LOS VENGADORES DE ROY THOMAS (III)
por Fernando del Moral


Aproximándonos a la recta final de esta etapa, hay que destacar un hecho importante como es el ascenso de Roy Thomas a Editor Jefe de Marvel en 1972, sustituyendo a Stan Lee. El cambio coincide con la gran explosión y diversificación de los títulos publicados por la Casa de las Ideas, cuyas temáticas van más allá del género superheroíco en sí mismo. Son años de mucho compromiso sociopolítico e inquietud cultural. Así pues, vemos títulos como Conan the Barbarian (este de 1970), Tomb of Dracula, Master of Kung Fu o Werewolf by Night, entre otros, que reflejan ese interés por lo sobrenatural, la espada y brujería, la ciencia ficción, el western o las artes marciales. Todo ello, por supuesto, entremezclándose en mayor o menor medida con el trasfondo superheroíco marvelita. Hay que añadir que estos cambios no sucedían de la noche a la mañana, sino que ya se fraguaban paulatinamente y, de algún modo, se reflejaban también en las aventuras de muchos superheroes. Los Vengadores no van a ser ninguna excepción.

Aprovechando subtramas traidas de la serie de SHIELD, en The Avengers #72, asistimos a la presentación del Zodiaco, otro de esos grupos empeñados en la dominación mundial y que acabará, con el tiempo, convirtiéndose en uno de los enemigos recurrentes de los Vengadores. Aparte de la relación que hay con el asunto de los hermanos Furia, otra curiosidad es la aparición de un Rick Jones ya unido al Capitán Marvel mediante las Nega Bandas kree. Estamos pues ante una suerte de Team-Up, ya que Thomas es escritor en ese momento tanto de The Avengers como de Captain Marvel, aunque en esta ocasión el autor se las apañará para que no se descubra la relación entre el joven y el kree, al menos por ahora. En el fondo no dejan de ser detalles sin importancia cuyo principal objetivo (aparte de la publicidad) es sobre todo mejorar la cohesión y la sensación de universo compartido.

Los siguientes números tienen más enjundia porque reflejan de manera evidente ese momento político y social que atravesaban los Estados Unidos. Primero, un enfrentamiento contra los Hijos de la Serpiente, que sirve de excusa para ahondar en la cuestión racial; y segundo, coincidiendo con el retorno de Mercurio y la Bruja Escarlata, se toca el tema del feminismo, donde asistimos a la presentación de Arkón, un guerrero de claras reminiscencias howardianas en clave dimensional y ultramachista. Arkón no es sino un recordatorio de que ya no estamos en la época de las damiselas en apuros que nos mostraban Lee y compañía, y prueba de ello son sus constantes e infructuosos intentos de cortejo a toda superheroina que se le cruce, donde casi siempre acaba malparado y en evidencia frente a ellas. El trasfondo que rodea a Arkón será argumento recurrente en casi todas su posteriores apariciones en las principales series de la editorial.

Dicho feminismo se hace más palpable aun con la irrupción de las Liberadoras, un grupo formado por varias superheroinas del momento, aunque con doble mensaje debido a la proclama radical de su líder. Tenemos a la Encantadora, que estaba suplantando a la Valkiria para así embaucar a sus seguidoras y que, en realidad, solo quería vengarse de los hombres por puro y simple despecho hacia el Ejecutor. De todas formas, sí es cierto que el papel de la mujer es más notorio y activo, en contraste con la misoginia propia de los años sesenta. Los tiempos cambian y los cómics simplemente reflejan esos cambios.

Sobre la célebre Guerra Kree-Skrull no nos vamos a extender mucho, pues Óscar ya nos habló de la saga en su día (Artículo 13), pero si conviene señalar que es precisamente en medio de tamaño conflicto intergaláctico somos téstigos de la relación sentimental que nace entre la Visión y la Bruja Escarlata. Semejante atracción "imposible" nos es mostrada de una manera escueta pero efectiva por parte de los autores (inconmensurable el arte de Neal Adams) a la par que lógica. Si vimos en su momento llorar a la Visión, esto era el paso siguiente. La escena con el sintozoide huyendo de su pelea con el Superskrull por miedo a poner en peligro a una Wanda secuestrada es, sin duda alguna, uno de los momentos más destacados de esta aventura, y que plasma de manera perfecta la dualidad hombre/máquina que atormenta al androide.

La Guerra Kree-Skrull nos dejaba momentos memorables, como eran el viaje del Hombre Hormiga por el interior de la Visión, el encuentro con los Inhumanos o el papel decisivo de Rick Jones en el conflicto, con un genial homenaje a la Golden Age incluido. Buen colofón para una etapa sino fuese porque con vistas al número 100 de la serie los autores aun se reservaron otra bala en la recámara. La Guerra de los Dioses nos brinda la vuelta de Clint Barton como Ojo de Halcón, abandonando de manera definitiva su rol como Goliat. El mismo Barton será quién encuentre a un perdido y amnésico Hércules, que no veiamos desde The Avengers #50. De nuevo, los Vengadores se ven envueltos en otro conflicto épico, y esta vez de carácter mitológico, pues les toca liberar un Olimpo usurpado por Ares y la Encantadora, cuyo culmen tenemos en el tan especial The Avengers 100, de ahí que sea la primera vez que veamos reunidos a todos aquellos que han sido vengadores en su momento, Hulk y el Espadachín incluidos.

La salida de Roy Thomas en la serie está condicionada, precisamente, por sus nuevas labores como director editorial, que le saturan de trabajo, y puede que ese sea el motivo por el cual sus últimos números dejen mucho que desear. Solo podemos destacar (y no para bien) el retorno de los Centinelas, idea de un joven Chris Claremont que por aquel entonces hacia labores de ayudante editorial de Roy Thomas. La prematura cancelación del título The X-Men, provocó que aquella idea se pospusiese y diese luz en The Avengers #102- 104. En cualquier caso, estamos ante una historia torpe e inncesaria por parte tanto de Thomas como de Claremont. Lástima.

Y con esto, tras seis años ininterrumpidos, llegamos al punto y final para Roy Thomas, pero no así para los Vengadores, cuyos guiones serán cosa de Steve Englehart, autor que desde luego sabrá aprovechar una herencia que más de cuarenta años después aún perdura. Además, cabe destacar el apartado artístico, que ha sido de un nivel más que excelente, donde hemos visto pasar talentos como Sal Buscema, Neal Adams, Barry Windsor-Smith o Tom Palmer, pero destacando por encima de todos a John Buscema, que seguirá formando tándem creativo con Roy Thomas en Conan the Barbarian, donde tanto escritor como dibujante nos darán la mejor versión de sí mismos. Que suerte haberlos visto evolucionar en estos Vengadores, que debido a la irregularidad en algunas de sus historias no pienso que estemos ante la mejor etapa, pero sí desde luego ante una de las más icónicas e influyentes.


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