por Óscar Rosa Jiménez El origen del Hombre Hormiga se remonta a Tales To Astonish #27, con fecha de portada de enero de 1962, en una historia protagonizada por un científico llamado Henry Pym. El binomio formado por los hermanos Stan Lee y Larry Lieber dio forma a un relato que bebe de la ciencia ficción de la época y que contó con el dibujo del siempre fiable Jack Kirby. No me cabe la menor duda de que la mayor fuente de inspiración para los guionistas, aunque no sea la única, para los guionistas se encuentra en la película estadounidense titulada "El increíble hombre menguante" (The Incredible Shrinking Man), dirigida por Jack Arnold, que se estrenó en 1957. A su vez, la cinta protagonizada por Grant Williams es una adaptación de la novela homónima escrita por Richard Matheson. Estamos hablando del autor de la famosa novela "Soy leyenda", que abordaba el tema de los vampiros desde una perspectiva tan diferente como apocalíptica. También es el autor de "Duel", un relato que Steven Spielberg adaptó a la gran pantalla, estrenada en España con el título "El diablo sobre ruedas", y que incluso ha tenido una adaptación al cómic más o menos reciente bajo la batuta de Joe Hill, publicada por la editorial independiente IDW. Además, Matheson destacó como guionista de varios capítulos de la serie de televisión "La Dimensión desconocida" (Twilling Zone), una gran fuente de inspiración para las colecciones que publicó Marvel bajo los sellos Timely y Atlas, poco antes de la llegada de la Era Marvel de los Cómics, y cuya reminiscencia estuvo muy presente en los primeros compases del Universo Marvel. La película tendría un remake realizado por Joel Shumacher en 1981, cuyo protagonista sería una mujer en lugar de un hombre. La influencia de Matheson es tal que ha sido el objetivo de multitud de homenajes tan curiosos como dar nombre a un personaje en "Expediente X", a una calle en el videojuego "Silent Hill" o a una ciudad en la película "Cariño he encogido a los niños". Incluso el famoso novelista Stephen King ha admitido inspirarse en él para uno de sus libros. Por otro lado, nuestro protagonista de hoy nació en un contexto histórico marcado por acontecimientos tales como el fenómeno OVNI, la Era Atómica y la Guerra Fría. Esta amalgama de elementos es el caldo de cultivo sobre el que se desarrollan la mayoría de sus aventuras a lo largo de la década de los sesenta. Cabe destacar que, al contrario que otros héroes del emergente Universo Marvel, el Hombre Hormiga surgió en un relato que no buscaba continuidad. Estamos ante un visionario que es tildado de loco por la comunidad científica, cuyo descubrimiento le lleva a vivir una emocionante y peligrosa aventura en el mundo de los insectos. Su experiencia le insta a guardar su hallazgo a buen recaudo, con el fin de abandonar sus investigaciones para evitar posibles riesgos en el futuro. Sin embargo, Stan Lee recurrió al personaje varios meses después, considerando su potencial como superhéroe. Tras el éxito de Fantastic Four, se fue aumentando la nómina de superhéroes en el Universo Marvel. Una vez cotejado el resultado de las ventas del número de Tales To Astonish, en la Casa de las Ideas pensaron que una de las nuevas incorporaciones al naciente universo de ficción podría ser Henry Pym, debido a la buena acogida de los lectores. El resto, como suele decirse, es historia. En Tales To Astonish #35 se volvió a reunir el mismo equipo creativo para dar comienzo a la andadura del Hombre Hormiga, que esta vez sí abrazó el concepto de superhéroe, en la línea de lo que venía planteando Stan Lee desde finales de 1961. Al parecer, sus tareas editoriales no le dejaban demasiado tiempo, por lo que tuvo que delegar en Larry Lieber para que desarrollara los guiones, al igual que ocurrió en otras series de la época como Strange Tales y Journey Into Mystery. A pesar de ello, y a diferencia de otras de sus creaciones, Stan se mantendría ligado al proyecto, aunque solo fuera aportando los argumentos básicos. En los primeros compases del serial, podemos observar la estructura básica de un relato fantástico con la constante presencia de componentes que nos trasladan a una década marcada por los elementos que comentábamos antes. De esa forma, el villano de turno hunde sus raíces tras el telón de acero o, en su defecto, proviene de una lejana galaxia. Incluso se puede dar el caso de que se combinen ambos conceptos en uno. Además, para añadir un pequeño toque de suspense, los autores emplearon