EQUIPO CREATIVO:
Guión: Stan Lee
Dibujo: Jack Kirby
Entintado: Dick Ayers
SINOPSIS:
El Planeta X está en un grave peligro, un asteroide se dirige hacia él y amenaza con destruirlo.
Kurrgo observa a la Tierra, en concreto a Los 4 Fantásticos, y planea secuestrarlos para que utilicen sus conocimientos y poderes, para encontrar una solución al problema de su planeta, ya que a pesar de su avanzada tecnología no se han preocupado en explorar demasiado el espacio y no tienen naves espaciales suficientes para evacuar a los habitantes del planeta.
El cuarteto, ajeno a todo esto, se prepara para una cena en Washington a petición del congreso.
Mientras Kurrgo envía a un robot a la tierra para que secuestre al cuarteto, para ello emplea un sofisticado aparato, llamado el rayo hostil, el cual vuelve a todos los habitantes del planeta en contra de aquellos a los que hasta ahora consideraban héroes.
Ante esta tesitura, Reed y los suyos se ven entre la espada y la pared, aceptando marchar al Planeta X con el robot enviado por Kurrgo. Una vez allí deben encontrar una solución en 24 horas, o sino ellos mismos tendrán el mismo destino que los habitantes del Planeta X.
De esa forma Reed crea unos proyectiles que inundan el planeta con un gas reductor, para que puedan entrar todos los habitantes en una sola nave y así encontrar un lugar donde empezar una nueva vida.
Sin embargo, la ambición de Kurrgo le hace quedar atrás con el antídoto de la reducción de tamaño, aunque Reed nos desvela que realmente tal antídoto no existía.
RESEÑA:
Los miembros de la Primera Familia Marvel son los exploradores por excelencia del Universo Marvel, valga la redundancia, y como ya se ha visto en números anteriores, en esta serie asistimos al nacimiento de nuevas razas extraterrestres dentro de este universo de ficción naciente. En este caso le toca el turno al Planeta X y a un habitante un tanto peculiar: Kurrgo.
Principalmente llama mucho la atención que un planeta tan avanzado, capaz de vigilar lo que ocurre dentro de un edificio en la Tierra, no sea capaz de solucionar un problema, que por cierto se parece mucho al que tuvo el planeta Krypton, ¿casualidad? Personalmente lo dudo mucho…
Sea como sea, esto es una de esas incongruencias, que denotan la inocencia con la que trataban al lector en aquello años.
Aunque hay que reconocer que al número le falta cierta fanfarria, ya que es la primera vez que consiguen ir a otro planeta tras el intento fallido del primer número de la serie. Por lo menos la gravedad del planeta les hace mostrar algo de sorpresa.
De nuevo el dominio de Kirby de la perspectiva nos deja una de esas imágenes para el recuerdo. Quizá de lo mejor de este número.
Sin embargo, dentro de este número lo que da la sensación, es que 24 páginas eran demasiadas. Hay que recordar que la mayoría de historias que estamos viendo estaban entre las 12 o 15 páginas, mientras que aquí tenemos 24.
Por lo tanto, para rellenar, Stan empleó una de las situaciones recurrentes del grupo, las constantes bromas entre Ben y Jhonny.
Quizá visto hoy en día, es algo que se ha tomado como natural; pero necesitamos hacer un ejercicio mental para situarnos en una época donde los miembros del grupo son una familia y entre ellos hay las disputas habituales de la susodicha. Cobran un gran protagonismo las bromas, algo pesadas en ocasiones, que se gastaban ambos personajes de forma constante. Algo que con el tiempo se iría atenuando, dando entrada a cosas más sutiles como la batalla dialéctica, aunque nunca dejaron de volar objetos en el interior del edificio Baxter.
Pero antes de partir al espacio, Stan quiere dejar constancia de algo poco habitual en los héroes Marvel, el reconocimiento de su heroísmo y el aprecio del público en general.
