EQUIPO CREATIVO:
Argumento: Stan Lee.
Guión: Larry Lieber.
Dibujo: Don Heck.
Entintado: Don Heck.
SINOPSIS: Henry Pym va a visitar a un científico amigo suyo con el que había quedado en su casa, pero al llegar al lugar, no encuentra a nadie. La desaparición del amigo de Pym coincide con otras desapariciones de científicos.
Varios días después, un limpia ventanas acude al laboratorio de Pym con la oferta de ofrecer sus servicios de forma gratuita, aunque en realidad lo que busca es inmovilizar al científico para secuestrarlo, llevándolo a otra dimensión.
Allí, se encuentra a todos los científicos secuestrados, que bajo las órdenes de Kulla deben crear una poderosa arma.
Pym provoca una alteración para que lo aíslen en una celda y de esa forma trasformarse en el Hombre Hormiga.
Gracias a su casco cibernético puede establecer contacto con unos insectos de la dimensión donde se encuentran, similares a las hormigas, que junto a su pequeño tamaño son las principales bazas para derrotar al tirano.
EDICIONES ESPAÑOLAS:
Inédito.
DATOS IMPORTANTES:
Henry Pym utiliza ropa de moléculas inestables por primera vez.
Primera aparición de traje diminuto del Hombre Hormiga, que le permite guardar la identidad secreta y llevarlo a todas partes con gran comodidad.
Primer número dibujado por Don Heck.
El Hombre Hormiga utiliza el casco para controlar otros insectos que no son hormigas.
RESEÑA:
El primer dato interesante no se hace esperar mucho en esta historia, y lo encontramos en la primera página.
Fijaros como en dos, de las tres viñetas, tenemos parte de la idiosincrasia de los superhéroes de la época.
Por un lado, tenemos la creación de una identidad secreta, o alter ego, que se ha ido desarrollando en los números anteriores, pero aquí cobra una forma más definida. Llevar un uniforme por si surge la ocasión es toda una declaración de intenciones.
Con esto se cierra un círculo que se abriera con el uniforme, la base de operaciones y todos los elemento que número a número se le han ido adjuntando al personaje, de forma que acabe convirtiéndose en un superhéroe más con todos sus tópicos, aunque esto en el futuro cambiará bastante, como espero que vayamos viendo.
El siguiente punto de interés radica en la creación de un elemento que será la solución argumental para muchas cuestiones de tipo estética, ya que estamos ante el nacimiento de la ropa de moléculas inestables.
Dicho así parecerá poca cosa, incluso reconozco que un elemento que con el tiempo ha sido tan utilizado e importante en el devenir de la moda superheroica, es anunciado con poca fanfarria. Es más, se explica en un pie de viñeta.
Sea como sea, asistimos a un momento histórico, que no se porque, siempre atribuí a Reed Richards, o pensé que se descubrió en la serie de Los 4 Fantásticos¹.
Centrándonos un poco en la historia, tenemos un cambio de esquema con respecto a los anteriores números. Queda atrás, al menos de momento, la radio de la policía y ese tipo de recursos, ya que por esta vez el peligro viene a buscar al propio héroe, que servirá de señuelo.
Este detalle es más importante de lo que parece, ya que hasta el momento, Henry Pym no era un científico tan reputado, de hecho, sus teorías pertenecía a una corriente poco convencional, incluso se burlaban de ella.
A pesar de que ya se interesan por él los espías rusos, como ya hemos visto anteriormente, en esta historia el personaje da el espaldarazo final hacia un estatus social muy diferente, donde se reconocen sus méritos científicos; un camino que lo llevará a situarse en la línea de Reed Richards y otros personajes similares, aunque como digo, todo nace en esta historia.
Pero estamos en los primeros compases de los años 60, así que tenemos que tener nuestra pequeña dosis de ingenuidad…
Y es que el secuestrador de científicos sea nada más y nada menos que un limpia ventanas, es algo como mínimo risible.
El recurso argumental no se sostiene, ni siquiera poniéndote en circunstancia con la época, más que nada porque los supuestos científicos inteligentes quedan como tontos del bote.