el socorrido recurso de desenmascarar al culpable de la villanía en la fase final de la historia, dando algún brusco golpe de timón para sorprender al lector. Algunas veces lo consiguieron, mientras que en otras ocasiones podríamos pensar que estamos ante un extravagante y clásico deus ex machina. En esta hornada de historias, a caballo entre la ciencia ficción y la propaganda anticomunista, nacieron villanos como el Camarada X o el Escarabajo Escarlata. Este último es posiblemente el enemigo que reúne el máximo número de clichés, ya que se trata de un escarabajo irradiado que intenta conquistar el mundo con un ejército de insectos. Entre ladrones de joyas, entes alienígenas y espías comunistas, surgirá el que podríamos considerar el enemigo definitivo de Hank Pym: Cabeza de Huevo. Por primera vez, tenemos un contrincante a la altura del héroe, no tanto por sus habilidades físicas sino por las mentales. Los autores presentaron un villano con conocimientos científicos, lo que provoca un duelo intelectual a la altura del que protagonizaban Reed Richards y Víctor Von Muerte en Fantastic Four. A medida que avanza la serie, se convertirá en un oponente recurrente, y quizá en uno de los más interesantes de la esmirriada galería de villanos del Hombre Hormiga. Me gustaría destacar una historia que se sale de la tónica habitual de la colección, dentro de lo que podríamos considerar la primera fase del serial. Se trata de Tales To Astonish #43. En ella tenemos un relato que rompe la norma y nos plantea una interesante crítica social: la marginación que sufren las personas en el mundo laboral al llegar a cierta edad. Curiosamente, este es uno de los pocos conceptos que se plantean en la serie al que no le ha afectado ni un ápice el paso del tiempo. Un problema real como la vida misma, que queda reflejado bajo una pátina de ficción. Estamos ante uno de esos días en los que Larry Lieber debía de estar inspirado, y no pensaba en invasiones extraterrestres o en pérfidos comunistas. Uno de los aspectos más negativos de la etapa inicial del pequeño héroe reside en la ausencia de personajes secundarios en la colección. Si bien es cierto que todos los esfuerzos de los autores se centraban en hacer evolucionar al personaje, esa soledad hacía patente sus carencias si lo comparamos con sus compañeros del Universo Marvel. Hank Pym había pasado de científico repudiado a algo parecido a una eminencia en su campo, la bioquímica. Una labor que compaginaba con su búsqueda de la justicia como Hombre Hormiga, con el beneplácito de sus conciudadanos y de la propia policía con la que colaboraba en bastantes ocasiones. Poco a poco, quedaba retratado como un reconocido bioquímico, un gran inventor y un superhéroe querido. En esta faceta, destaca especialmente su cuartel general, diseccionado constantemente a través de los diagramas típicos de la Marvel clásica, y los diferentes artilugios que le permiten llegar al lugar de la acción, siempre acompañado de sus fieles hormigas. Otro de los rasgos característicos del personaje es el constante cambio, algo que queda patente en la fórmula que utiliza para reducir su tamaño. Primero será una sustancia líquida; posteriormente adoptará la forma de capsulas que llevará en el cinturón; y finalmente se convertirá en una solución gaseosa de lo más útil. Pero uno de los puntos de inflexión más importante tiene lugar en Tales To Astonish #44, cuando llega a su vida Janet Van Dyne. Para introducir a una compañera de aventuras, los autores utilizaron todos los tópicos de la época, añadiendo un pequeño toque dramático y profundizando en el pasado de Hank Pym. Dejando a un lado la presencia alienígena o la omnipresente amenaza soviética, el origen de la Avispa añade tridimensionalidad al Hombre Hormiga, estableciendo un nexo de unión con el hecho que le marca lo suficiente como para convertirse en un adalid de la justicia. Además, se rompe definitivamente el esquema que se venía desarrollando desde el principio, aumentando un poco la calidad de las tramas, aunque sea de una forma leve. Janet comienza su carrera superheroica como sidekick, acatando órdenes, pero poco a poco surge el interés romántico y su papel como protagonista va cobrando mayor fuerza, alcanzando el nivel de compañera en distintos aspectos de la vida de Hank. La colección se mantiene sin personajes secundarios, salvo diferentes animales de compañía que aparecen y desaparecen según las exigencias del guión, por lo que todo gira en torno a