por Morgan: Challenger of the Unknown El personaje de Spiderman apareció por primera vez en el número 15 de la revista de ciencia ficción Amazing Fantasy. Se acreditó su autoría únicamente al guionista Stan Lee, si bien fue una creación conjunta del propio Lee y del dibujante Steve Ditko. Debido a la condición del personaje como icono cultural, el origen de su biografía ficticia es de conocimiento público. Peter Parker es un joven huérfano sin demasiadas habilidades sociales que vive con sus queridos tíos Ben y May Parker en las afueras de Nueva York. Durante el transcurso de un experimento científico, Peter es picado por una araña radiactiva, adquiriendo la fuerza proporcional de una araña. En principio, el joven utiliza sus recientes habilidades para ganar fama y dinero. Ebrio de poder y cegado por su creciente egoísmo, rehúsa ayudar a la policía en la captura de un malhechor. Ese mismo criminal asesina posteriormente al tío Ben. De esta cruel forma, Peter Parker aprende que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Ésta es la sinopsis de las 11 páginas que conforman el relato incluido en el último número de Amazing Fantasy, cómic publicado bajo una mítica portada de Jack Kirby. El éxito de esta historia motivaría la aparición de una cabecera propia para el personaje. Su título sería The Amazing Spider-Man. La serie dedicada al trepamuros se enmarcaría en el nuevo universo de ficción que autores como Stan Lee, Steve Ditko o Jack Kirby estaban cimentando a partir de la celebrada publicación del primer número de los Cuatro Fantásticos. Así, se aplicarían a la colección arácnida los elementos definitorios del naciente Universo Marvel: superhéroes con superproblemas, implementación de la continuidad, ambientación contemporánea de las historias en el mundo real, universo compartido con el resto de personajes de la editorial, etc. Además, la colección contaría con varios elementos distintivos propios. En este sentido destaca el hecho de que su protagonista fuera un adolescente, figura tradicionalmente relegada por el género superheroico al rol de acompañante del héroe principal, o de versión adolescente del mismo; que el héroe fuera derrotado ocasionalmente por sus enemigos, demostrando una mayor vulnerabilidad que la de otros luchadores contra el crimen; la importancia capital de su vida privada; o que sus aventuras se situasen fundamentalmente en ambientes urbanos y verosímiles, en contraste con otros títulos de la editorial. Asimismo, la historia de su concepción encerraba, en su cruel moraleja, la motivación que seguiría el personaje en su serie regular. Spiderman, a diferencia de otros superhéroes, actuaría debido a su profundo sentimiento de culpa. Ésta sería la razón de ser del héroe. Igualmente, la cabecera arácnida tomaría como base los elementos presentados en Amazing Fantasy y los enriquecería, desarrollándolos e introduciendo interesantes matices. Durante sus aventuras en esta etapa, Peter/Spiderman se mueve en distintos escenarios. Estos lugares están básicamente representados por personajes específicos que reaccionan de una forma concreta a la presencia del protagonista. El hogar de Peter está presidido por su anciana tía May, que adora a su sobrino pero teme al arácnido. Por su parte, en el colegio destacan tanto Flash Thompson, que desprecia a Peter pero se siente fascinado por Spiderman; como Liz Allan, quien, tras una breve evolución, muestra interés tanto en Spiderman como en Peter. Finalmente, en el lugar de trabajo de Peter destacan otros dos personajes. El editor J. J. Jameson, que odia obsesivamente a Spiderman y aborrece a Peter tanto como al resto de sus asalariados; y Betty Brant, que ama a Peter pero que, a causa de ciertos acontecimientos, detesta al trepamuros. Estos ambientes, en principio estancos, irían interrelacionándose entre sí, sin perder nunca una cierta esencia independiente que sería clave para dotar de dinámicas distintas a la colección y equilibrar la vida civil del protagonista con su faceta superheroica. Además de la riqueza de los personajes secundarios, uno de los grandes atractivos de estas historias es la presentación de varios de los enemigos de siempre del héroe. Dejando al margen ciertos tópicos de la época y alguna indefinición puntual, la etapa pronto edificaría una extensa galería de estrafalarios villanos