Además esta situación inicia una constante que se repite mucho en este número.
Quizá estamos muy acostumbrados a las rimbombantes explicaciones de otros personajes ligados a la ciencia, pero en este número se muestra todo de una manera muy sucinta, casi esquemática.
El limpia ventanas utiliza un líquido paralizante (¿?); el villano de la historia, Kulla, quiere construir un arma invencible; la historia se desarrolla en otra dimensión, pero no se le da nombre.
Como vemos es un planteamiento poco desarrollado, quizá para evitar meter la pata, o quizá para que la historia sea más comprensible.
Este es uno de esos detalles, que se irán puliendo en el futuro con el personaje.
El punto más flojo de la historia es sin duda el villano.
Me ha parecido un enemigo demasiado intrascendente, de hecho, muere en esta historia y nunca más se vuelve a saber de él. Y es que en este enfrentamiento hecho en falta los matamoscas o esos elementos tan característicos para intentar capturar al Hombre Hormiga. Porque un simple pisotón o un martillo es demasiado pobre.
Sin embargo, este enfrentamiento aporta un elemento que no había visto antes, y creo que tampoco después, un cuchillo.
La verdad, que no es algo más que una anécdota, pero parece que la presencia de un cuchillo entre los accesorios del héroe no tuvo que ser una idea muy bien recibida. Lo cierto y verdad, es que no recuerdo que lo utilizara posteriormente.
Pero la historia nos deja un último dato interesante, el casco del Hombre Hormiga puede comunicarse con más insectos a parte del que da nombre al personaje.
Estamos ante un hecho importante, ya que esto le permite controlar a otro tipo de insectos, en este caso los de una desconocida dimensión, pero esto propiciará que en el futuro lo veamos con hormigas voladoras y otro tipo de insectos, de ahí la importancia de este momento, que entre otras cosas es crucial para derrotar a Kulla.
No puedo terminar la reseña sin destacar algo palpable, la ausencia de Jack Kirby, que hasta el momento era el dibujante de la colección. Su sucesor es el conocido Don Heck, y casi me atrevería a decir que poco añorado, más que nada porque no es de esos dibujantes cuyo trabajo haya deslumbrado especialmente. Aún así debo reconocer que en este número me parece que hace un trabajo bastante correcto. A mi me ha gustado, incluso diría que es uno de lo mejores trabajos que le he visto en Marvel.
VALORACIÓN:
La verdad, es que voy a tener que acabar agradeciendo a Víctor que me obligara invitara a este proyecto, porque me incita a leer algunos de esos cómics que tienen una difícil salida en nuestro país, pero, sobre todo, porque la sorpresa es superlativa, ya que me esperaba tediosas lecturas de material desfasado y aburrido. No obstante, me encuentro con lecturas sumamente entretenidas y que a pesar de las bizarradas o ingenuidades típicas de la época, se pueden encontrar momentos importantes de la historia del Universo Marvel.
Para mí, un número muy entretenido, con un dibujo correcto, aunque para Don Heck eso ya es mucho, con ese punto psicodélico que en cierta forma le añade un encanto especial a la historia.
Sinceramente, me esperaba esta etapa mucho más mediocre, pero debo reconocer que me está gustando en líneas generales.
(1) La verdad es que a medida que avanzo en las lecturas, tanto de esta serie como de Los 4 Fantásticos, no estoy totalmente seguro de quien inventó las Moléculas Inestables, un tema que al principio estaba muy claro, pero que ahora se ha vuelto bastante farragoso. Mi conclusión a día de hoy -aunque posiblemente acabe cambiándola más adelante- es que se presentó a ambos personajes como creadores del invento pero a medida que el universo de ficción crecía y se cohesionaba esto no encajaba del todo bien. La única manera de encajarlo es pensar que ambos científicos lo crearon de manera simultánea. Es curioso, porque es el segundo caso de error de continuidad gordo que se produce con este personaje, el otro estaría relacionado con el invento de la reducción de tamaño que veremos más adelante en la serie del cuarteto. Esto se solucionaría años después explicando que Pym le reveló en secreto la fórmula a Reed.