una relación que va adquiriendo ese tono melodramático tan característico de las creaciones de Stan Lee. La llegada de la Avispa supone un punto de inflexión importante y un soplo de aire fresco en una colección que estará marcada por el constante cambio. Janet es una esclava de la moda y creará uniformes diferentes tanto para ella como para su compañero. Asimismo, Pym creará un arma que la dotará de un aguijón, a semejanza del insecto que toma su nombre. La inocente relación de compañerismo pasa a un nivel romántico a las pocas viñetas, lo que nos permite ver el tratamiento insultante que recibe el personaje simplemente por ser una mujer. Prácticamente cae en el olvido la determinación de Janet por ser una defensora del bien y una joven aventurera, convirtiéndose en una obsesa de las demostraciones de amor, una costurera y una chica banal", llena de frivolidades, perfecta para convertirse en el punto débil del héroe y el objetivo de los secuestros. Los lectores reivindicarían un mayor protagonismo de la Avispa, lo que provocaría que comenzara a formar parte de la logoforma, y que incluso invirtiese los papeles tímidamente, salvando al Hombre Hormiga en alguna ocasión. También protagonizaría una serie de relatos en los que se convertía en narradora de cuentos en un orfanato; siempre bajo el paraguas de la ciencia ficción y la tendencia a mostrar alguna moraleja final, en una clara reminiscencia al pasado de la editorial. Una vez superada esa fase, la Avispa conseguiría protagonizar alguna aventura en solitario, antes de que Hulk se apropiase de la otra mitad de la revista. De forma paralela, la pareja se introduciría en el cosmos de la Casa de las Ideas formando parte de los Héroes más Poderosos de la Tierra, justo antes de la siguiente fase, en la que Hank Pym adopta una nueva identidad: el Hombre Gigante. A partir de ese momento, el personaje utiliza los cambios de tamaño como principal arma contra el crimen, junto a sus fieles hormigas, en una evolución hacia un héroe aventurero en constante entrenamiento y con un cuartel general adaptado a su nuevo rol. Teniendo en cuenta el posterior desarrollo de Hank, cuesta imaginarlo en una faceta tan entregada al superheroísmo, aunque la mente analítica de científico siempre está presente, al igual que su capacidad inventiva. En este momento de su carrera se topa con algunos de los enemigos más conocidos, la mayoría de los cuales acabarían convertidos en enemigos de los Vengadores. Cabría destacar al Puercoespín, un villano hijo de la industria armamentística estadounidense; el Caballero Negro, una mezcla entre la ciencia y el Medievo; la Peonza Humana, cuya obsesión por Janet se desarrollaría con el paso de los años, y que tiene el dudoso honor de ser el único enemigo que necesitaría dos episodios para ser derrotado; y el Borrador Viviente, otro villano que parece extraído de un episodio de "La Dimensión desconocida". Habría otros de menor calado y sin demasiada proyección en el futuro del Universo Marvel, que siguen el tono monotemático de la época tan obsesionado con el comunismo, lo sobrenatural o el enigma procedente de las estrellas. La cohesión del universo de la Casa de las Ideas propiciaría que el Hombre Hormiga visitara la colección protagonizada por la Primera Familia de Marvel, y que fuese una pieza clave en la formación de un grupo tan importante como los Vengadores, lo que a su vez propiciaría que él mismo recibiese a invitados tan especiales como Spiderman, o cierto monstruo gamma con el que acabaría compartiendo cartel a partir de Tales To Astonish #60. Incluso los Héroes más Poderosos de la Tierra tendrían algún pequeño cameo. También tendríamos algún villano característico de otra colección, como es el caso de Attuma, aumentando esa sensación de universo compartido que fue creciendo en los títulos de la editorial a finales de la década de los sesenta. Finalmente, en Tales To Astonish #69 concluía el periplo de las aventuras del dúo en solitario, cuyas vidas continuarían desarrollándose poco después en el seno de los Vengadores, convirtiéndose por derecho propio en una piedra angular del grupo. Al contrario que sus compañeros, la falta de colección propia facilitó la labor de los guionistas a la hora de hacer evolucionar a unos personajes sobre los que apenas se profundizó durante su independencia previa. De ese modo, se convertirían en valiosos instrumentos para generar interesantes tramas en torno a ellos. Roy Thomas fue uno de los principales