STRANGE TALES #104 (enero 1963)
por Victor Dolz



EQUIPO CREATIVO:
Guión: Stan Lee - Larry Lieber
Dibujo: Jack Kirby
Entintado: Dick Ayers

SINOPSIS:
Johnny Stormse halla en un banco que es atracado por Pete Pote de Pasta, armado con una pistola que puede disparar un fuerte pegamento. Incapaz de detenerle sin comprometer su identidad secreta, Johnny crea un duplicado de fuego de sí mismo para ir tras el villano. Tras la huida de Pete Pote de Pasta, la Antorcha sigue el rastro de su duplicado y halla al villano, que acaba de robar un misil experimental en una base militar y trata de huir en un camión. Los esfuerzos de Johnny por detener el camión resultan infructuosos y su llama se consume. Pete Pote de Pasta aprovecha entonces para pegarle a otro misil que está a punto de ser disparado. La Antorcha logra liberarse deshacer la pasta que le pega al misil y vuelve tras la pista de Pete Pote de Pasta, cuyo camión logra finalmente detener. Pete emplea el último disparo de su pistola para huir pegado a un avión, y se dirige a la costa para huir del país en barca. El dinero y el misil robados por Pete Pote de Pasta son recuperados.

EDICIONES ESPAÑOLAS:
  • Los 4 Fantásticos Vol.2 #28 Vértice

    DATOS IMPORTANTES:
  • En este número tiene lugar la primera aparición de Pete Pote de Pasta, cuyo nombre real no es revelado.

  • RESEÑA:
    Usaré la misma frase que al inicio de la reseña de Amazing Fantasy #15: "Ya hemos llegado adónde teníamos que llegar".

    No vamos a presenciar la primera aparición de un personaje de la talla del Capitán Marvel, la Visión o el Castigador. No se trata de una historia clave como "La llegada de Galactus", "La Saga de Fénix Oscura " o " Born Again". Pero, ay, la primera aparición de Pete Pote de Pasta es sin duda un antes y un después en el devenir del Universo Marvel. Yo lo sé, vosotros lo sabéis... aunque no seamos conscientes de ello.



    Analicemos la primera viñeta del relato, obviando el incómodo hecho de que no tiene fondo. Se trata de la presentación del nuevo villano al que deberá enfrentarse la Antorcha. Tras un espía/saboteador traidor a su país, un genio criminal demasiado orgulloso y unos seres interdimensionales de piel azul, llega a las páginas de Strange Tales un tipo que no tiene desperdicio. Vestido con un mono y un sombrero que le hacen parecer una mezcla entre un pintor excéntrico y un payaso de circo, que dicho sea de paso no parecen muy cómodos para ir por ahí delinquiendo, y armado con una pistola conectada directamente a un bote de cola que debe pesar un quintal. Y para rematarlo va por ahí llamándose Pete Pote de Pasta...

    Lo siento con todo mi corazón, pero Stan y Larry condenaron a este personaje desde la primera viñeta en la que aparece. Todo es completamente surrealista. Entrañable, pero surrealista.



    La historia en sí, se inicia en el banco de Glennville, dónde tenemos a Johnny haciendo alguna que otra operación con los ahorrillos que como buen adolescente tiene. Aunque el pobre vive en un constante drama, ya que teme firmar como "Antorcha Humana" sin querer y que la gente descubra su identidad. Porque, como todos sabemos, si yo firmo como Spiderman automáticamente pasaré a serlo y todo el mundo lo sabrá, no hace falta que me pegue por las paredes para demostrarlo ni nada…

    Pero justo en ese momento, Pete Pote de Pasta entra al banco y comienza a sembrar el caos. Y para ser sincero es bastante eficiente, inmovilizando a todo el mundo con su pistola de pasta y logrando su objetivo. Lo dicho, el principal hándicap de este personaje es la ridícula carta de presentación que son su nombre y atuendo. Como amenaza no es que destaque especialmente sobre los demás, pero cumple sobradamente usando unos métodos originales. La auténtica prueba de fuego vendrá cuando en sucesivas apariciones su modus operandi pierda el componente novedoso y sólo nos quede lo primero.



    Pete consigue lo que quiere y sale del banco cargado con una bolsa llena de dinero (como si no llevara ya bastante peso), deteniendo con su pasta a cuanto policía o ciudadano que le sale al paso, y se larga montado en una moto. ¿Y qué pasa con la Antorcha? Pues que el pobre chico no tiene más remedio que quedarse mirando para no comprometer su identidad secreta. Ains...

    Johnny crea una vez más un duplicado suyo mientras nadie mira, pero en este caso es uno muchísimo más espectacular que los demás, ya que es capaz de seguir a Pete, quién obviamente no se moverá en línea recta y se lo pondrá difícil. Es como un constructo con conciencia propia al que deja suelto para seguir su rastro después. La versatilidad de los poderes de Johnny en esta serie asusta. En este tramo tenemos la mejor frase del cómic y me atrevería a decir que del mes: "¡Naturalmente! La pasta es el arma suprema."