que ha devenido clásica. Con el paso del tiempo, la mayoría de los imaginativos enemigos presentados perderían gran parte de su credibilidad. Sin embargo, en estas primeras historias, suponen una grave y fresca amenaza para el protagonista. En cualquier caso, la personalidad de esta etapa estaría claramente marcada por el trabajo de sus autores. Stan Lee es, probablemente, el guionista que mejor ha entendido y caracterizado al personaje. Por su parte, Steve Ditko realizó un excepcional trabajo gráfico, del que el genial diseño del traje arácnido es sólo una muestra. Además, el artista participó decisivamente en los guiones de la colección, implementando, entre otros elementos, una evidente carga biográfica en la serie, tanto a nivel formal como ideológico. En este sentido, por ejemplo, destacan el aspecto de Peter Parker, que es muy similar al del mismo Ditko en su juventud; el diseño del personaje de tía May, que está inspirado en su propia madre y que el dibujante ya había utilizado previamente en diversas historias; o el carácter individualista y autosuficiente de Peter, posiblemente un reflejo del temperamento de Ditko. Sin embargo, a pesar de que la colaboración entre ambos autores llevaría a la colección a grandes cuotas de calidad, lo cierto es que los inicios de la misma no fueron precisamente memorables. Hoy en día, más allá del interés histórico que puedan tener, se revelan como el eslabón más débil de esta etapa. No obstante, es justo reconocer que casi todas esas primeras aventuras aportaron componentes esenciales al imaginario del personaje. De igual manera, en el momento de su publicación, probablemente resultasen más modernas y originales que las presentadas en la mayoría de títulos superheroicos de su época. SE PRESENTA SPIDERMAN (II): LOS PRIMEROS SUPERVILLANOS El primer número de The Amazing Spider-Man incluye dos historias enmarcadas explícitamente en el contexto de la Guerra Fría. La primera de ellas ofrece una aventura bastante mediocre relacionada con la carrera espacial. La segunda contiene la aparición de los Cuatro Fantásticos, a los que Spiderman intenta unirse. Su participación cumple con una doble función. Por una parte, demostrar la cohesión del reciente Universo Marvel. Por la otra, subrayar la inadaptación de Spiderman, un personaje que argumentalmente siempre ha funcionado mejor en solitario. Este segundo relato contiene también la presentación del primer villano de la colección, el versátil Camaleón. Se trata de un enemigo que cuenta con la posibilidad de adoptar el aspecto de cualquier persona. Gracias a su habilidad para el disfraz, el Camaleón compromete a Spiderman en una trama de espionaje internacional. Steve Ditko ya había presentado anteriormente a un personaje de volubles cualidades, concretamente en Out of this World #8. Más adelante, el autor volvería sobre este concepto, sacándole mayor partido. Sería con el malvado Proteus, la cambiante némesis del desquiciado Creeper, en la colección Beware the Creeper. La siguiente aventura presenta a otro villano clásico, el codicioso Buitre. Se trata de un vil anciano que ejecuta audaces robos ataviado con un traje que le asemeja a un ave carroñera. El acertado diseño del personaje es desconcertante y recuerda poderosamente a un personaje anterior, Birdman, aparecido originalmente en National Comics #59. Por su parte, la segunda aventura introduce al Chapucero, un enemigo que no conocería demasiada fortuna en el devenir editorial arácnido. Su aparición tiene lugar en el alucinado relato de una invasión alienígena secreta. El delirante tono de esta insulsa historia no se corresponde con el de la colección. Quizás por eso la aventura sería ignorada durante años y únicamente sería retomada con el fin de matizar y negar la mayor parte de sus elementos. El siguiente número ofrece el origen de otro de los grandes villanos del trepamuros, el impactante Dr. Octopus. Su enfermizo diseño, que evoca la ciencia ficción de bajo presupuesto de los años cincuenta, supone uno de los grandes aciertos estéticos de Ditko. También destaca, en esta primera aparición del malhechor, la utilización de las sombras por parte del dibujante. Es un detalle que confiere al relato un cierto halo de terror, consiguiendo elevar levemente esta correcta aventura. Otro enemigo clásico que se presenta de forma temprana es