impulsores de la pareja, gracias a la creación de Ultrón y la Visión, trasladando a las viñetas un interesante complejo de Edipo cibernético, en una vuelta de tuerca a los conceptos básicos de las novelas de Isaac Asimov. Si la evolución de los personajes estaba marcada por el cambio, el apartado artístico no podía ser menos. El trío formado por Lee, Lieber y Kirby apenas duró seis números, aunque el dibujante regresaría para narrar el origen de la Avispa. Este trabajo del Rey posiblemente no pase a los anales de la historia, a diferencia de otros que sí se mantienen en la memoria de los aficionados de manera constante, pero es un buen ejemplo para ver en acción a uno de los grandes dibujantes de la industria del cómic americano en cuestiones de perspectiva. El hecho de que nuestro protagonista sea más pequeño de lo habitual, implica un dominio importante del enfoque narrativo, algo que Kirby controla a la perfección en estas historias. Si bien es cierto que está lejos de su efervescencia creativa o de su grandeza épica, la técnica y el diseño que aporta a estas historias son las principales características de un dibujante que demuestra su talento en cada viñeta. Quizá sea un trabajo menos sorprendente y más funcional, pero Kirby siempre está a la altura de las circunstancias y pocas veces defrauda. Su sustituto será un irregular Don Heck que, a pesar de todo, creo que realiza un trabajo bastante competente. No sé si es por el color, por su propio entintado o porque simplemente le pone ganas, pero diría que está un peldaño por encima de su etapa en los Vengadores. Por su parte, Larry Lieber dejaría paso a Ernie Hart, más conocido como H. E. Huntley, un veterano autor que durante los años treinta y cuarenta trabajó para Timely Comics. Su labor siempre se centró en un género conocido como Funny Animal: tebeos protagonizados por animales con un estilo muy similar a los personajes de Disney. Entre sus creaciones destaca Super Rabbit, una suerte de Superman-conejo, que vio la luz en Comedy Comics #14. La llegada de Hart a la colección se produciría al mismo tiempo que Janet se introducía en la vida de Hank Pym, por lo que posiblemente sea el principal responsable de ese soplo de aire fresco que comentaba antes. Para la fase de Hombre Gigante, vuelven Stan Lee y Jack Kirby, posiblemente para marcar los pasos que los posteriores autores deberían seguir. A los pocos números, Dick Ayers pasa de entintador a dibujante, dejando patente todas sus carencias narrativas y creativas. Sin duda alguna, es el autor más flojo de los que podemos ver en este voluminoso tomo. Tras una pequeña aportación de Steve Ditko, un poco fuera de su elemento, llega Carl Burgos, el creador de la Antorcha Humana original, presentando un trabajo sólido y sin estridencias. Finalmente, Bob Powell se encargaría de finiquitar el serial gráficamente. Se trata de un discípulo de nada más y nada menos que Will Eisner, principalmente conocido por Cave Girl, una serie protagonizada por Sheena, que parece ser un claro precedente de Shanna, pero eso es una historia para otro día… En la parte final del tomo tenemos, como colofón, las diferentes aventuras que vivió el Hombre Hormiga en solitario tras dejar su identidad de Hombre Gigante, debido a los problemas surgidos por hacer crecer tanto su cuerpo, como se explicaba en la cabecera de los Vengadores. Comenzamos con un relato publicado originalmente en The Invincible Iron Man #44, escrito por Roy Thomas y dibujado por Ross Andru. Se trata de un relato en el que Thomas toma prestados conceptos y personajes del serial, intentando mantener la coherencia cronológica y realizando un pequeño homenaje a la sencillez e inocencia de gran parte del pasado del personaje. Poco más puede ofrecer un relato que recupera a nada más y nada menos que al Escarabajo Escarlata. A continuación tenemos un serial publicado en Marvel Feature #4-10, que cuenta con la autoría de Roy Thomas, el cual cedería el testigo a Mike Friederich, y dibujado por Herb Trimpe, que haría lo propio en beneficio de Craig Russell, cuyo trabajo es mucho más agradable a la vista, entre otras cosas. En esta historia se hace aún más patente la influencia que tuvo el origen del personaje de la película de Jack Arnold. De hecho, prácticamente estamos ante una versión marvelita de la cinta, pero utilizando elementos del pasado y el presente del cosmos de la Casa de las Ideas. Los autores rescatan para la ocasión a Cabeza de Huevo, además de presentarnos a