LA SAGA DE NEFARIA
(The Avengers #164-166)
por José Jorquera


La saga de Nefaria en los Vengadores no se encuentra entre las más famosas. Tampoco es una de esas sagas que todo el mundo te recomienda leer. Ni su guionista, Jim Shooter, es santo de la devoción del fandom, pero, a pesar de todos esos contras, es una historia que crea seguidores incondicionales de Marvel, como fue mi caso.

Para un lector neófito no supuso ningún problema seguir el hilo de la historia, ya que la presentación y caracterización de los personajes se realiza de forma fluida. El ritmo ágil, incluso para un chaval que lo que quería era ver peleas contra los supervillanos, me enfrasqué en la lectura y conocí a un resucitado Hombre Maravilla, inseguro e infravalorado. Empaticé con la Bestia, con su sentido del humor y la atracción que ejercía sobre las mujeres. Me presentaron a la Bruja Escarlata, una mujer hermosa y de carácter fuerte con un enorme poder. También al villano de turno, Nefaria, que estaba reclutando a un tal Power Man. En apenas unas pocas viñetas conocí a Erik Josten, sus motivaciones y su personalidad. Ahora lo que quería era una buena pelea. ¡Y vaya si la tuve!

Los Vengadores reciben el aviso del clásico atraco al banco y allí se enfrentan a la Legión Letal, compuesta por un taciturno Power Man, un arrogante Torbellino y un sádico Laser Viviente. Los combates, con un apartado gráfico a la altura (no olvidemos que el dibujante era John Byrne) se suceden, y aportan momentos de tensión y dramatismo mientras los Vengadores protegen a los policías. La lucha desemboca en la derrota de los Héroes más poderosos de la Tierra y la huida de sus antagonistas. Casi puedo sentir el amargo sabor de la derrota. Leo cómo los villanos llevan su botín a su misterioso benefactor, que les promete un poder incalculable para acabar con sus enemigos. La siguiente pelea está a punto de llegar, pero lo que menos me esperaba era que, en medio de la reunión, lanzasen un coche contra la mansión.

Sorprendidos, con la Avispa herida, se defienden como pueden de sus poderosos enemigos. Asisto, atónito, a la pelea contra la Legión Letal donde, otra vez, los Vengadores son derrotados por sus enemigos. El Hombre Maravilla es detenido por Power Man y sus dudas e inseguridades afloran. Simon Williams es un personaje con mucho contraste. Poderoso pero frágil. Casi sientes lástima por él, te gustaría poder decirle lo mucho que vale, pero tienes que conformarte con leerle. La Bestia se enfrenta a Torbellino y aguanta el asalto de su oponente, el mismo que incapacitó a la temible Pantera Negra, con soltura y elegancia. Aturdido, sigue sin perder su característico sentido del humor y suelta uno de sus típicos chascarrillos que hacen sonreír al lector. Por desgracia, es golpeado con saña por Power Man, que lo lanza por los aires. Mientras nos preocupamos por el destino del mutante de pelo azul, Chaqueta Amarilla se lanza contra él por haber herido a su esposa con un formidable ataque, que lo hiere pero no consigue tumbarle. Cuando los Vengadores están a punto de sufrir otra derrota… ¡Algo inesperado ocurre! Sus poderes se debilitan y los Héroes más poderosos de la Tierra no pierden su oportunidad. Sin apenas un momento de respiro, una poderosa onda de choque (a la altura del mismísimo Hulk) los golpea y todos caen al suelo, aturdidos y sorprendidos. El artífice de este asalto, el Conde Nefaria, se yergue triunfante ante sus enemigos con la promesa en el aire de un combate de los que hacen historia.

Sin lugar a dudas, la acción, trepidante, es una constante en toda la historia. Todo un punto a su favor. Los personajes, tanto los héroes como los villanos, están muy bien caracterizados. Sabes quién es cada uno de ellos, cual es su rol en el grupo y sus motivaciones personales. Unos detalles que son muy importantes para que el lector entienda y, por ende, empatice con ellos. Sin esto, por muy buena que sea una historia, no calará con los lectores. Este tipo de cosas, son las que un aficionado neófito aprecia aún más, sobre todo para no sentirse perdido en su primer contacto con una cabecera que arrastra más de un centenar de números. No se puede hacer más en tan poco espacio y eso es para quitarse el sombrero ante el buen hacer de Jim Shooter.

