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por Óscar Rosa Jiménez ![]() El recopilatorio comienza con Iron Man #209, uno de los pocos guiones escritos por Dennis Mallonee para Marvel, un escritor que había entrado en el mundo de los cómics gracias a Bill Mantlo, al que le sugirió algunas de sus ideas. Además, junto al artista Rick Hoberg, trabajó en The Official Handbook of the Marvel Universe, colaboración que les llevaría a trabajar de nuevo en esta entrega de la cabecera del Cabeza de Lata. Curiosamente, Mallonee no es recordado especialmente por su trabajo en Marvel, bastante insustancial por otra parte, sino por aprovechar a mediados de los ochenta algún tipo de resquicio legal en el copyright de los Campeones, cuya serie se habría publicado casi una década antes por la Casa de las Ideas, pero cuyo nombre utilizó para un proyecto publicado por la editorial norteamericana Eclipse Comics. Curiosamente, esto obligó a Marvel a no poder utilizar el nombre de los Campeones hasta bien avanzado el nuevo siglo. Pero mucho antes de eso, el dúo formado por Mallonee y Hoberg, con la presencia de los entintadores Ian Akin y Brian Garvey, realizarían una historia que intenta explorar la eterna dicotomía entre magia y tecnología. Para ello, nuestro protagonista formaría equipo con nada más y nada menos que Jack Russell, la versión marvelita del Hombre Lobo, el reconocible icono del género de terror más clásico. Utilizando muy bien esta extraña alianza que ofrece un escenario tan variopinto como el del Universo Marvel, Mallonee construye un argumento que gira en torno al lupino colaborador del Hombre de Hierro, utilizando para ello a la hermana de Jack, Lissa, que presenta ciertas reminiscencias de su maldición familiar, sirviendo para traer de vuelta a Morgana le Fay. Esto sirve en cierta forma para recuperar el concepto de caballero de brillante armadura que representa el propio Iron Man, pero también para ponerlo de nuevo frente a frente con la hechicera. Recordemos que el Vengador Dorado estuvo anteriormente en la Inglaterra del Rey Arturo, de donde surge esta villana, que fue presentada por primera vez en un cómic Marvel en la clásica serie Black Knight, publicada en 1955 y realizada por Stan Lee y Joe Maneely, hasta convertirse en una antagonista habitual de los Vengadores y su franquicia. ![]() El tercer invitado a la colección sería el guionista Howard Mackie, un escritor que pocos años después sería el responsable de relanzar al Motorista Fantasma, bajo la encarnación de Danny Ketch, además de escribir un buen número de series arácnidas, la mayoría recordadas hoy con cierto rechazo. Curiosamente, mucho antes de eso, unía sus esfuerzos con el dibujante Alex Saviuk, otro artista ligado al trepamuros, para traer de vuelta a otro villano de la particular galería del Hombre de Hierro: el Láser Viviente. Aparecido por primera vez en The Avengers #34, Arthur Parks era un brillante científico que entró en una grave depresión tras ser abandonado por su novia, Lucy Barton, lo que le llevó al punto de acosarla y, a su vez, a toparse con los Héroes más Poderosos de la Tierra. En esta ocasión, no controla demasiado bien sus poderes, pero tampoco acepta con agrado la ayuda de Iron Man, provocando la inevitable confrontación. Si durante la etapa de O’Neil hemos hablado de la presencia poco carismática de los villanos, ahora vemos como los distintos guionistas que pasan por la colección intentan recuperar ecos del pasado y antiguos enfrentamientos, recurriendo a la continuidad, pero sin forzar que estas apariciones sean especialmente relevantes para el futuro. A pesar de ello, Mackie sería el encargado de despedir formalmente a Bethany Cabe, que no regresaría hasta años más tarde, cuando la serie rondara los 300 números. Por si fuera poco, Jim Rhodes volverá a plantearse su papel bajo la armadura, algo que definirá en cierta manera su devenir en la colección. ![]() En la recta final del recopilatorio, coincidiendo con el 25 Aniversario de Marvel Comics, Danny Fingeroth se establece como guionista definitivo de la etapa de transición que atraviesa el Vengador Dorado para romper en gran parte con el esquema habitual hasta el momento. De ese modo, presenta una historia en dos partes donde el principal protagonista será Dominic Fortune. Este aventurero con reminiscencias pulp fue creado por Howard Chaykin en Marvel Preview #2, compartiendo cartel con el Castigador en una publicación que estaba totalmente orientada al héroe urbano. Sus orígenes se remontan a los años treinta, donde obtuvo fama mundial como aventurero de alquiler, cosechando una gran fortuna enfrentándose principalmente a criminales. Ya en los años cuarenta se las vería con quintacolumnistas nazis, para a continuación participar en la Segunda Guerra Mundial sirviendo bajo la bandera estadounidense. A pesar de su avanzada edad, y aunque Fingeroth plantearía un posible relevo, este no llegó a fructificar, por lo que Duvid Jerome Fortunov se pasearía por diferentes títulos protagonizados por Spiderman durante los ochenta, aliándose más tarde con la también mercenaria Marta Plateada. En la última década, en otro ejercicio de continuidad del propio Chaykin, el personaje se incluiría dentro de la formación de los Vengadores en un tiempo en el que ese concepto como tal no existía, pero que entraría dentro de la corriente de éxito de la franquicia bajo el título de Avengers 1959, año en el que transcurrían sus aventuras con un marcado tono de espionaje. ![]() Fingeroth se despide en Iron Man #214 con la que posiblemente sea la historia de mayor relevancia del tomo, aunque no para su protagonista. Por enésima vez en este volumen, Tony Stark es un secundario de su propia serie, cediendo el protagonismo a Julia Carpenter, más conocida en aquellos momentos como Spiderwoman. Se trata de un personaje creado por el Editor en Jefe de Marvel, Jim Shooter, durante Secret Wars, una maxiserie de la que ya hablamos en su día en esta sección (Artículo 62). Aunque no sería Shooter quien la desarrollaría realmente, ya que su aparición fortuita siempre estuvo rodeada de cierto misterio. No obstante, tras el evento, pasaría a formar parte del entorno mutante, bajo las filas de la Fuerza de la Libertad, un grupo de mutantes al servicio del gobierno siguiendo órdenes de Valerie Cooper. Fingeroth tenía otros planes para el personaje, llegando incluso a escribir el guion de una serie limitada que enlazaba con este episodio de la cabecera de Iron Man, pero que por desgracia nunca llegó a ver la luz. A pesar de todo, esta historia supondría un punto de inflexión en la carrera de Julia, ya que comenzaría a estrechar lazos con los Vengadores, hasta ingresar más tarde como integrante de los Vengadores Costa Oeste, participando incluso en su versión noventera, Fuerza de Choque. De ese modo, y sin que sirva de precedente, en esta etapa de transición, sí que tenemos una historia de cierta relevancia para el futuro, rompiendo un poco la dinámica de los números anteriores, dejándonos en las puertas de una nueva y prometedora etapa para el Vengador Dorado, en la que regresaban a la colección dos autores recordados con cariño por los lectores más veteranos: David Michelinie y Bob Layton. La serie encaraba la segunda mitad de la década de los ochenta, y un rayo de esperanza se oteaba en el horizonte, aunque tras la muerte de la inocencia tenemos el oscuro presagio de una guerra, pero eso, como suele decirse, es una historia para otro día. |
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