Primera aparición del Rey Sindri, del Rey Mirmir, Aske, Embla, Guillin y Skord.
Esta historia es una adaptación de las leyendas nórdicas que narran el nacimiento de la humanidad.
SINOPSIS (1ª Historia): Thor regresa cansado tras su aventura en el futuro, por lo que decide ir a la consulta de Don Blake a descansar y en busca de la compañía de Jane Foster, su amada, que se encuentra ausente. Cuando llega la enfermera lo encuentra exhausto. Tras ser acomodado por su ayudante, Don Blake queda sumido en un sueño lleno de pesadillas en los que aparece Zarrko. Mientras, Odín se siente frustrado por no poder alejar a su hijo de Jane Foster. Loki le propone al Padre de Todos que utilice a una hermosa asgardiana, cuya belleza es irresistible para cualquier hombre o dios. De ese modo, la Encantadora recibe la misión de viajar a Midgard para interponerse entre los dos enamorados. Una vez en la Tierra, la asgardiana adopta el aspecto de una joven atractiva que se presenta en la consulta del doctor Blake con la excusa de un dolor inexistente, comenzando su labor de seducción. Jane observa una escena en la que la visitante besa apasionadamente al médico. Rápidamente sale de la consulta sin que Blake pueda explicarle la verdad. A su vez, la Encantadora regresa a Asgard, ya que sus armas de seducción no han funcionado. Ahora le pide al Verdugo, que está enamorado de ella, que elimine a la enfermera con la promesa de tener una oportunidad de conseguir aquello que tanto anhela. El Verdugo encuentra a Jane y la envía al limbo, utilizando el poder de su hacha. Thor llega demasiado tarde y comienza una dura pelea. Cuando el Dios del Trueno tiene a su oponente a su merced, éste le propone un trato: la libertad de Jane a cambio del martillo. El hijo de Odín acepta, pero el Verdugo ha olvidado que Mjolnir tiene un encantamiento que no le permite cogerlo. En esos instantes aparece la Encantadora, molesta por el fracaso de la misión y ataca al Verdugo. Al quedar indefenso por un hechizo, el Verdugo le pide a Thor que le ayude, deshaciendo el trato. De ese modo, el Dios del Trueno utiliza el poder de su martillo para enviar a los dos asgardianos al Reino Dorado. Poco después, Don Blake se reúne con Jane Foster para reconciliarse, mientras Odín decide que ha llegado la hora de que él mismo actúe para que se cumpla su mandato.
SINOPSIS (3ª Historia): Odín envía a un joven Thor en busca de Mirmir, para ello primero debe ir a la tierra de los enanos, donde el rey Sindri le entrega un pequeño bajel que crece según las necesidades y es capaz de transportarlo a cualquier parte del Universo. Tras un largo viaje, Thor llega a la tierra de Mirmir, donde se encuentra primero con Skord, un dragón al que debe derrotar, y después con Gullin, un poderoso dios jabalí, con el que debe medir la fuerza de su martillo. Tras superar a ambos adversarios, Thor llega al trono de Mirmir y le pide que cumpla su promesa. Con una pequeña rama procedente de Yggdrasill, Mirmir la sumerge en aguas místicas para dar vida a Embla y Aske, los dos primeros individuos de una nueva raza a imagen y semejanza de los asgardianos. Así tuvo lugar el nacimiento de la humanidad.