el Hombre de Arena. Lo hace en una simpática historia que combina la vida civil de Peter Parker con su faceta como Spiderman. El aspecto del malvado es atractivo y su origen es sencillo pero efectivo. Asimismo, sus poderes son muy sugerentes. Sin embargo, su personalidad no está muy trabajada, por lo que sus motivaciones apenas tienen credibilidad en el irregular guión de esta aventura. Relatos posteriores tampoco añadirían gran interés al personaje. Tal vez por esto, el Hombre de Arena no llegaría nunca a protagonizar una gran historia, encontrándose, quizás, su mejor aparición en la colección Untold Tales of Spider-Man. El siguiente número ofrece el encuentro entre el lanzarredes y el malvado Dr. Muerte. La inclusión de este fascinante personaje está muy forzada, ya que no encaja con el tono de la colección arácnida. Además, su enfrentamiento con Spiderman no tiene ningún interés, ni implica trascendencia alguna para los personajes. Curiosamente, este extraño antagonismo sería recuperado a finales de los años setenta en las tiras de prensa del trepamuros realizadas por Stan Lee y John Romita. Tras la aventura anterior, Peter Parker se ve obligado a viajar a los inhóspitos pantanos de Florida para cubrir la sorprendente noticia del avistamiento de un monstruoso reptil gigante. Spiderman conoce así la trágica historia del Lagarto y gana uno de sus más fieles aliados, el doctor Curtis Connors. El origen del villano, aunque no es muy original, es efectivo y dota de interesantes matices a la tarea del héroe. El arácnido debe detener el peligro que el Lagarto supone, pero sin dañarle significativamente, ya que en el interior del monstruo se encuentra atrapado su alter ego, el noble doctor Connors. No se trata de un relato brillante, pero constituye el arquetipo a partir del cual se construirían fielmente la práctica totalidad de aventuras con este villano durante los siguientes treinta años. Por su parte, el Buitre es el primer enemigo en regresar tras su derrota a manos del lanzarredes, del que pretende vengarse. Es un relato poco memorable que, en contraste con el resto de aventuras de la época, no aporta gran cosa al imaginario del personaje. Tampoco Ditko está a gran nivel, por lo que la pelea entre el Buitre y Spiderman no ofrece el interés necesario al lector. Tal vez lo más remarcable sean los avances románticos entre Peter y Betty. En la siguiente historia se ofrece la aparición de un oponente de escasa entidad, el Cerebro Viviente. Se trata de un ingenio tecnológico dotado de una inmensa inteligencia artificial. Debido a su manipulación indebida, pierde el control y pone en peligro a los estudiantes de la escuela a la que asiste Peter. Más interesante que la rutinaria pelea entre Spiderman y el Cerebro Viviente es el combate de boxeo que, a propuesta del profesor Warren, libran Peter y Flash en el gimnasio de la escuela. En este sentido, resulta sorprendente que el irreflexivo profesor no dude en arrojar a su enclenque estudiante favorito a los voraces puños de la estrella deportiva del colegio. En cualquier caso, ésta es una anodina aventura que en otro contexto podría resultar más simpática. Sin embargo, ubicada tras varios números algo grises, sólo remarca la discreción de los primeros compases de la colección. Por otra parte, el dibujo de Ditko en la serie todavía no había alcanzado su mejor nivel, así que el enfrentamiento entre Spiderman y el Cerebro Viviente queda muy deslucido. La portada, como tantas otras de esta etapa, fue homenajeada posteriormente. En este caso por el mediocre Alex Saviuk para la portada de Web of Spider-Man #35, número que también contiene la segunda y brevísima aparición del Cerebro Viviente. El siguiente enemigo clásico en presentarse es el extravagante Electro. Es un antiguo empleado de una compañía eléctrica que, a causa de un accidente, ha conseguido habilidades relacionadas con el control de la electricidad. Ebrio de poder, y uniformado con un traje inequívocamente reconocible, Electro está dispuesto a llevar a cabo cuantos robos le sea posible. Tan solo Spiderman, utilizando su ingenio, puede detenerle. Steve Ditko ya había presentado anteriormente a un personaje relacionado con la electricidad, concretamente en Strange Suspense Stories #48. Pese a su gran poder, Electro no mostraría nunca excesiva audacia ni grandes ambiciones