Para terminar esta trilogía (que me ha salido de forma espontánea), nos acercamos esta semana a la historia en la se produjo el primer crossover oficial del universo mutante, el cual cruzó los caminos de las series The New Mutants y Uncanny X-Men en un par de especiales de gran extensión publicados durante el verano de 1985. Hablamos de la saga conocida como...

LAS GUERRAS ASGARDIANAS
por Óscar Rosa Jiménez


A pesar de haber afrontado la lectura de esta historia en diferentes ocasiones, siempre lo he hecho integrándola dentro de la trama-río construida por Claremont en la colección de la Patrulla-X. Aprovechando el repaso a los primeros años de Los Nuevos Mutantes, que veníamos desarrollando en la sección, me pareció un buen momento para mirar esta saga con otros ojos, de forma que intentaré hacer hincapié en lo que supuso para nuestros jóvenes protagonistas el viaje a Asgard.

Pero pese a esta nueva óptica, la historia me sigue pareciendo más propia de la Patrulla-X, ya que la saga se divide en dos partes claramente diferenciadas en las que el grupo tiene un gran peso. No obstante, también es cierto que en la segunda parte suceden cosas muy importantes para Los Nuevos Mutantes. Creo que, finalmente, no voy a ser capaz de discernir de forma objetiva esta cuestión, sobre todo teniendo en cuenta que la segunda parte es indivisible de la primera. Así que, antes de que acabe hablando como Groucho Marx, lo mejor será que nos centremos en una historia que, inicialmente, iba a dibujar John Byrne, suponiendo el regreso del tándem de oro para los mutantes, pero que, finalmente, tuvo que rechazar debido a otros compromisos. Quizá la historia hubiese sido diferente, aunque eso nunca lo sabremos.

La primera parte nos trae el reencuentro entre Alpha Flight y La Patrulla-X. El grupo canadiense, cuya primera aparición tuvo lugar en las páginas de The Uncanny X-Men #120, era una idea del propio Byrne, que acabó tomando forma como serie regular independiente. Un nutrido grupo de superhéroes bajo las órdenes del gobierno canadiense, cuyas diferentes personalidades producían historias de un corte similar a las de Claremont, aunque en esta ocasión bajo la tutela de Byrne como autor completo. Curiosamente, Lobezno, el tipo más antisocial del grupo, era el nexo de unión entre ambos. No es que se llevaran mal del todo, pero sí es cierto que tenían sus diferencias, algo que muestra muy bien Claremont en la miniserie llamada X-Men/Alpha Flight, cuya extensión fue de dos números de 48 páginas cada uno, con el acertado título de "El Regalo" (o "El Don, dependiendo de la traducción).

La historia narra como Scott Summers, tras abandonar su lugar como miembro de La Patrulla-X, junto a Madelyne Pryor, su mujer, se dedican a transportar pasajeros en avión, retomando el negocio familiar de los Summers. En uno de esos viajes, sobrevolando Canadá, se topan con una extraña tormenta que les obliga a realizar un aterrizaje forzoso. La situación de peligro alerta psíquicamente a Rachel Summers, que cree que el ataque ha sido obra de Alpha Flight. Ni corta ni perezosa, la joven marcha hacia el cuartel general del grupo canadiense, provocando un enfrentamiento interrumpido por el propio Xavier en persona. Tras la reprimenda de rigor, y una vez reconocido el error, ambos grupos se unen para investigar la anomalía sentida por la joven pelirroja.

Cuando llegan al lugar, se encuentran con un Scott sano y salvo, capaz de controlar sus poderes oculares, mientras que Madelyne ha evolucionado todo lo humanamente posible, siendo capaz de curar cualquier mal. Junto a ellos están todos los pasajeros del avión, los cuales también han adquiridos increíbles dones, acordes con las habilidades que tenían antes del "accidente". A medida que avanza la historia, se abre un abanico de posibilidades para la humanidad: un mundo sin enfermedades, acabar con el hambre a nivel mundial, la igualdad de condiciones para todos los humanos… Cualquier cosa que podamos imaginar es posible, gracias a los habitantes de una ciudadela, creada en medio de la nada, en cuyo interior se encuentra un pozo mágico que conecta con los dioses, concretamente con los de Asgard.