Esto me parece un detalle importantísimo para acercarnos a la gran diferencia entre DC y Marvel en estos aspectos, ya que Marvel buscaba al héroe más humano, menos idealizado. De esa forma el público, en general, ofrecía diferentes opiniones con respecto a los autoproclamados héroes, llegando a considerarlos a algunos como unos auténticos proscritos, a pesar de sus actos. Quizá el más conocido sea
Spiderman.
En esta imagen se inmortaliza un momento que se repetirá con otro de los grandes grupos de esta época, Los Vengadores, pero que no era algo para nada habitual en los protagonistas de este universo de ficción, mientras que en la "Distinguida Competencia", los héroes colaboraban abiertamente con la policía o les erigían estatuas y museos. Aquí las cosas eran diferentes, para mí una de las características más claras del encanto de este universo.
Curiosamente, después veremos que no es otra cosa que un recurso utilizado como pretexto para que los protagonistas se vean obligados a ir al Planeta X.
De todas formas, casi podríamos decir que es una escena que vaticina el éxito que acabará teniendo el grupo realmente.
Tampoco podemos olvidar la presencia del robot de Kurrgo, al que parece que nadie ha visto necesario ponerle un nombre. Pero el personaje viene acompañado de aparatos cuya tecnología en aquella época era impensable, como una televisión portátil, aunque a mí me llama mucho más la atención el Rayo Hostil. Y es que Stan Lee a veces elegía algunos nombres para los inventos algo risibles.
Bueno, me atrevería a decir que podríamos hacer casi una tesis para analizar la utilización de la tecnología por parte del jovial autor. Y es que siempre me llamó la atención la habilidad para crear frases rimbombantes para explicar la ciencia que aparecía en sus tebeos. Aunque nosotros tenemos la suerte de ver esos inventos con la perspectiva de más de 50 años y ver, con cierto asombro, que algunas ideas plasmadas en este número hoy día son una realidad. Obviamente mejor diseñadas…
Esto es la imagen de un GPS de la época, o al menos su función es muy similar.
Por último había que destacar un par de cosas. La primera es la reutilización de algo como un invento novedoso, ese algo no es otro que el gas reductor de tamaño, que si habéis seguido las anteriores reseñas, sabréis que ya lo inventó Hank Pym. Con lo cual tenemos un pequeño auto plagio, aunque posteriormente se arreglaría este pequeño desliz de Stan Lee en Marvel Saga nº 5. Allí se establece que es la misma fórmula de Pym y que éste le reveló la fórmula en secreto. Desde luego es algo plausible.
Lo segundo, es el final que se le da a la historia; un final donde la maldad y el ansia de poder tienen su castigo, aunque parece que Reed ya había planeado algo para los habitantes del Planeta X y castigar su secuestro.
Me llama mucho la atención, que en un mismo mes dos números de colecciones diferentes tengan unos finales tan "drásticos", donde hay mucha justicia poética en ellos. De nuevo me niego a creer que todo sea fruto de la casualidad…
VALORACIÓN: Para mí estamos ante uno de los números más flojos de los 10 primeros de la colección. Sobre todo por un guión bastante ridículo a poco que te pares a analizarlo un poco.
Primero, si están vigilando a los 4 Fantásticos, deben saber que si les pide ayuda, se la darán. Segundo, una civilización más avanzada que nosotros piensa en un grupo de humanos para que le solucione su problema y no tiene una mejor idea que raptarlos. Todo esto lo veo cogido por los pelos y sería algo suave.
Por otro lado tenemos la reutilización de conceptos como la reducción de tamaño o la sensación de que la historia entraba en la mitad de páginas.
Aunque parece que lo de la reducción de tamaño lo arreglaron más de 20 años después. Ver para creer.
Hay que reconocer que es un número durillo de leer y que no aguanta muchas relecturas, al menos desde un punto analítico actual.
La etapa inicial del cuarteto tiene historias mejores, pero esta es una de esas que es mejor olvidar, por muy fan de los clásicos que uno sea.
Además el trabajo de Kirby no luce tanto como cuando lo entinta Joe Sinnot en esta serie y el aspecto gráfico se resiente un poco.