RESEÑA (1ª Historia):
Con este número concluimos el mes de abril de 1964, aunque sepamos que la fecha no es real, con una historia cuyo valor histórico está por encima de cualquier otro. En esta época es difícil no encontrar un mes en el que no ocurran acontecimientos de importante calado, pero en este en concreto tenemos varios como el enfrentamiento entre Hulk y la Cosa, el regreso del Doctor Octopus, la primera aparición de la Viuda Negra y la nada despreciable inauguración de una nueva cabecera con un héroe invidente. En este escenario tan específico, tienen su primera aparición dos nuevos villanos en el Universo Marvel, aprovechando la riqueza que ofrece un entorno como Asgard. Poco a poco, el tándem formado por Stan Lee y Jack Kirby va ampliando en esta serie el elenco de secundarios que convertirán al Reino Dorado en un escenario ligado al universo de ficción de la Casa de las Ideas pero, a su vez, lo dotarán de cierta autonomía, llegando a dejar a un lado el género superheroico para acercarnos más a la fantasía heroica y la épica mitológica. Aún no estamos inmersos en esa prosopopeya marvelita que dejará una honda huella en los aficionados, pero podemos ver como en cada número nos vamos aproximando, sembrando las semillas de una etapa que marcará al personaje para siempre. Pero como diría cierto asesino en serie, vayamos por partes...
Lo primero realmente destacable es que el Universo Marvel comienza a tener una mayor continuidad. El concepto de universo de ficción cohesionado no está aún a pleno rendimiento, pero entre las apariciones de algunos personajes en cabeceras que no son la suya, en una especie de team-up primigenio, la creación de los Vengadores y que cada vez se intenta cuidar hasta el último detalle son indicios más que suficientes para señalar la evolución y complejidad que comienza a cernirse sobre el Universo Marvel. Por otra parte, se vuelve más común que al inicio de cada historia se recuerde lo que pasó en la anterior entrega, ya sea mediante resúmenes, sutiles diálogos o pequeños apuntes en cuadros de texto. Esta será una de las características principales del Universo Marvel en la próxima década, por lo que a partir de ahora serán mucho más frecuentes. Además, la serialización de la tramas, un aspecto que se venía cuidando desde hace mucho en las tiras de prensa, se pone tímidamente en marcha en estos cómics, de manera que podemos ver como las primeras páginas son dedicadas a explicar consecuencias directas de lo ocurrido en el número anterior. Ese cansancio acumulado del protagonista y su álter ego o esa pesadilla que no le permite descansar a pierna suelta son el mejor ejemplo de ello. Todavía estamos lejos de las complejas sagas del futuro, pero es evidente que las historias meramente autoconclusivas comienzan a ser cosa del pasado.
Pero si hay un tema estrella en esta serie durante aquella época es el amor prohibido que sienten Jane Foster y el doctor Blake, que Odín desaprueba por considerar a una joven mortal alguien inapropiada para su hijo, el Dios del Trueno. Por todos es conocida la pasión de Stan Lee por los melodramas, algo que en esta colección llevaría a extremos realmente escandalosos, sobre todo teniendo en cuenta que el habitual triangulo amoroso es un auténtico espejismo, ya que Jane está interesada en el mismo hombre bajo dos identidades diferentes. Además, si eliminamos a Odín de la ecuación, que al fin y al cabo hasta ahora no estaba siendo especialmente quisquilloso con el tema, tenemos la sensación que ese incipiente romance entre la enfermera y el médico podría haber florecido hace ya bastante tiempo. A pesar de la forma tan dubitativa en la que se están desarrollando los hechos, el Padre de Todos decide tomar cartas en el asunto para dejar de una vez por todas zanjado el tema. Cómo no podía ser de otra forma, en ese momento entra en escena Loki y sugiere la forma perfecta de solucionar el problema: hacer que Thor se enamore de una asgardiana. Curiosamente, nadie pondrá objeciones a que sea alguien con aviesas intenciones, ni un peligro para el trono. Aquí lo realmente importante es que Thor no puede unir su corazón al de una humana.
