestamente fugado. Cuatro guardias entrando a la vez a la celda y ninguno de ellos ve al Mago. Este será listo, pero los otros son dignos de militar a órdenes de Clancy Wiggum.

    Sin nadie que pueda detenerle, el Mago escapa a través de la prisión (¿nadie vigila la entrada principal?) y se sube a un tren, jurando venganza contra la Antorcha.


    Tras instalarse de nuevo en su futurista casa, descubre que el cuerpo de policía parece al menos algo más competente que los guardias de la prisión, y han llegado a la conclusión de que ese era el sitio al que más probablemente iba a ir, por lo que se presentan dispuesto a llevarle al trullo de nuevo.

    Pero si algo ha quedado demostrado es que si ya fuera de ella es peligroso, en su propia fortaleza se convierte en alguien temible, y los pobres agentes de la ley poco pueden hacer ante un campo de fuerza electromagnético. Aunque en la viñeta parece una simple lona de plástico.


    Lo que hemos visto hasta ahora son apenas 4 páginas de introducción a la historia con un villano que personalmente me gusta mucho, de ahí que me haya alargado tanto. Pero como esto no es "Las entrañables aventuras del Mago", toca ver qué hace la Antorcha.

    Y como las noticias vuelan, Johnny y su hermana se enteran de la fuga y encierro del Mago por televisión. La Antorcha no se lo piensa dos veces y decide ir a por él, pero otro de sus archienemigos, la regañona de Sue, se lo prohíbe totalmente, alegando que un miembro de los Los 4 Fantásticos no puede dejarse llevar por rencillas personales. No acabo del todo de entender este argumento, ya que una cosa es controlar el ímpetu de Johnny y otra muy distinta ignorar una amenaza y dejarla en manos de la policía.

    Sea como sea, Johnny vuelve a usar un doble flamígero y se va, haciendo creer a su hermana (durante poco tiempo) que sigue en casa. Stan, Larry, la primera vez tenía gracia. En el número anterior el uso de un doble fue tan original como surrealista. Pero... ¿otra vez?


    El siguiente tramo del número no tiene mucho misterio. La Antorcha se presenta en casa del Mago y este le deja pasar a través del campo de fuerza protector, y a continuación comienzan a intercambiar diálogos arrogantes mientras Johnny supera las diversas trampas. Parece una aventura de Perry el ornitorrinco.

    "Palabras vacías para alguien que está en peligro mortal", dice el Mago disparando un misil. "¿Tienes más cosas que quieras que funda?", responde la Antorcha tranquilamente.

    En fin, la rutina de este mundillo, y más viendo como estos dos empiezan a ser viejos conocidos.


    Mientras, la Antorcha lidia con una de las trampas, un gas nervioso del que se protege formando un domo de fuego (¿?), el Mago descubre que hay un intruso en una de las habitaciones de su extensa casa. Y al no ver a nadie en las cámaras llega a la conclusión de que se trata de la Chica Invisible.

    Dejando a un lado que no queda muy claro cuándo y cómo ha entrado, el papel de Sue pasa a ser el de mujer florero, secuestrada otra vez, dando una bofetada al alegato a su favor que acabamos de ver justo en la anterior reseña.

    Una historia que podría haberse convertido en una suerte de Marvel Team Up entre los hermanos Storm se ve truncada por esto, ya que el Mago captura a Sue en una habitación con una bomba. Obliga a Johnny a apagarse y entrar en ella también. Al menos, no hay ningún comentario al respecto del bochornoso asunto de la identidad secreta, y el Mago se queda igual que estaba al verle la cara a su enemigo.


    Pero como todo buen villano con el ego del tamaño de un camión cisterna, el Mago no puede resistirse a contar con pelos y señales cada detalle de su trampa, diciendo a sus cautivos lo que pueden y no pueden hacer. Vamos, que sólo falta que les diga como desactivar la bomba.

    La cuestión es que la bomba está conectada a un detector de calor, y por tanto si Johnny se enciende se acabó. Por suerte, como ya hemos visto varias veces en esta serie, sus poderes son muy versátiles y logra lanzar una bola de fuego tan rápida que funde el sistema detector antes de que pueda activar la bomba.

    Mientras tanto, Sue observa.


    Aconsejo que si hay algún físico leyendo esto no continué, podría resultar perjudicial para su salud.

    La cosa es que una vez eliminado el detector, Johnny puede quemar el muro y coger la bomba para deshacerse de ella. ¿Y cómo lo hace? Pues creando, como podéis ver, una especie de mortero de fuego. ¿De dónde saca la energía necesaria para que la bomba salga disparada? ¿Por qué el fuego no la detona? ¿Por qué me pregunto estas cosas, si ya debería estar acostumbrado?


    Llegando a la conclusión del relato, tenemos a un Mago desesperado al ver que su mayor baza ha fracasado, y se limita a intentar escapar. Para ser un genio, recurrir simplemente a eso supone un bajonazo, a mí se me cae un mito.

    Y si eso no fuera suficiente, su derrota es humillante. Primero resbala gracias al sistema anti-incendios de su casa... que no entiendo como sigue teniéndolo activo considerando que su archienemigo es una bola de fuego con patas, pero bueno. Y después, Johnny vuelve a trastear con las leyes de la física, y logra cortar el techo sobre él, dejándolo KO de un golpe de Pladur. Hasta Pete Pote de Pasta acabó la anterior aventura con más dignidad...

    Ah, sí. Mientras todo esto ocurre, Sue se limita a mirar, correr y advertir a la Antorcha del peligro. Al final pulsa la palanca que desconecta el campo de fuerza del exterior, eso sí.


    El día acaba y todo vuelve a la normalidad. El Mago vuelve a prisión, dónde seguramente volverán a picar con lo de la buena conducta, y Johnny y Sue regresan a casa, dónde hasta nuestro protagonista hace una especie de burla sobre la ayuda brindada por su hermana.

    Como podemos ver, el número se cierra con una viñeta de persecución como toda buena historia de Mortadelo y Filemón que se precie.

    VALORACIÓN:
    La premisa de este número es bastante simple, centrada en el intento de venganza de un antiguo villano, y el desarrollo del número va en consonancia. No hay ningún debut importante ni un acontecimiento esencial en la trayectoria de los personajes, así que el número simplemente entretiene, aunque con el paso de las páginas cada vez menos debido a un uso cada vez más gratuito de los poderes de Johnny y un papel de Sue como auténtico florero. Se echa a perder una oportunidad de oro de contar una historia en la que los hermanos Storm luchen mano a mano sin la presencia de Reed y Ben contra un villano de cierta categoría, el cual también va perdiendo enteros con el paso de las páginas. Se agradece que el equipo creativo se mantenga durante tantos números, pero una vez más estamos ante una historia de usar y tirar sin mayor trascendencia, la tónica habitual en esta serie.



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