villanescas. Sin embargo, esto no sería obstáculo para que se convirtiese en uno de los enemigos más populares del arácnido. Su aparición más celebrada sería, quizás, la incluida en los últimos números del guionista Peter David a los mandos de la colección Spectacular Spider-Man. En lo que respecta a la vida civil de Peter, el joven falsea unas fotografías para conseguir el dinero que le permita costear una cara operación para su querida tía May. Es un acto deshonesto que le produce cargos de conciencia pero que queda compensado al final de esta aceptable historia. Tras la aventura con Electro, se presenta un villano que no posee superpoderes. Se trata del enigmático Gran Hombre. Ataviado con una máscara estrafalaria, traje y un sombrero Fedora, anhela unificar bajo su mando el hampa de la ciudad de Nueva York. Para conseguirlo, cuenta con su genio criminal y con la inestimable ayuda de tres temibles sicarios, los Forzadores. Sus únicos obstáculos son Spiderman y las fuerzas del orden, que pretenden detener las fechorías del Gran Hombre y descubrir su identidad secreta. Asimismo, en esta historia se introduce también al periodista Frederick Foswell. Su aspecto se asemeja al de su creador gráfico, Steve Ditko, si bien los rasgos del personaje variarían en sus siguientes apariciones. Existen varios puntos de interés en esta atractiva aventura. Ésta es la primera aparición en la colección del crimen organizado como tal, actividad delictiva que tendría gran peso argumental en numerosas historias de Spiderman. Por su parte, el Gran Hombre constituye el primer intento de crear un gran capo criminal que aglutine y dirija las bandas de Nueva York. Al Gran Hombre le seguirían otros como Lucky Lobo y, más claramente, el Amo del Crimen, pero ninguno de ellos tendría el carisma o el interés suficiente para perdurar. Sería el maestro John Romita, con la creación del temible Kingpin, quien idearía la imagen y caracterización definitivas de este tipo de personaje. En lo que respecta al Gran Hombre, otra novedad argumental es que por primera vez se le da cierta relevancia a la identidad secreta del villano, si bien ésta es revelada en el mismo número de su presentación. Por último, destaca el monólogo final de Jameson, que desvela la profundidad de su contradictorio carácter. Ésta es, por lo tanto, una historia de gran influencia posterior y con un sabor puramente ditkiano, por cuanto se presentan varios personajes que estarían íntimamente ligados a la etapa del autor en la colección y que apenas trascenderían tras su marcha. Para este número, el artista dibujó dos portadas distintas, siendo la mejor de ellas la que no fue publicada. Tras las novedades anteriores, regresa un viejo conocido del héroe. Se trata del temible Dr. Octopus. El cruel villano está implicado en una trama de chantaje y corrupción que lleva a Spiderman hasta la ciudad de Philadelphia. La tragedia golpea a Betty Brant, la chica de Peter, al cobrarse el devenir de los acontecimientos la vida de su temerario hermano Bennett. Tras regresar a Nueva York, el trepamuros, que aparentemente ha perdido sus poderes arácnidos, es derrotado por Octopus. El villano consigue desenmascarar a su enemigo pero se niega a creer que un débil fotógrafo pueda ser el poderoso Spiderman. Una vez el lanzarredes recupera su fuerza, se enfrenta de nuevo al Dr. Octopus y, tras una trepidante batalla, consigue vencerle. Ésta se trata de la primera historia de la colección que se continúa de un número a otro. Junto a la mayor extensión de la aventura, se intuye una voluntad de dotar de más complejidad de la habitual al guión. Así, en una tradición puramente Marvel, se alternan acción, tragedia, romance e inesperados giros dramáticos. Es también en estos números en los que el ruin Dr. Octopus se afianza como el enemigo más peligroso de Spiderman. Su brutal pelea final anticipa algunas de las grandes batallas que librarían posteriormente ambos personajes. Respecto de la sobrevenida debilidad del héroe, Spiderman volvería a perder sus poderes en varias ocasiones más, con mayor o menor fortuna argumental. Ocurriría, por ejemplo, una vez más en la etapa de Stan Lee y Steve Ditko; así como durante la posterior etapa en la colección de Stan Lee y John Romita; otra vez durante la de Marv Wolfman y Keith Pollard; de nuevo durante la de David Michelinie