La verdad es que el tema da para una reflexión interesante sobre diferentes aspectos del machismo, los cuales son prácticamente heredados de la mitología. Recordemos que Odín, Zeus y otras deidades copulaban con las humanas a placer y dejaban su semilla sin demasiado pudor. Sin embargo, la versión marvelita prefiere una unión más pura, sanguíneamente hablando. También tenemos los típicos problemas paternos filiales que son prácticamente un arquetipo de la rebeldía adolescente, algo con lo que, en mayor o menor medida, se puede identificar el lector, a pesar de que los protagonistas tienen increíbles poderes. Por lo tanto, una vez más, Stan recurre a la socorrida humanidad del superhéroe, aunque sea alguien capaz de invocar tormentas y surcar el cielo agarrado a un martillo de uru encantado. Haciendo honor a la verdad, este tipo de conceptos trasladados a la actualidad han perdido mucha fuerza. La sensación es la de una inocencia inusitada con una repetición de esquemas, sobre todo si lo comparamos con otros títulos de la época, pero no dejaba de ser un concepto novedoso en su momento.
Tras los prolegómenos, entra en escena la Encantadora.
Jack Kirby es famoso por sus dibujos dinámicos, su forma de representar la ciencia ficción y por la fuerza de su narrativa. No obstante, esta escena es pura sensualidad. Desde el primer momento, el Rey capta la esencia del personaje: una mujer seductora, de una belleza arrebatadora, capaz de dejar a los hombres sin aliento; una femme fatale convertida en diosa por obra y gracia del Rey de los Cómics. Aunque Natasha Romanova le acabaría arrebatando el puesto gracias a un cambio de diseño de John Romita, en su primera aparición, tenemos a una Encantadora nacida para seducir, superando con creces a la Viuda Negra. Esta escena destila erotismo, a pesar de que Kirby no es precisamente un autor dado al romanticismo. Y no será la única vez, por lo que se confirma la versatilidad de uno de los grandes del cómic norteamericano.
Mientras Kirby está especialmente inspirado en la representación de toda una diva, Stan nos deja algunos diálogos que rezuman inocencia y resultan un poco bochornosos. Las armas de seducción de la Encantadora dejan mucho que desear. Si esta era la mujer capaz de robar el corazón de cualquier hombre, está claro que no será por su inteligencia. Pero, claro, el melodrama debe continuar y la chica debe arrojarse a los brazos del doctor para que en el momento adecuado tengamos la situación embarazosa y los acontecimientos se sucedan uno tras otro como si de un culebrón se tratara. En definitiva, Stan está en su salsa.
A pesar de las desavenencias creadas en la pareja, la Encantadora se da cuenta de que es el primer hombre que ha sido capaz de huir de su abrazo. Esto me parece especialmente curioso, porque se presupone que la asgardiana tenía una especie de poder para hechizar a los hombres con la mirada. Prácticamente es lo que se sobreentiende de la conversación entre Odín y Loki. Sin embargo, todo es obra de su belleza y su encanto. Esto es algo que se modificará un poco en el futuro. Al igual que su poder no tenga efecto sobre los asgardianos. Mi opinión es que los poderes de la villana aún no están bien definidos. Obviamente, sus habilidades residen en su conocimiento de la magia, como podemos ver más adelante en la misma historia, pero esto no incluye de momento el enamoramiento, lo cual me parece un error de entrada, teniendo en cuenta el planteamiento de la historia. Sea como sea, la asgardiana ya tiene a alguien locamente enamorado de ella, listo para ser su marioneta, de modo que pueda obtener su venganza y alcanzar el objetivo de la misión. Estamos hablando del otro villano que debuta en este número: el Verdugo.
El diseño de Kirby es tan simple como perfecto. De hecho, salvo cambios puntuales, se mantendría igual hasta la etapa de Simonson, en la que el personaje tendría su mayor momento de gloria. Curiosamente, mientras la mayoría de asgardianos tienen un look nórdico evidente, el Verdugo opta por algo medieval, con un casco que le tapa el rostro, asemejándose a la figura histórica de la que toma su nombre. Cabe destacar esa enorme hacha, perfecta para decapitaciones en la plaza mayor de cualquier pueblo de la Edad Media, pero que en esta ocasión incluye poderes teletransportadores, para así ser una digna contrincante de Mjolnir. Sin embargo, con el paso del tiempo, apenas se le daría esa utilidad, al menos en combate, convirtiéndose más en arma de guerra que en otra cosa.