su sobrina Trish Starr. Se trata de uno de esos secundarios recurrentes relacionados con el villano, que gozará de algunas apariciones en diferentes colecciones de la editorial, hasta que Roger Stern concluye su historia con dramáticas consecuencias, durante su etapa al frente de la colección de los Vengadores. También hará acto de presencia el Torbellino, anteriormente conocido como la Peonza Humana, cuya obsesión por Janet y su dinero continúa intacta. La trama se inicia con una colaboración con Spiderman, al más puro estilo team-up, contra un traficante de drogas, y termina con Pym encogido a tamaño insecto sin poder volver a su estado normal. De esa forma comienza una odisea, que involucrará a la Avispa, cuyo principal objetivo es conseguir una cura, luchando contra las limitaciones que ofrece su particular tamaño. Una entretenida lectura que pretende homenajear y continuar la senda marcada por el serial de Tales To Astonish, pero bajo un prisma menos anclado en el marco temporal en el que se publica. Sin duda alguna, ofrece un contraste interesante y refrescante con respecto a los inicios de la pareja. Además, se mantiene el aire continuista que imperaba en Marvel durante la década de los setenta, manteniendo la coherencia mucho mejor de lo que lo hizo Stan Lee. Según parece, el conato de serie regular no fue demasiado bien recibido por el público, provocando que se cerrara la trama y se cancelase el serial. Finalmente, tenemos Marvel Premiere #47 y 48. En ellos se reúne un equipo creativo de lujo formado por David Micheline, John Byrne y Bob Layton. El trío de autores utiliza el concepto de redención, tan habitual en el Universo Marvel, para presentarnos a Scott Lang, un ladrón que tras cumplir su condena en la cárcel se convierte en el nuevo Hombre Hormiga para salvar la vida de su hija, Cassie Lang. Aparte de tener una historia sumamente entretenida, realizada por autores responsables de etapas que marcaron un antes y un después en The Uncanny X-Men o The Invincible Iron Man, el argumento ofrece novedades como un padre viudo, que dejaba el mundo del crimen por amor a su hija. Un caso ligeramente diferente al resto de redenciones de este universo de ficción, que se une al concepto de cambio generacional más típico de DC que de Marvel. Además, tenemos el nacimiento de dos personajes que tendrán una importancia capital en el entorno de los Vengadores a lo largo de las décadas posteriores. Estamos ante una buena forma de concluir el tomo, en lo que podríamos considerar un complemento de lujo, aunque su inclusión quizá ha aumentado el volumen del recopilatorio más de la cuenta. Y es que, si bien es cierto que la recopilación de materiales es muy acertada y orgánica, el grosor excede demasiado los límites de lo que podríamos considerar un tomo manejable. El tipo de papel garantiza que no pese demasiado, e incluso la lectura se sobrelleva bien, pero es muy posible que el paso del tiempo haga estragos en la encuadernación. La calidad de la edición está a la altura de lo que se viene publicando en la línea, pero creo que este tipo de ediciones debería ser una excepción y no una norma; algo que teniendo en cuenta el catálogo de la editorial, yo no tengo demasiado claro. Sin embargo, a pesar del tamaño, hay que reconocer que debemos felicitar a Panini, porque pensaba que sería un mamotreto mucho más inmanejable pero, al final, no ha sido así. Sin lugar a dudas, la publicación de este tomo supone un hito en nuestro país, aunque posiblemente estemos ante el más irregular de la línea. Si somos capaces de situarnos en el contexto histórico en el que nacen estas historias, podremos disfrutar de algunos momentos divertidos, incluso algo chanantes, además de conocer de primera mano ciertos momentos clave de la trayectoria del Hombre Hormiga y la Avispa. Obviamente, es un volumen orientado a los fans más hard core de Marvel y a aquellos que sientan cierta debilidad por el pasado de la editorial o por estos personajes. Su valor histórico y entrañable está muy por encima de su calidad, un factor a tener muy en cuenta a la hora de pasar por caja, ya que los precios populares, por desgracia, son cosa del pasado. Sin embargo, si el hipotético lector reúne las condiciones indicadas, se sumergirá en un mundo de fantasía, con ecos del pasado, para asistir al nacimiento de la trayectoria de un pequeño gran héroe y para comprender definitivamente que el tamaño sí importa. |
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