y Erik Larsen; y también en la película Spiderman 2 (Sam Raimi, 2004). A pesar de todos sus alicientes, el relato se ve marcado por la irregularidad. Existen ciertos detalles argumentales mal resueltos que no se pueden obviar. Asimismo, el primer número resulta demasiado funcional; correcto pero sin brillo, ofreciendo una mayor frescura el segundo. Quizás por tales motivos, esta aventura, siendo de lo mejor del inicio de la colección, no ha perdurado excesivamente en la memoria de los aficionados. SE PRESENTA SPIDERMAN (III): LOS SEIS SINIESTROS Spiderman ha sido visto cometiendo diversos robos en la ciudad. Peter no se lo explica. Duda de sí mismo. Cree que puede tener doble personalidad o sufrir de sonambulismo. Para descubrir la verdad se enfrenta al enigmático hombre conocido como Misterio. Se trata de otro de los enemigos clásicos del lanzarredes y es uno de los más interesantes. El aspecto del personaje es original y desconcertante. Parece salido de un film de ciencia ficción de los años cincuenta. Debido a sus habilidades, es un villano que funciona muy bien como ilusionista y embaucador, pero que pierde interés en los combates cuerpo a cuerpo. Por este motivo la historia se resiente un poco al descubrirse prematuramente el engaño. Por otra parte, las motivaciones del malvado son algo difusas. Además, la forma que tiene Spiderman de demostrar su inocencia, aunque efectiva y convincente, es muy simple. Tal vez lo más peregrino del número sea ver al triunfal Misterio aclamado por multitudes. Si bien es cierto que Jameson está haciendo campaña a su favor, no se puede negar que el aspecto del villano da que pensar que está ocultando algo turbio. En cualquier caso, es una aventura más que correcta y entretenida, aunque Misterio las viviría mejor. El siguiente enemigo en presentarse tendría una importancia capital en el devenir de las aventuras arácnidas. Se trata del malicioso Duende Verde. En esta primera aparición utiliza una escoba voladora en lugar de su habitual deslizador, pero este detalle no le hace perder demasiado magnetismo. Su representación gráfica es fascinante y está llamado a ser un personaje importante en la colección. Así, su identidad no es relevada a Spiderman ni al lector. Ditko oculta deliberadamente su rostro y alimenta la especulación. En contraste con los villanos anteriormente mostrados, en esta ocasión se decide dotar a la identidad del malvado de un suspense que trasciende a números posteriores. La idea original de Stan Lee, según comentó el propio Ditko, era presentar al Duende Verde como un demonio mitológico que se hallaba encerrado en un sarcófago milenario. Afortunadamente, la historia final dotaría al origen del villano de un acertado halo de verosimilitud acorde con el tono de la serie. Al margen de la introducción del nuevo enemigo, la historia superheroica no es gran cosa. La trama del engaño a Spiderman para que participe en una película es muy ingenua y carece de verdadero interés. Tampoco destaca la presencia de Los Forzadores, ni la anecdótica participación de Hulk, que no aporta nada al relato más allá de contentar a los amantes de la publicitada cohesión del Universo Marvel. Más estimulante resulta la vida civil del protagonista. La rubia Liz Allan manifiesta su fijación por el joven Parker, lo que enfurece a Flash Thompson. La que tampoco se toma nada bien el reciente interés de Liz es la sufrida Betty Brant. La dinámica del triángulo amoroso formado por Betty, Peter y Liz se recuperaría y potenciaría en posteriores etapas, variando sus componentes en función de la entrada y salida de la serie de nuevos personajes femeninos. En la presente etapa no se incide demasiado en el plano romántico, explorándose las consecuencias tragicómicas que dicha situación acarrea para cada personaje. El siguiente relato presenta a otro de los villanos clásicos del trepamuros, el poderoso Kraven el cazador. Es un hombre orgulloso que cuenta con un sentido del honor un tanto caprichoso. Su aspecto es el de un Tarzán hortera, un aventurero salido de los viejos seriales de los años treinta. Animado por su viejo amigo el Camaleón, llega a Nueva York dispuesto a cazar a la presa más peligrosa de todas... Spiderman. Se trata de una historia sencilla pero desarrollada con mucho encanto. Steve Ditko demuestra en este número que ya domina completamente