La batalla entre Thor y el Verdugo es el momento cumbre de la trama. Ambos despliegan al máximo sus poderes, pero hay que reconocer que, desde el principio, hay evidencias de que el adversario del Dios del Trueno no supone la amenaza que se esperaba que fuera. En todo momento, el hijo de Odín lleva las riendas del envite. Quizá es por eso que asombra tanto el hecho de que, a pesar de ser derrotado, consigue un trato con Thor para intentar conseguir su martillo. Una vez más, los villanos de esta historia muestran ser poco inteligentes. Por otro lado, tenemos un gesto de sacrificio propio de un héroe, en el que Thor es capaz de renunciar a su herencia por estar con Jane Foster. Esto me parece especialmente interesante, sobre todo con la perspectiva que da saber todo lo que sucederá en años posteriores con esta relación.
El pobre Verdugo no solo queda como un imbécil, sino que rápidamente es retratado como el mayor calzonazos del Universo Marvel y posiblemente el primer pagafantas de toda Asgard. A partir de este momento, y teniendo en cuenta la escena en la que es atacado por la Encantadora, bien podría haber echado raíces en otro sitio...
Desgraciadamente, el amor es ciego y no aprendió la lección. Por otra parte, la relación entre Don Blake y Jane Foster vuelve al punto de origen, mientras Odín sigue tirándose de los pelos. En el próximo número volverá a la carga, pero eso, amigos míos, es una historia para otro día...
VALORACIÓN (1ª Historia):
Cómo decía al principio, la historia tiene mayor valor histórico que otra cosa. No deja de ser un relato muy entretenido, pero demasiado inocente en el que las herramientas narrativas han perdido bastante fuerza con el paso del tiempo. La épica y el dramatismo han dado paso al romanticismo mal enfocado. Además, el tema de la relación entre un dios y una enfermera está ocupando demasiado espacio, a pesar de no buscar perspectivas interesantes ni profundizar demasiado en el tema teológico, mitológico o de cualquier índole que no sea el manido te quiero, no te quiero, tengo miedo al rechazo. Si bien es cierto que no deja de ser un aspecto tan humano como real, con el paso de los números, el tema acaba cansando un poco, y más si se le dedica un número entero como es este caso. El aspecto más positivo lo tenemos en el dibujo de Kirby, que aún no está del todo desatado, pero que cuanto más profundizo en su obra, más convencido estoy de que estaba adelantado a su tiempo. Quizá aquí no haya nada especialmente llamativo, ni espectacular, pero la simple narrativa, la manera en la que los personajes se expresan con un lenguaje corporal, ya es de por sí algo completamente espectacular. En esta historia, quien marca la pauta de cómo se debe interpretar a la Encantadora es Kirby. Los diálogos son un estorbo y nos desvían del mensaje que quiere transmitir el dibujante. Cada vez se hace más evidente que en esta colección se está fraguando algo importante y esperamos estar aquí para contarlo.
RESEÑA (3ª Historia):
Con este relato, los padres del Universo Marvel narran un nuevo e interesante capítulo de la Biblia Marvelita en una historia que, a pesar de tener solo cinco páginas, comienza por una línea para dar un cambio radical en los compases finales. Pero lo realmente interesante es cómo tenemos una mezcolanza de leyendas y mitologías para dar forma a algo propio, con el sello tan característico de la Casa de las Ideas. Lo que en un principio parece algo salido de la Odisea de Homero se convierte en la versión nórdica de la creación del Adán y Eva del Universo Marvel.
