EQUIPO CREATIVO (1ª Historia):
Guión: Stan Lee.
Dibujo: Don Heck.
Entintado: Don Heck.
EQUIPO CREATIVO (3ª Historia):
Guión: Stan Lee - Larry Lieber.
Dibujo: Larry Lieber.
Entintado: George Bell.
SINOPSIS (1ª Historia): Iron Man pasa frente a un teatro cuando observa que están atracando la taquilla. Rápidamente, trata de perseguir al ladrón que huye al interior del edificio, donde el artista conocido como el increíble Umberto presenta su número de escapismo. Al ver la persecución, Umberto decide utilizar sus habilidades para detener al ladrón, lo que le proporcionará una buena publicidad para él. Una vez detenido el atracador, Iron Man se lo agradece y Umberto se da cuenta que está desperdiciando sus habilidades en garitos de mala muerte, por lo que decide comprarse un disfraz y dedicarse al crimen. Debido a la flexibilidad de su cuerpo opta por elegir el sobrenombre de Espantapájaros, y utiliza los cuervos amaestrados de un compañero para que le ayuden en sus robos. Su primer objetivo será el millonario Tony Stark, ya que deduce que su ajetreada vida le mantiene fuera de su apartamento durante las noches.
Mientras tanto, Verónica Vogue llega a la oficina de Tony para su cita, pero Pepper Potts le miente para que se vaya. De ese modo, cuando llega Tony decide irse a su casa a descansar, en lugar de salir como tenía planeado y le pide a Happy que lo lleve para invitarlo a una partida de poker. Cuando ambos llegan al piso de Tony, observan que todo está desordenado, parece que han robado. Sin embargo, el ladrón sigue allí y se trata del Espantapájaros. Happy le hace frente, pero es noqueado rápidamente, mientras Tony se pone la armadura de Iron Man para enfrentarse al villano. Tras un intento fallido de detener al vengador dorado, el Espantapájaros decide huir por la ventana, aunque no es más que un señuelo para despistar al hombre de hierro, que persigue a tres de sus cuervos mientras el villano vuelve a la caja fuerte de Tony para llevarse el contenido de su interior. Se trata de los planos de unas nuevas armas transistorizadas que Stark está diseñando para el gobierno. Con este descubrimiento, el Espantapájaros se pone en contacto con Tony para chantajearle. El millonario acepta, pero introduce algo en el maletín del dinero antes de acudir a su cita.
Poco después, se produce el encuentro, en el que el villano incumple su palabra quedándose el dinero y los planos, huyendo a través del mar. Su plan consiste en cobrar diferentes pagos de Tony, a la vez que les vende los planos a los cubanos. Pero Iron Man lo ha seguido y en el maletín introdujo un imán transistorizado que le permite recuperar tanto el dinero como los documentos. A continuación, hunde el barco de los cubanos y derrota al Espantapájaros, que huye gracias a sus cuervos.
Más tarde, Tony regresa a la oficina y entrega unas entradas para una obra de Broadway a Happy y a Pepper, ya que al final no puede ir con Verónica, lo que provoca la frustración de la secretaria, cuyos planes no han salido como esperaba. Mientras, el Espantapájaros se encuentra exiliado, meditando sobre su siguiente movimiento.
SINOPSIS (3ª Historia):
En el Siglo XXI, Vince Harding es un hombre de negocios que regenta una agencia de aerocoches usados, mientras su hermano, Paul Harding, viaja por el espacio con el deseo de encontrar una civilización más avanzada que la de la Tierra. En todos y cada uno de sus viajes, Paul encuentra vida animal, incluso vida humana primitiva, sin embargo, es incapaz de encontrar una raza alienígena que supere la tecnología que él conoce. Pese a las burlas de su hermano, continúa su búsqueda incansable hasta que la financiación solo le permite un último viaje. Cuando apenas le queda combustible, en un lejano planeta, Paul y sus hombres aterrizan para encontrarse con otra raza de humanos primitivos, por lo que deciden abandonar para siempre la búsqueda. No obstante, Paul hizo caso omiso al regalo que le ofrecía el jefe de la tribu, pensando que era un simple trozo de madera, pero era una placa conmemorativa dedicada al inventor de la bomba de cobalto, que vivió en ese planeta.
RESEÑA (1ª Historia):
El número que hoy nos ocupa tiene, como atracción principal, el honor de contarnos el origen de un nuevo villano del Universo Marvel. La cuestión es que este personaje, más propio de la galería de villanos de Batman, no acaba de encajar muy bien en el entorno tecnológico donde se mueve nuestro protagonista. De hecho, tras su debut, se pasearía por diferentes series hasta que en los noventa recalaría en la faceta más terrorífica del Universo Marvel, donde realmente encaja alguien con ese aspecto. No obstante, no sé si porque su apariencia y nombre parece prácticamente un plagio de un personaje de DC, o porque no supieron sacar provecho de un concepto más propio del género de terror que de un vulgar ladrón, no ha sido un personaje con demasiadas apariciones a lo largo de las décadas. Tras más de cincuenta años de su creación, tiene poco más de medio centenar de apariciones, por lo que es obvio destacar que estamos ante un villano de segunda, pese a que tiene mucho potencial y algunos autores han sabido sacarle provecho, como J. M. DeMatteis durante su etapa al frente del Centinela de la Libertad.