la figura de Spiderman. Las coreografías de sus peleas son espectaculares. Por otra parte, el personaje de Kraven queda totalmente caracterizado en su primera aparición. Se apunta también que el Camaleón no es más que un cobarde siervo del poderoso cazador. La relación entre ambos es intrigante. Estos aspectos serían desarrollados muchos años más adelante por el interesante guionista J.M. DeMatteis. En este número destacan también los divertidos diálogos de Jameson y la poética y paradójica viñeta final. Lo cierto es que a pesar de que siempre se ha considerado a Kraven un villano algo ridículo, es un personaje que ha protagonizado varias aventuras memorables. Ésta es una de ellas. Es una lástima que en esta ocasión la portada del cómic no estuviera a la altura del contenido. Tras el repunte de calidad anterior aparece Daredevil. El héroe ciego protagoniza junto a Spiderman una insulsa historia de robos y peleas. El argumento es muy simple y sirve únicamente para juntar a los dos personajes. Por otra parte, es un cómic en el que la vida privada de Peter Parker, uno de los grandes intereses de la colección, apenas aparece. El villano de esta aventura es el Jefe de Pista. Es un bufón hortera que tendría un gran potencial si en lugar de ser un raterillo de tres al cuarto fuera un psicópata asesino. Su diseño y sus habilidades podrían funcionar muy bien en este sentido. En esta historia cuenta con sus sicarios del Circo del Crimen para ejecutar sus fechorías. Ditko es el dibujante ideal para retratar rarezas circenses. Sin embargo, no hay lugar en este relato para la maldad y la turbiedad que estos personajes demandan, por lo que el artista tampoco se luce en exceso. Lo mejor del cómic es la dinámica portada. Tras la historia anterior se sitúa un número muy recordado por los aficionados: el primer anual de la colección. El Dr. Octopus, que ha escapado recientemente de la cárcel, idea un plan para acabar definitivamente con el arácnido. Para ello, recluta a varios de los más temibles enemigos del trepamuros. Así, Electro, Misterio, El Buitre, El Hombre de Arena, Kraven y el Dr. Octopus forman los Seis Siniestros. Todos ellos acuerdan enfrentarse por turnos al lanzarredes. Para motivarle a pelear, los villanos secuestran a Betty Brant, que se había visto implicada anteriormente en varias aventuras de Spiderman. Junto a la joven, retienen también a una anciana, May Parker, que casualmente se hallaba con Brant en el momento del secuestro. La situación no podría ser más inoportuna para el héroe. De forma inexplicable, ha perdido sus poderes arácnidos. Las posibilidades de salir victorioso de un enfrentamiento con los Seis Siniestros son mínimas. Pero este detalle no acobarda a Peter Parker, que acude valientemente a su cita con el destino. En contraste con otros tiempos en que los anuales sólo servirían para editar anodinas historias realizadas por artistas de cuarta fila, este cómic merece realmente el adjetivo de especial. Es una aventura simpática, que no pretende ser otra cosa que lo que es. Por tal motivo, funciona bien. Ni siquiera molestan las constantes apariciones, con descarados fines publicitarios, de la plana mayor del Universo Marvel. Debido a lo singular de la propuesta, resulta oportuno el breve flashback en el que Spiderman recuerda el error que le costó la vida a su querido tío Ben, motivándole para iniciar su lucha contra el crimen. El elemento más destacado del número son las seis impresionantes páginas completas que Steve Ditko dedica a cada una de las peleas que mantiene el trepamuros con cada miembro de los Seis Siniestros. Con más o menos dignidad, todos ellos son derrotados por el valeroso Spiderman. Para el recuerdo, queda también la divertida situación entre la tía May y el Dr. Octopus. Su relación sería retomada en esta colección y llevada a delirantes extremos por el talentoso guionista Gerry Conway. Los Seis Siniestros volverían a reunirse varias veces más, si bien su alineación y número de miembros variaría circunstancialmente. Su único regreso afortunado acontecería durante la etapa de David Michelinie y Erik Larsen en la colección. Larsen homenajearía al maestro Ditko realizando también seis páginas completas dedicadas a cada uno de los enemigos del héroe. El mismo Larsen, como autor total de la colección Spider-Man, volvería a reunir a