Como ya ocurriera en anteriores entregas de los “Relatos de Asgard”, Lee y Kirby combinan su propia imaginación con extractos de la mitología escandinava. El primer ejemplo de ello lo tenemos en las viñetas iniciales del relato con la aparición de Sindri, rey de los enanos y responsable de la fragua de algunos de los artefactos más poderosos de los aesires entre los que se encuentra la lanza Gungnir, propiedad de Odín. Pero un detalle especialmente curioso es el nombre con el que bautizan al barco que el enano le da a Thor: Skipbladnir. Para los amantes de las curiosidades, el nombre de la embarcación en la mitología también es conocido como Skidblandner, aunque también aparece como Skidbladnir. Originalmente fue construido por Sindri, pero en lugar de para este símil de la Odisea de Ulises, formaba parte de una apuesta de Loki con el enano. Pero lo más llamativo del asunto es que se creó a partir de unos mechones de cabello de Sif, la mujer de Thor, cortados por el propio Loki en una de sus bromas, aunque sin mala intención dice la leyenda. El barco acabaría en las manos de Frey, el hermano de Freyja.
Al llegar a la tierra de Mirmir, Thor tiene que superar un par de pruebas que muestran ciertas similitudes con las pruebas de Hércules, aunque por las limitaciones de espacio solo tenemos a un dragón y a un dios jabalí. Skord parece creado para la ocasión, mientras que Gullin presenta ciertas similitudes con Varaja, un avatar del dios hindú Visnu, que nos mantiene ligado a la mitología, aunque no sea la nórdica.
En la siguiente ronda de presentaciones tenemos a Mirmir, otro personaje extraído de la mitología escandinava, aunque en su versión original se trata de un miembro de la raza de los gigantes y tío paterno de Odín. Estamos ante uno de los dioses fundamentales de la mitología nórdica, guardián de las fuentes de la sabiduría, ubicadas en las raíces de Yggdrasill. En su momento, negó a Odín beber de dichas fuentes, por lo que tuvo que negociar con uno de sus ojos para acceder a ella. Durante la guerra entre los aesires y los vanires sería decapitado. Su cabeza se la enviaron a Odín.
Finalmente, tenemos la versión nórdica de Adán y Eva, bautizados como Aske y Embla. En la versión de Stan surgen de un aliso y un fresno, al menos así viene traducido, mientras que en la mitología surgen de un fresno y un olmo. Otra de las grandes diferencias es que en la creación de los primeros seres humanos no estuvo implicado un solo dios, sino tres. Aunque hay diferentes versiones, los implicados suelen ser por un lado, Odín, Ve y Vili; y por otro, Odín, Hœnir y Loki. En lo que coinciden ambas aversiones es en que utilizaron dos troncos que se encontraron en una playa y que cada tipo de árbol hace referencia al sexo del humano resultante. Ask, el varón, surge del fresno, y Embla, la mujer, nace del olmo. Por cierto, el nombre Ask es transformado en Aske, supongo que por seguir la línea de adaptación libre. Aún así, se pone de manifiesto una vez más, que Stan y Jack crearon estas historias a partir de la mitología, en un intento de trasladar lo máximo posible la leyenda nórdica al Universo Marvel. Y podemos dar fe de que lo consiguieron con creces.
VALORACIÓN (3ª Historia):
La verdad es que poco más puedo añadir. La historia está bastante bien, a pesar de tener tan poco espacio incluye mucha información y bebe directamente de la fuente de la mitología y la filosofía que ésta transmite en un hecho tan importante como la creación de la humanidad que, a la vez, está tan llena de misterio. También hay que destacar los diferentes rumbos que toma el argumento en el número limitado de páginas con las que contaban. Sin duda estamos ante una pequeña joya de la narrativa y la imaginación de dos autores que en aquellos momento parecían estar tocados por los mismos dioses nórdicos que presentaban al lector Marvel de la época. Gracias a estas historias, hemos podido disfrutar del génesis del Universo Marvel en un iniciativa que en el futuro será tomada como ejemplo por muchos autores para ir ampliando la información y enriqueciendo un universo de ficción que, en plena década de los sesenta publicó maravillas como esta. Dios creó el mundo en seis días, pero Stan Lee y Jack Kirby crearon a la humanidad en cinco páginas; creo que no hace falta añadir nada más.