La pelea contra Nefaria es todo lo que un fan de los cómics está buscando. Los Vengadores se enfrentan a un enemigo con un nivel de poder formidable, que ninguno de ellos puede derrotar en solitario, con el trabajo en equipo. Esta esencia vengadora queda aquí plasmada. El primero en golpear es la Bestia, ya que Nefaria fue el causante de la muerte de su amigo, y antiguo Hombre X, Ave de Trueno. El villano demuestra su racismo al despreciar a los mutantes y la Bruja Escarlata, irritada, se lanza a defender a su compañero con un poderoso hechizo. A pesar de que su ataque es bloqueado, Chaqueta Amarilla aprovecha la distracción y golpea a Nefaria, que, con unos reflejos sobrehumanos, lo atrapa al vuelo como si fuese una mosca. A su merced, y mientras los lectores nos preguntamos si el diminuto vengador va a ser espachurrado, el Hombre Maravilla sale en su defensa para mostrar, una vez más, las ventajas del trabajo en equipo. A medida que sus puños impactan en Nefaria su autoestima crece, pero al cuarto de sus puñetazos, sus golpes dejan de causar efecto. Es el momento de la revancha.

La siguiente viñeta es impresionante. El Hombre Maravilla atraviesa las paredes de la mansión a punto de llevarse por delante a Jarvis, el fiel mayordomo de los Vengadores. Como lector no puedes evitar pensar qué hubiese ocurrido si el golpe hubiese sido antes o si Jarvis se hubiese encontrado en su trayectoria. ¡Escalofriante!

Los Vengadores siguen haciendo gala de su lucha en equipo, la Bestia y el Capitán América lanzan juntos su escudo con resultados infructuosos. Cansado y enfurecido, Nefaria arranca un edificio y se lo lanza. Sin escapatoria, son sepultados y pasan las horas sin que se sepa nada de ellos.

El Conde Nefaria prosigue con sus saqueos sin nadie que se le oponga. Secuestra a una muchacha, como si fuese el dueño del mundo y pudiese hacer lo que quisiera. De alta alcurnia, considera que los demás están para servir sus caprichos. Todo iba de maravilla hasta que el Zumbador viene a aguarle la fiesta. A pesar de la fragilidad del anciano, consigue distraerlo el tiempo suficiente para que la mujer secuestrada huya. Dado que es incapaz de herirle físicamente, le agrede con lo único que puede, con palabras y verdades. Podrá dominar el mundo, podrá ser el ser más poderoso de la Tierra, pero sigue siendo un ser humano, condenado a morir. Nefaria se enfrenta a su mortalidad. Lo único a lo que no puede vencer es la muerte. Y eso lo aterra.

Iron Man, ¡por fin!, hace su entrada en escena, recriminándose el no haber estado allí, dado que es el líder de los Vengadores. Cuando llega al lugar de los hechos, descubre que sus compañeros siguen vivos gracias al Hombre Maravilla y la Bruja Escarlata. Las tensiones se hacen evidentes con las réplicas y contrarréplicas de los miembros del equipo por la falta de liderazgo. La Bruja Escarlata pone firme a Iron Man, que se ve incapaz de argumentar en su contra. El Capitán América se encara también con él y el resto de vengadores también tienen cosas que decir. Antes de que la situación se suba aún más de tono, Nefaria irrumpe. Exige la presencia de Thor, pero el Dios del Trueno no se encuentra allí. Enfurecido, ataca con una rapidez inaudita y despacha a la Bestia, Pantera Negra, la Bruja Escarlata, Chaqueta Amarilla y al Capitán América en un solo movimiento. Tan solo Iron Man queda en pie para enfrentarse a él. A pesar de sus esfuerzos también es derrotado. Solo y con sus crecientes dudas, el Hombre Maravilla carga contra Nefaria, culpándose por su momento de indecisión, ya que podría haber podido ayudar a su compañero. En ese momento, Hank Pym vuela hacia a su laboratorio para intentar despertar a la Visión. Todos los vengadores caen. ¿Otra derrota en tan poco espacio de tiempo? Cuando la esperanza estaba perdida, se desató la tormenta, la furia del relámpago, y Thor hace una dramática entrada, para deleite del lector que permanece ansioso por saber qué deparará a los Vengadores ante tan formidable enemigo.

La pelea entre Thor y Nefaria es pura dinamita. Por un momento parece que Thor sea capaz de derrotarlo en solitario. Los ataques del Dios del Trueno son brutales y cuando yace en el suelo, caído, Mjolnir abre un portal dimensional. La fuerza de succión es tan fuerte que está a punto de tragar a Nefaria. No le queda otra defensa que lanzar un edificio de cuarenta plantas contra Thor. Sepultado, el portal desaparece y Nefaria cree, de forma errónea, que lo ha vencido. ¡A eso digo no! El Dios del Trueno surge entre los escombros y continúa el combate. Si esto fuese un partido de fútbol, los aficionados estarían ahora mismo dando gritos de alegría. Mientras Thor continúa la pelea, Chaqueta Amarilla lucha de la mejor forma que puede, es decir, en el laboratorio. Consigue despertar a la Visión que adquiere su voz característica en color amarillo. Con el androide en escena, los debates filosóficos y metafísicos se suceden, como no podía ser de otra forma, cuando su mente computarizada analiza la situación y que se resume en esta frase: "[Nefaria] como ser humano, se enfurece al ver a la muerte cara a cara".