los Seis Siniestros, con resultados muy discretos. LA EDAD DORADA (I): ¡SPIDERMAN CONTRAATACA! Con los Seis Siniestros entre rejas, el catálogo de enemigos disponibles ha quedado notablemente reducido. Es el momento para que regrese a la colección regular el peligroso Duende Verde, un villano fascinante que no había disfrutado de una presentación a su altura. El retorno del malvado tiene lugar en una simpática historia que combina la vida privada de Peter Parker con su faceta superheroica y que supone la primera parte de una trilogía que aborda el abandono de las redes por parte del héroe. El objetivo del Duende Verde es destruir al arácnido. Para lograrlo, irrumpe en la primera reunión del Club de Fans de Spiderman que ha creado Flash Thompson. El mismo héroe está convocado al evento, al que también asisten los estudiantes del instituto Midtown y los compañeros de trabajo de Peter. Entre el público se encuentra también Johnny Storm. Así, el trepamuros y Storm, transformado en la Antorcha Humana, combaten al Duende Verde ante un animado público. Preocupado por el estado de salud de tía May, el lanzarredes abandona repentinamente la pelea y huye ante la sorpresa de todos los presentes y el regocijo de Jameson. La huída de Spiderman es brusca y sin atenuantes aparentes, por lo que resulta divertidamente grotesca. Por otra parte, se incide en la rivalidad que enfrenta a Liz y Betty por las atenciones de Peter. Esto conlleva que la enemistad entre Flash y el mismo Peter aumente. Sin embargo, la relación entre ambos ha evolucionado debido a la madurez y confianza creciente de Peter. El joven Parker tiene siempre una réplica a punto para humillar a Thompson y nunca muestra miedo por sus reiteradas amenazas. Por su parte, tía May no parece darle importancia al hecho de que su querido sobrino ya tenga novia e intenta prepararle una cita a ciegas con Mary Jane, la sobrina de su mejor amiga. Ésta sería una situación recurrente durante la etapa de Steve Ditko en la serie, sin que llegase a concretarse nunca el encuentro entre Peter y Mary Jane. Debido a su deserción, la opinión pública le da la espalda a Spiderman. El resto de héroes del Universo Marvel están desconcertados ante la aparente cobardía del trepamuros. Un triunfante Jameson aprovecha la situación para desprestigiar al lanzarredes mediante distintos comunicados y programas especiales. Ditko dibuja a un Jameson exageradamente sonriente, que aparece profusamente en multitud de viñetas, tanto presencialmente como en carteles publicitarios y en aparatos de televisión, además de regalar al lector primerísimos planos del gesticulante editor. Es un recurso gráfico que no pasa desapercibido y que supone una irónica respuesta del artista a las críticas recibidas por la forma grotesca en que dibujaba a este personaje. Como es habitual, el único personaje que todavía mantiene la fe en Spidey es Flash Thompson. Sin embargo, la vida civil de Peter no va mucho mejor. Si bien tía May parece recuperarse favorablemente de su último ataque, su novia Betty está empezando a salir con otro empleado del Daily Bugle, un tal Ned Leeds. Ante el devenir de los acontecimientos, Peter toma impulsivamente la decisión de dejar de ser Spiderman. Sin embargo, la determinación de la anciana tía May frente a las adversidades inspira a Peter para retomar el manto del héroe. El regreso del lanzarredes se salda con su victoria sobre El Hombre de Arena y Los Forzadores. Así, para desesperación de Jameson, la imagen pública de Spiderman es rehabilitada. Ésta sería la primera de las muchas ocasiones en que Peter abandonaría las redes, si bien la más célebre y en la que se basan la mayoría de homenajes, así como la película Spiderman 2 (Sam Raimi, 2004), tendría lugar durante el magnífico trabajo de John Romita en la colección. El final de esta saga coincide con el ecuador de la etapa de Stan Lee y Steve Ditko en la serie. Durante estos primeros números, ambos autores habían presentado un conjunto de personajes y situaciones que trascenderían su colaboración, permaneciendo en el tiempo como elementos definitorios del personaje. Sin embargo, la mayoría de las mejores historias firmadas por Lee y Ditko todavía estaban por llegar. Dedicado a Peúbe, al que agradezco su inestimable ayuda con la documentación. |
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