La experiencia de la vida hace sospechar que nada es gratis, algo que los propios protagonistas saben de antemano. Así que algunos de ellos no pueden evitar sospechar de esta idílica situación. El coste de tan maravilloso regalo repercute en la perdida de la humanidad por parte de los que lo aceptan, siendo capaces de utilizar sus poderes, pero sin ningún tipo de creatividad. Pierden la imaginación, uno de los rasgos más importantes del ser humano. Pero no es lo único, ya que todos los seres ligados a la magia van desfalleciendo hasta morir. Esta situación provoca que dos miembros de Alpha Flight, Shaman y Ave Nevada, estén al borde de la muerte. Llega el momento de tomar una decisión: rechazar el regalo, a pesar del bienestar personal o el beneficio para gran parte de la humanidad, o aceptarlo, pese a que sería un mundo mejor gracias a la muerte de otros. Un planteamiento interesante que divide a todos los protagonistas y provoca un previsible enfrentamiento.

Finalmente, gana la opción del rechazo, lo que propicia la aparición de Loki, el "bienhechor" en la sombra, cuyo ofrecimiento envenenado se suponía que era la prueba de humildad necesaria para sentarse en el trono de Asgard. Su incapacidad para aceptar que sus "beneficiados" rehúsen la dádiva ofrecida, supone el fracaso de dicha prueba. Además, debe aceptar su derrota y jurar que nunca se vengará de ninguno de los presentes, dejándolos marchar libremente. Huelga decir que los mutantes habían ganado un duro enemigo para toda su vida.

A mí, personalmente, la historia me encanta. Veo a un Claremont inspirado que nos plantea un difícil dilema: ¿mejoraríamos el mundo a cualquier coste? Esto equivale a establecer la posibilidad de que el beneficio de muchos merece el sacrificio de unos pocos. Una disyuntiva moral muy compleja que, a medida que avanza la lectura, vemos que está entremezclada con ese sentimiento de egoísmo tan inherente al ser humano. Me parece obvio pensar que la decisión final de los protagonistas es la más acertada, pero no deja de ser cierto que, al fin y al cabo, siempre cabe la posibilidad de aceptar diferentes niveles de interpretación. Una historia mucho más profunda de lo que parece y que gana bastante en cada relectura. Además, el dibujo de Paul Smith se adapta muy bien al tono, lleno de luz, que imprime la historia.

Más allá del interés que suscita la historia, la presencia de Los Nuevos Mutantes es simplemente anecdótica. Solo aparecen Illyana y Doug Ramsey, en esa constante insistencia del autor por mostrar un entorno común para todos los mutantes. Por otro lado, tenemos revelaciones muy importantes para La Patrulla-X: el anuncio del embarazo de Madelyne; la primera ocasión en que Rachel y Scott coinciden, dejando pendiente la revelación de que son padre e hija de un futuro distópico para más adelante; se asienta la cada vez más fuerte relación entre Lobezno y Kitty Pryde, por poner algunos de los ejemplos más relevantes. Sin embargo, eso cambia totalmente en la segunda parte de esta intrusión asgardiana en el cosmos mutante. Y es que el propio autor admitió que el final de la historia no era todo lo redondo que debiera. Esa amenaza final de Loki merecía tener una continuación y, según él, no es un autor al que le guste dejar cabos sueltos. Seguramente, habrá quien querría rebatirle eso...

Varios meses después, se utiliza el noveno anual de Uncanny X-Men para crear otra historia, en dos partes, que se inicia en The New Mutants Special. Un número que, a pesar de no llevar numeración, actuaría como el segundo anual del grupo, aunque al año siguiente se publicaría dicho anual, dibujado por el maestro Alan Davis. Esto significa que tenemos el primer cruce oficial entre ambos grupos, además de los inicios de una moda que, posteriormente, fomentaría Jim Shooter, en sus funciones de Director Editorial de Marvel.

El encargado de dibujar ambos números es Arthur Adams. Un autor al que se le dan bien las aglomeraciones de personajes y cuyo estilo barroco encaja a la perfección en el mundo asgardiano. Soy consciente de que me repito un poco, pero es que Claremont tiene la habilidad de encontrar los dibujantes que mejor se acoplan a sus historias. Pese a que este fue elegido por los editores, lo que afianza más mi opinión sobre la fortuna del autor. Decir que el dibujante hace un gran trabajo es quedarse corto. No obstante, creo que soy incapaz de describir lo mucho que me gusta el trabajo de Adams en esta historia.