Me resultó impactante la aparición por sorpresa de la Visión para atacar a Nefaria como si fuese la propia muerte, pero lo que me impresionó aún más, fue el golpe que le propinó el conde. Y cuando pensaba que iba a impactar contra los edificios, me percato de que está en estado intangible y, por tanto, los atraviesa. Esa viñeta es única. Ver a la Visión caída, levantándose tras ser golpeado entre el suelo y los edificios a su alrededor, se merece un elogio a la brillantez del dibujante.

No se puede negar que Jim Shooter siente una especial afinidad por los villanos cuasi-divinos, imparables y todopoderosos que buscan dar un sentido a su vida. Una búsqueda del yo, de la identidad y de su lugar en el mundo. Nefaria, tras descubrir que su muerte es inminente, por sus propios errores e impulsos personales, al asesinar al científico que se los dio, quiere dejar un legado. Un legado de muerte y destrucción. Resulta fascinante el análisis que hace la Visión durante su persecución, desgranando los motivos de Nefaria, destacando los impulsos destructivos y, en definitiva, humanos, al compararlos con los suyos propios. El sintozoide se siente un ser nuevo al haber "resucitado" y confronta su estado con el que sufre el conde. No comprende las ansias de destrucción para marcar su paso por la historia, ni el sufrimiento que causa a su paso. Su lógica se impone y convierte lo que antes era una desventaja en un punto positivo. En su estado intangible la Visión puede volar, pero Nefaria no, así que lo derriba al suelo para que se enfrente al poder combinado de los Vengadores.

Hay un hecho en este comic que a primera vista puede pasar desapercibido, pero que ha ocurrido en contadas ocasiones. Me refiero a que el Capitán América ceda su escudo, al ser incapaz de continuar con la batalla. ¿Y quién es el elegido? El Hombre Maravilla. Un personaje que por su nivel de poder no lo necesita, pero que el gesto es todo un empujón a la baja autoestima que sufre Simón Williams tras haber vuelto de la muerte. Como veis, tres personajes (la Visión, el Hombre Maravilla y Nefaria) se enfrentan de forma distinta a un mismo tema: la muerte.

Reunidos los Vengadores, hacen gala de su fuerza y con el trabajo en equipo del Hombre Maravilla, la Avispa (que había permanecido inconsciente desde el ataque a la mansión), Iron Man, Thor y la Bruja Escarlata dan una dura lección de combate. Todos ellos atacan de forma coordinada y le dejan aturdido. Una vez más, Nefaria sigue sin ser derrotado. ¡¿Qué es lo que tienen que hacer para acabar con él?! Ante esa incertidumbre, la Visión hace un último y desesperado ataque. Incrementa su masa al máximo y se lanza desde una altura considerable. Nefaria recibe el impacto directo del cuerpo de la Visión con la misma fuerza que una bomba H. Finalmente, es derrotado. Los Vengadores (y los lectores) pueden respirar tranquilos.

Lo magnífico de esta historia es esa sensación de amenaza constante. A pesar de todos los esfuerzos que hacen los Vengadores, su enemigo permanece imparable y el lector se pregunta cómo se resolverá aquella situación. Esas dudas, esa incertidumbre, hacen que este sea una lectura única e irrepetible. Una de las mejores formas de empezar con el Universo Marvel y, por ende, de los Vengadores. Una historia con acción a raudales, dramatismo y un ritmo frenético que apenas da un respiro al lector. Con un trasfondo metafísico que da para una segunda lectura. Los lectores más jóvenes, tendrán una buena ración de la magia Marvel con combates épicos a cargo del dibujo, siempre atractivo para la vista, de John Byrne. Además, es una buena forma de sumergirse en la franquicia vengadora sin sentirse perdido. Los lectores veteranos, disfrutarán de una segunda lectura sobre el sentido de la vida y el miedo a la muerte. Degustarán estos números con ese regusto añejo a clásico, se les asomará una sonrisa al ver a la Bestia tal y como siempre debió seguir y verán hechos que marcarán a los personajes para el devenir de su historia.

Obviamente, la saga de Nefaria no es un clásico en mayúsculas, no es el Amazing Fantasy #15, ni el número uno de los 4 Fantásticos. Pero sí que es una muy buena historia, en uno de los momentos creativos más interesantes de la editorial, donde se respiraba todo ese sentido de la maravilla, toda esa sorpresa, que quedaba patente en sagas como esta, que sin bombo ni platillo hacían un más que merecido buen trabajo y creaba adeptos a todo un rico universo. El Universo Marvel.


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