Sea como sea, todo comienza con un inocente intento de atraco. Bueno, no es que sea algo del todo inocente, pero ya me entendéis. Pero más allá de que atracar un taquilla de teatro hoy en día parece una tontería, lo que no tiene perdón de Dios es que el atracador decida huir metiéndose en el propio teatro, dejando para el recuerdo una persecución con tintes surrealistas. Para colmo, el artista de la función decide hacerse el héroe y se enrolla como una pelota humana para derribar al caco. ¡Bravo!
Como el acto no era algo de carácter altruista, no me extraña nada que tras las palabras de aliento del vengador dorado, el increíble Umberto decida que es mejor dedicarse al crimen que ayudar a las personas. Es curioso, como el camino del bien y del mal transcurren de forma paralela. Si bien este acto heroico podía haber engendrado un nuevo superhéroe, Stan decide utilizar el mismo recurso para el lado tenebroso del alma huma, corrompiendo un concepto y transformándolo en vanidad, egoísmo y un ansia de poder insana. Afortunadamente, el villano de nuevo cuño deja las grandes aspiraciones para otros, él solo se centra en deseos más terrenales: ser una estrella del hampa. Todo ello gracias a su flexibilidad corporal y su innata habilidad para abrir cerrojos y cadenas. Nada puede detenerle. Ya se lo dijo el propio Iron Man.
El resto, como suele decirse, es historia. El primer paso es ver un disfraz de espantapájaros y robarlo. Sus capacidades contorsionistas le hacen pensar que es la identidad más adecuada para él. Tanto es así, que Don Heck no duda un momento en mostrarnos al villano en acción, accediendo por encima de la puerta. Y digo yo, si ninguna cerradura se le resiste, ¿para qué entra por encima de la puerta cuando va a robar los cuervos? Tal vez su habilidad no sea tan buena como dice...
Tras céntranos en el antagonista de esta historia, volvemos a la ajetreada oficina de Tony Stark, donde presenciaremos una escena que nos presenta a Victoria Vogue, la cita del playboy para hoy.
Más allá de su aspecto de rubia estereotipo, incluso algo creída y con cierto carácter, cabe destacar la mentira de Pepper, que no sabe como librarse de las chicas de su jefe para que él se fije en ella. Stan y su tendencia al romanticismo no podía faltar en la serie. Como curiosidad, decir que el personaje cayó en el olvido, hasta que fue recuperado en una miniserie, el año 2007, que profundizó en la figura del Mandarín en un ejercicio de retrocontinuidad. Así que aunque Pepper no tuvo su esperada cita, sí que consiguió que Tony se olvidase de la rubia teñida. Y no solo Tony, los guionistas también se olvidaron de ella.
Pero antes del encuentro con el villano de turno, tenemos una escena digna de la comedia, ya que Stan decide que es el momento de revelar el motivo por el que Harold “Happy” Hogan, tiene ese mote. Es decir, a que viene eso de “feliz”. En unas viñetas dignas de la película Paseando a Miss Daisy, el chófer muestra su cara de poker en lo que parece ser una sensación de euforia ante la invitación de Tony a jugar a las cartas en su casa. Pero lo mejor de todo es ese diálogo que inmortaliza el momento.
Tras esta pequeña dosis de humor y romanticismo, que sirven para ir perfilando a los personajes secundarios, Stan vuelve al tajo con el principal protagonista de la historia, que no es otro que el Espantapájaros.
Yo creo que Don Heck está más acertado en otras series de la época, pero hay que reconocer que realiza una buena entrada en escena con este villano. Porque esta es su primera aparición con un disfraz que quizá es algo tosco y rudimentario, pero diría que funciona muy bien. Como decía antes, una lástima que el personaje nazca fuera de su entorno.
Está claro que Happy no es guapo, ni muy alegre, ni siquiera es un boxeador destacable, pero tiene un gran corazón, lo que no le sirve demasiado contra el villano que está atracando el apartamento de Tony. Eso sí, lo distrae lo suficiente para que Iron Man pueda hacer acto de presencia. Lo curioso es que nadie se plantea lo rápido que ha tenido lugar el cambio. Todo ocurre de manera algo forzada, evitando los posibles interrogantes que plantea una situación como esta. Además, el enfrentamiento roza el ridículo. ¿De verdad pretende detener a un tipo con armadura con una tela y unas cuerdas? Aunque no es más que una distracción, no deja de ser demasiado simplista. Por otro lado, que en una caja fuerte solo haya papeles puede tener su lógica, pero que se los lleve sin saber que son, me parece estúpido. Sinceramente, sin llegar al nivel de despropósito de otras historias que ya hemos visto, aquí se precipita todo un poco, de forma que la historia queda encauzada para el siguiente paso: el chantaje.
