LOS VENGADORES DE ROY THOMAS (II)
por Fernando del Moral


La épica proporcionada en los anteriores números con el debut de la Visión y la revelación de Ultrón como su creador, siendo éste al mismo tiempo una creación de Goliat, elevó la serie de los Héroes más poderosos de la Tierra a unos niveles de calidad nunca antes vistos, al menos desde que Roy Thomas y John Buscema se hiciesen con las riendas. Los siguientes números alternarán más dosis de aventura si cabe con, además, una mayor profundización de algunos personajes, entre los que destacan Hank Pym y Ojo de Halcón.

En The Avengers #59 tenemos el debut de Chaqueta Amarilla, un nuevo superhéroe enmascarado que proclama haber matado a Henry Pym, y que ante la sorpresa del grupo, y de los lectores, en el siguiente número le vemos pasar por la vicaría con la Avispa; es decir, la novia del asesinado, así tan pancha ella. La irrupción fallida del Circo del Crimen, durante la ceremonia, reveló que el tal Chaqueta Amarilla (un "aplauso" al traductor español del nombre) no era sino el propio Hank Pym, quien había sufrido de esquizofrenia durante un accidente en su laboratorio, creándose una nueva personalidad. Ver a la Avispa siendo atacada fue más que suficiente para que la personalidad original emergiese de nuevo, derrotando a la banda del Jefe de Pista.

La gracia en estos dos números consiste, básicamente, en mostrarnos una dualidad muy marcada entre el tradicional Pym y su nuevo yo. Chaqueta Amarilla no deja de ser el clásico bocazas, fanfarrón y seguro de sí mismo, frente a un Goliat al que ya se vio no pocas veces cuestionarse su papel de superhéroe, sobre todo teniendo de compañeros a dioses o leyendas vivientes. En el fondo no deja de haber ciertas similitudes con la dualidad que Stan Lee y Steve Ditko nos mostrasen con Peter Parker y su alter ego, Spiderman, solo que, aquí, Thomas muestra un mayor trasfondo psicológico -como matar al "yo"-, dejando incluso entrever que el tema de Pym no supone solo una cuestión de complejo de inferioridad, sino también un trastorno de la personalidad; como así lo refleja su renuncia a la identidad y los poderes de Goliat por los nuevos de Chaqueta Amarilla. Una lástima que la explicación de la esquizofrenia resultante, una mezcla de gases en el laboratorio, así como el silencio cómplice de una Avispa consciente de lo que estaba pasando, empañen la historia dejándola con un desenlace tan burdo e infantil.

The Avengers #63 significa todo un cambio en el arquero vengador, quien harto de ser solamente "una imitación de Robin Hood", y aprovechando que una reaparecida Viuda Negra fue secuestrada en Nueva York, decide tomarse el suero de crecimiento, al que Hank Pym renunciase, ponerse una horterada de traje diseñado -cómo no- por la Avispa y llamarse a si mismo Goliath, y de paso rescatar a la damisela en apuros.

Está claro que el tema de los complejos de inferioridad son protagonistas en estas historias. Si anteriormente vimos como el apocado Pym era, de alguna manera, sustituido por el arrojado Chaqueta Amarilla, aquí vemos el caso contrario. Clint Barton, de golpe y porrazo, se siente un cero a la izquierda, algo que no cuadra con una personalidad que en el futuro será capaz de engañar a base de labia y una flecha hasta a dioses cósmicos, y decide tener poderes de la manera más fácil: el suero de crecimiento. Lo irónico del asunto es ver como se convierte en el personaje que durante muchos números hacia gala precisamente de esa inseguridad. Da un poco que pensar, y uno en el fondo se pregunta si era realmente necesario un cambio así en Ojo de Halcón, y más con unas motivaciones poco claras y demasiado espontáneas.