Centrándonos un poco en la historia, volvemos sobre Loki y sus maquinaciones, frenadas por un juramento que no puede romper. Por ello, utiliza a la Encantadora. La bella Amora se une al señor de las mentiras en un plan que conlleva el rapto de Tormenta que, mitad poseída, mitad impulsada a recuperar sus poderes perdidos, acaba accediendo a convertirse en el nuevo Dios del Trueno de la gloriosa Asgard. Se trata de una confabulación urdida por el hermanastro de Thor, que aprovecha la ausencia de Odín desaparecido durante la cruenta batalla contra Surtur, narrada en la fenomenal etapa de Walter Simonson, de forma que pueda convertirse en el soberano de Asgard.

Tormenta se halla junto a Los Nuevos Mutantes, tras rescatar a Karma de las garras psíquicas de Farouk, de vacaciones en una pequeña isla griega llamada Kirinos, que forma parte del archipiélago de las Cícladas, situado en el mar Egeo. La presencia de los jóvenes mutantes implica que también sean transportados a Asgard, quedando a merced de la Encantadora. Gracias a los poderes de Illyana, todos consiguen escapar, menos ella que estaba encadenada, aunque debido al poco control de sus poderes se ven diseminados por todo el reino dorado. Posteriormente, La Patrulla-X, ayudada secretamente por Karnilla (tan secretamente que no lo sabrán ni ellos), descubren que sus amigos y compañeros están en peligro. Utilizando un regalo de Arkón, los mutantes llegan a Asgard. La aventura no está exenta de vicisitudes, pero tras varias situaciones en las que los mutantes deberán enfrentarse entre ellos, consiguen poner en jaque al dios de las mentiras y regresar, sanos y salvos, a su hogar.

Al contrario que en la anterior historia, los jóvenes pupilos de Xavier acaparan los acontecimientos más destacables en el transcurso de la trama. De hecho, repercuten en el desarrollo posterior de los personajes. El ejemplo más claro reside en Karma, que, tras pasar meses en el desierto asgardiano, recupera la figura y la confianza en sí misma. No sé porqué veo cierta alegoría con Jesucristo y los cuarenta días en el desierto…

Otro caso es Danielle Moonstar, que se encuentra con un caballo alado, un descubrimiento que sellará su destino. Tras liberarlo, queda irremediablemente unida a él, siendo elegida como una valquiria. Incluso vemos como tiene la visión del óbito de uno de sus amigos. A pesar de todo, acompañada de Brisa, el corcel que rescató, vuelve con sus amigos, aunque como dije antes, su destino está sellado, algo que se vería en un futuro más o menos próximo.

La extracción de la parte demoníaca de Magik será un arma que utiliza Loki para intentar capturar a los mutantes, pero una vez derrotado, el mal está hecho. Illyana comienza a mostrar un aura que aterroriza hasta a su propio hermano, dando la sensación de que el futuro previsto por Belasco está cada vez más cerca. Su comportamiento se vuelve huraño y un poco cruel, en algunas situaciones, a partir de esta aventura. Su naturaleza demoníaca comienza a aflorar con fuerza.

Por su parte, Cifra es el miembro del grupo más débil, por lo que siempre está alejado de la acción. Esto le atormenta hasta tal punto que se vuelve un poco temerario. El entrañable Warlock utiliza su maleable cuerpo para crear diferentes vehículos que lo protegen y le permiten ser un miembro activo en los enfrentamientos. De esta peculiar forma, nacen los cimientos de una amistad que tendrá un final dramático. Además, el autor utiliza el recurso para introducir la famosa nave Enterprise, o robots que nos recuerdan a los mechas típicos del manga.

Todo esto sirve para seguir con las dos premisas principales de Claremont: la cohesión del cosmos mutante y el desarrollo constante de sus creaciones. Todo esto es la base de Los Nuevos Mutantes, que poco a poco dejan de ser un simple spin-off para convertirse en un sólido pilar de un universo plenamente consolidado, en el que, por méritos propios, consigue el éxito de público y crítica. El gran responsable es el patriarca mutante: el maestro Claremont en el mejor de sus momentos. Por lo tanto, The New Mutants es una de esas citas ineludibles para conocer como nace una franquicia, donde, ante todo, tenemos grandes dosis de calidad. La gloriosa era de los mutantes había comenzado.


Si deseas expresar tu OPINIÓN o plantear alguna DUDA sobre este articulo, escribe un texto y envialo a TRIBUNA EXCELSIOR.


Copyright © Marvel Characters, Inc.