Recordemos que la propuesta inicial del villano es ser una estrella del hampa, por lo que el robo y el chantaje no parecen ser una mala forma de empezar su carrera criminal. El problema es que todo acaba derivando hacia uno de los temas más recurrentes de la época: el comunismo. El robo de documentos en lugar de dinero ya debería habernos puesto sobre aviso. El chantaje, sin duda, era otro aviso. Por lo tanto, siguiendo los pasos del Trompo Humano, unos meses antes, el Espantapájaros decide vender secretos gubernamentales al enemigo estadounidense. En esta ocasión, en lugar de los rusos son los cubanos, pero la idea a transmitir sigue siendo la misma. Una vez que se descubre el pastel, solo queda espacio para la acción, aunque nadie parece rival para el héroe en esta historia.
Finalmente, Iron Man recupera los planos, derrota a los villanos, pero en lugar de atraparlos, quedan expulsados del país. Lo de los cubanos se entiende, pero la pena del Espantapájaros no, ya que sus actos no han tenido tanta relevancia como él parece creer. Este Stan y su pasión por los melodramas...
Es precisamente esa característica la que nos lleva a presenciar una escena con un diálogo que hoy día podría parecer increíble. Y es que Pepper, pese a su reticencia inicial, realmente acaba enamorándose de ese chófer “tan feliz”, incluso se casa con él. La de vueltas que da la vida, ¿verdad?
VALORACIÓN (1ª Historia):
En líneas generales, es una historia floja que muestra conceptos algo raros para esta serie. No es un número malo, pero tampoco es una maravilla, por lo que habría que dejarlo en un limbo intermedio. Aunque creo que esta colección todavía puede dar números mejores, sobre todo en el aspecto gráfico, no deja de ser un pequeño soplo para los numerosos engendros que hemos tenido el “placer” de ver por aquí. Al menos es entretenida y desarrollan un poco a los personajes secundarios, que ya es algo, pero nada realmente destacable. Si no fuese por la primera aparición del Espantapájaros, sería otro número intrascendente más, de una serie con un comienzo bastante flojo, siendo muy suave.
RESEÑA (3ª Historia):
Un número más, vuelve Uatu para presentarnos, cual Alfred Hithcock, una nueva historia que incluye una moraleja final de cierto interés. Lo realmente curioso es que el Vigilante acapara la atención durante toda una página, reduciendo sustancialmente el espacio del relato. Y para colmo, parece que ya se han olvidado del Área Azul de la Luna, por lo que ubican su hogar en un remoto lugar a años luz. En esta ocasión tiene tanta culpa Lieber como Stan, pero vaya manera de meter la pata en estos primeros años.
La historia no puede ser más simple. Dos hermanos, uno centrado en los negocios y la vida material, mientras que el otro tiene otras metas más altruistas. Esto bien podría ser una parábola del Nuevo Testamento. Sin embargo, los autores utilizan la ciencia ficción como vehículo para tratar diferentes aspectos humanos, valorando por encima de todo esa pasión por un sueño y la inquebrantable fe que hace que Paul hipoteque su vida en una búsqueda que parece inane. Podemos ver reflejado en este relato el anhelo de la raza humana por encontrar vida extraterrestre, aunque tenemos también una muestra de arrogancia, ya que pese a la inmensidad de la Galaxia, nos consideramos la civilización más avanzada. Hoy día, diría que ese pensamiento no es algo generalizado, sino todo lo contrario, pero hace 50 años era algo totalmente diferente, por lo que volvemos a tener cierta reflexión sobre la sociedad del momento.
En un principio puede ser una locura, pero tras leer ese final en el que se descubre que sí había una civilización más avanzada, pero acabó destruida por la invención de una bomba, comienzo a pensar que lo que parecía una historia inocente encierra algo más. Si antes me pareció ver un somero análisis de algunos aspectos de la humanidad, además de una pequeña crítica a la obtusa mentalidad de la sociedad del momento, ahora veo un mensaje de alarma ante la construcción de armas de destrucción masiva.
Es posible que solo sean imaginaciones mías, pero no es la primera vez que leo historias clásicas que incluyen críticas sociales, mediante géneros como el terror o la ciencia ficción. La propia EC no estaba exenta de sus moralejas en aquellos relatos presentados por personajes grotescos. En Warren también siguieron ese esquema, por lo tanto no es de extrañar que en Marvel lo reutilizasen también. Diría que este tratamiento de los conceptos es más propio de los setenta que de los sesenta, pero Larry Lieber nos sorprende, en cierta forma, al participar en un relato de estas características. Parece que este autor no solo escribió utilizando a rusos y comunistas...
VALORACIÓN (3ª Historia):
La historia no está mal, aunque como la mayoría de su época necesita un contexto histórico en el que situarla. Leída de forma aislada nos puede parecer más simplista de lo que es. A mí me parece un relato entretenido, cuyas cinco páginas no son un suplicio, el cual encierra un mensaje subliminal interesante. Además, el aspecto gráfico me parece bastante correcto, pese a que Lieber no suele ser de mi gusto, sin embargo, el entintado de George Bell le sienta bastante bien. Parece que ese día estaba inspirado el autor.