Entre medias, los autores volvieron a los fueros de la aventura y las crisis mundiales, con un enfrentamiento de proporciones cataclísmicas entre los Vengadores y dos antagonistas clásicos de Asgard, Ymir y Surtur, quienes liberados de sus prisiones desataron una maldición de hielo y fuego que provocaba estragos tales como una edad de hielo en Wakanda o erupciones en la Antártida. La presencia y la magia del Doctor Extraño conseguirían volver a encerrar a los dos temibles monstruos. Aquella crisis provocaría que el otrora amigo de T'Challa, M'Baku, ahora autoproclamado Hombre Mono, intentase arrebatar el trono de Wakanda a Pantera Negra, mediante un duelo singular, del cual éste ultimo saldría vencedor, originando una rivalidad y antagonismo entre ambos personajes que perduraría en los años venideros. Gran ocasión, por cierto, en The Avengers #61 y 62, para ver a Thomas y Buscema desenvolverse de manera impecable en ambientes más cercanos al mundo mágico, con tintes mitológicos, y al entorno salvaje, como muy bien harán posteriormente en la serie de Conan the Barbarian.

Tras la llegada del nuevo Goliat, los siguientes números tendrán como objetivo centrarse en la nueva encarnación del personaje. En The Avengers #64 debuta su hermano Barney, un matón de poca monta que acabaría mezclándose con Cabeza de Huevo. Esta asociación implicaría a los Vengadores en una pelea en la cual acabaría muerto pero no sin antes redimirse ante su hermano recién encontrado. Todo un bajón para el renovado Clint. Por si esto fuese poco, en el siguiente tendríamos el reencuentro con el infame Espadachín, antiguo mentor de Ojo de Halcón.

Mención especial para The Avengers #66-68, porque supone el retorno de Thor y el Hombre de Hierro a la serie, así como el debut de un metal virtualmente irrompible llamado Adamantium (sí, el que le pondrán a Lobezno), que acaba siendo robado por Ultrón 5 para utilizarlo en su propia reconstrucción y convertirse en un enemigo mucho más poderoso, clamando venganza contra su hijo y su padre, o sea, la Visión y Hank Pym respectivamente. Ambos serán los que logren salvar el día con una trampa a base de Vibranium wakandiano (la saga de los metales se podría llamar a estos números perfectamente), que aparentemente destruirá al androide.

Y ya puestos a seguir con enemigos de altura, a continuación le llega el turno a Kang el Conquistador. En esta ocasión, el villano del futuro pedirá ayuda a los Vengadores a fin de hacer frente al Gran Maestro, un poderoso ser cósmico con el cual un desesperado Kang se apostó la supervivencia de su amada Ravonna, puesta en animación suspendida tras el último combate frente a sus enemigos. Thomas aprovecha la ocasión para deleitar a los lectores más clásicos con dos homenajes al medio. Así, vemos a los Vengadores enfrentarse a los peones del Gran Maestro, el Escuadrón Siniestro, un guiño en clave villanesca a la Liga de la Justicia de DC. El segundo será ver a otro grupo de Vengadores viajar al París de 1941, ocupada por los nazis, para acabar a tortas contra las versiones de Namor, Capitán América y la Antorcha Humana de aquel entonces. Toda esta serie de enfrentamientos se saldará con la derrota de Kang que, en un arrebato de orgullo, prefirió optar por la muerte de sus enemigos que por la vida de su amada. Al final, ni lo uno ni lo otro, gracias a la inesperada actuación del Caballero Negro. Este hecho será decisivo para que Dane Whitman se convierta en una de las últimas incorporaciones al grupo.

En este artículo hemos repasado menos números que en el anterior, pero la verdad es que -con mayor o menor acierto, todo hay que decirlo- ha sido todo muy intenso y sin dar tregua alguna a los Vengadores. Hemos visto cambios muy significativos en Hank Pym y Ojo de Halcón, los problemas de la realeza en Wakanda, de nuevo Ultrón, Kang, la mitología asgardiana de la serie de Thor en forma de Ymir y Surtur liándola parda, que diríamos ahora... Nada mal para un año de aventuras publicadas. Y aun queda mucho más por delante, como el retorno de los hermanos Maximoff, el debut del Zodiaco, guerras en el Olimpo, o guerras en otras galaxias directamente. En cualquier caso, eso ya queda reservado para la conclusión de esta más que prolífica etapa de los Héroes más Poderosos de la Tierra.


Si deseas expresar tu OPINIÓN o plantear alguna DUDA sobre este articulo, escribe un texto y envialo a TRIBUNA EXCELSIOR.


Copyright © Marvel Characters, Inc.