    Mientras, la gente de a pie y el propio Pete se preguntan porqué la Antorcha no hace más que volar tras él. A un par de metros, sin hacer nada más, Johnny sale del banco y se enciende, dispuesto a seguir el rastro de su duplicado. Para cuando le alcanza, descubre que Pete se ha bajado de la moto y se ha subido a un camión, dispuesto a sabotear una base de misiles. Creo que en el Universo Marvel las bases militares son más comunes que las fruterías, hay una en cada esquina.

    Y es aquí dónde entra en acción el "Factor Lieber". No conforme con robar dinero, Pete decide robar un misil para vendérselo a los comunistas. Estaba tardando, ya me quedo más tranquilo.

    Para lograr su fin, emplea lo único que es más peligroso que un hombre cargado con un bote de pegamento: Un camión que también dispara pegamento conducido por ese hombre. Un simple disparo del potente cañón que lleva incorporado el camión y el misil es suyo. Por supuesto, los soldados fracasan al igual que los policías, y Pete comienza a marcharse sonriente del lugar con su mercancía.



    Johnny alcanza finalmente a Pete y comienza una de las más vertiginosas batallas que hayamos visto hasta ahora en este proyecto de reseñas: La Antorcha contra un camión.

    Primero trata de darle a las ruedas del camión con varias lanzas de fuego, pero Pete las logra esquivar todas. Ante tal pericia en la conducción, Johnny recurre a una medida desesperada y mediante fuego crea una enorme zanja en el camino para impedir que siga avanzando. La resolución a esto es simplemente rocambolesca.



    Podría dejar que la imagen de arriba hablara por sí misma, pero es que hay que contarlo.

    O sea, Pete se baja del camión, pega dos trozos de madera que encuentra por ahí, se monta una pasarela sobre la zanja, vuelve a subirse al camión y sigue su camino. Y mientras la Antorcha lo único que hace es quedarse volando preguntándose qué está tramando.

    Yo creo que esa noche Johnny no durmió y estaba grogui, pero sea como sea, ojalá este número no acabara nunca.



    Creo que a estas alturas, ya ha quedado demostrado que Pete es un hombre, de mil y un recursos, que nunca se da por vencido, pero aquí tenemos otra demostración. Johnny se queda sin llama, justo cuando ambos están pasando cerca de otro misil a punto de ser lanzado, y los rapidísimos reflejos de Pete le permiten pegar a la Antorcha al mismo.

    Johnny se enfrenta entonces a una situación bastante peliaguda, quizá la más seria vista en esta colección hasta ahora. Si sigue pegado al misil morirá, y si se enciende y entra en contacto con la cabeza... también. Tenemos así un par de páginas de cierta angustia bastantes conseguidas y que se agradecen. Finalmente, Johnny logra deshacer la pasta encendiendo sólo uno de sus dedos y se libera, reemprendiendo su batalla contra Pete.



    Y gente, cuando la Antorcha se pone serio, lo hace de verdad.

    En cuestión de un momento, el motor del camión fundido, la conexión entre la pistola y el cubo de Pete también, y un muro de fuego rodeando al villano. Lo que Johnny debería haber hecho desde la página 1, pero bueno, más vale tarde que nunca.

    Todo ha acabado bien.



    O casi todo.

    Pete emplea a conciencia su último disparo con la pistola y se pega a un avión, lo que le permite llegar a la costa y abandonar el país por el momento, acompañado por un contacto del que no sabemos el nombre que le estaba esperando.

    El dinero y el misil son recuperados, pero la cara de pasmado que se le habrá quedado a la Antorcha después de semejante mañana, no debe tener precio.

    VALORACIÓN:
    Difícil valorar este número, si soy sincero. Todo lo que rodea al personaje de Pete Pote de Pasta, al menos con esta identidad, ha sido siempre objeto de cierto cachondeo que todavía perdura y que sin duda influye a la hora de leerlo. Como hemos podido observar, no todo es malo en el personaje, que es tratado como un villano bastante habilidoso y de cierto peligro. Pero todo lo demás que le rodea hace aguas por todas partes: su absurdo modus operando, su forma de jactarse de este, las rocambolescas acciones que realiza, un nombre ridículo y uno de los peores diseños jamás surgidos de los lápices del Rey. La aventura es divertida y la acción no para ni un momento desde la primera página, eso hay que concedérselo, pero la mayoría de situaciones están muy poco trabajadas y pobremente entrelazadas. Destaco especialmente la secuencia del misil, la más seria del número. Es un número importante por mostrar la primera aparición de un futuro miembro fundador de Los 4 Terribles, y recomendable para pasar un rato con una poco de diversión superficial. Pero aparte de eso, nada más.



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