Esta semana continuamos con nuestro humilde análisis sobre el impacto que tuvieron en el Universo Marvel algunas de las corrientes sociales. En esta ocasión, hablaremos de…

LA EVOLUCIÓN DE LA MUJER DENTRO DEL UNIVERSO MARVEL
por Óscar Rosa Jimenez


El feminismo liberal surge en la época de la Ilustración con el movimiento sufragista en EE.UU. Las mujeres demandaban el derecho al voto y que las leyes las reconocieran, es decir, demandaban una igualdad de derechos tanto para hombres como para mujeres ya que, hasta el momento, la mujer había sido discriminada en todos los sentidos. El movimiento feminista, en general, surgió por una escisión en los partidos de izquierdas entre mujeres y hombres, porque las mujeres, incluso dentro de su propio partido, se sentían desplazadas y sin ningún poder.

La segunda ola del movimiento feminista se produce en los años 60, cuando se cristalizan movilizaciones cuya base principal son los problemas a los que se enfrentan las mujeres en el ámbito privado y con el patriarcado. Este impulso feminista da lugar a tres perspectivas: el feminismo liberal, el feminismo radical y el feminismo socialista. Tienen en común la idea de una ampliación de derechos, la plena igualdad y la reivindicación de una sexualidad libre; aunque cada feminismo establece un enfoque diferenciado y una reflexión propia.

Hasta aquí, hablaríamos del mundo real. Pero, ¿cómo afectó todo esto al Universo Marvel? Y lo que es más importante: ¿cómo se vio reflejado en sus personajes femeninos? ¿Cómo encajaba el mal llamado sexo débil en un mundo ficticio lleno de poderosos superhumanos? La respuesta, la tendremos que extraer tras analizar los datos que comentaremos a continuación, así que juzguen ustedes mismos.

La primera superheroína del Universo Marvel sería la Chica Invisible, uno de los personajes más maltratados por ser mujer durante los inicios de su carrera en el seno de Los Cuatro Fantásticos. Dentro del amplio espectro de poderes, se le otorga la capacidad de hacerse invisible, como sí se tratase de un reflejo de su situación social. Su papel en los primeros años de su existencia se limitará a confeccionar los uniformes del grupo y a lucir con orgullo su condición de miembro más débil del mismo. No obstante, en los correos de la época, hubo una facción de lectores que mostraron interés por Sue. Me cuesta verla como una sex simbol de los tebeos de la época, pero tampoco sería algo tan descabellado. ¿O sí?

Sea como sea, el personaje tenía un grupo de admiradores que pedía a los autores de la serie que se le diera mayor protagonismo y valoración. Quizás, eran miembros del frente de liberación de la mujer, quién sabe, pero la cuestión es que el propio Stan Lee respondería en la sección que las peticiones del público serían oídas. Y, ciertamente, Sue se convirtió en el as de la manga del grupo a la hora del combate final de muchos números. Su invisibilidad era la pieza clave para coger desprevenido al villano de turno y acabar salvando al mundo. Sin embargo, en los diálogos se seguían observando ciertos retazos del machismo imperante en aquella época.

Con el tiempo, Sue pasaría de ser aquella joven ligera de cascos, que se encaprichaba del primer Namor cualquiera que pasaba por delante de ella, aparte de tener sesiones de peluquería cada pocos números, a convertirse en una madre de familia casada y con un hijo. Más allá de la evolución dentro del grupo, tuvo lugar una evolución a nivel personal. Sue desarrollaría nuevos poderes: campos de fuerza invisibles, esferas, también invisibles, que lanzaba con mucha fuerza e, incluso, estudiaría algunas artes marciales gracias a Puño de Hierro. El personaje había pasado a convertirse en un miembro de pleno derecho del grupo. Su inferioridad era cosa del pasado. Pero todavía no había dicho su última palabra: la llegada de John Byrne a la colección sería determinante para demostrar que la Mujer Invisible (lo de chica hacía tiempo que había quedado atrás), era el miembro más fuerte del grupo.

Posiblemente, a la hora de hablar de autores que han mostrado un especial cariño por los personajes femeninos con los que han trabajado, se nos venga a la mente Chris Claremont, sobre todo por su Patrulla X, pero Byrne no se queda atrás. En la serie del cuarteto, dio el paso que nadie había sido capaz de dar y nos mostró el verdadero potencial de Susan. Tanto es así, que ella sola pondría en jaque a todo el grupo en una encarnación que la convertiría en villana. Además, el autor supo mostrar el lado más duro de un matrimonio, algo que hasta el momento solo se había tocado de forma muy sutil. La posterior incorporación de Hulka al cuarteto, supuso el aldabonazo definitivo para una colección donde las mujeres tenían mucho que decir. El carácter de Jen es algo que no deja indiferente a nadie…

Los dos siguientes personajes femeninos con cierto peso serían: Betty Ross y Jane Foster. Ambas representaban el papel de amor imposible al más puro estilo Stan Lee, actuando como la típica damisela en apuros lloriqueante. Llegarían a protagonizar escenas que, a día de hoy, nos pueden hacer sonrojar, quedando patente que su amor no tiene fronteras, ni su capacidad de sufrimiento por el sexo opuesto tiene límites.

La siguiente heroína nace en las páginas de Tales to Astonish Vol. 1 #44. Se trata de Janet Van Dyne, hija del científico de reputación mundial Vernon Van Dyne, cuyo trabajo de investigación le conducirá a una trágica muerte. Henry Pym se sentirá atraído por ella, debido al parecido con su mujer fallecida, por lo que no solo le ayudará a vengarse de la muerte de su padre, sino que la convertirá en la Avispa, su fiel ayudante en las labores superheroicas. Así, nace una relación que culminará con un matrimonio algo inusual.

En los primeros compases, el personaje no es más que una hija malcriada con la pasmosa habilidad de malgastar la inmensa fortuna que consiguió amasar su padre. Además de ser el paradigma perfecto de la damisela en apuros a la que hay que rescatar. Todo esto, unido a que se abalanza, sin ningún tipo de reparo, ante cualquier chico guapo y fornido que salga a su paso, la convierte en una mujer frívola y alocada. Pero, a pesar de su papel de secundaria en el serial del Hombre Hormiga, será una pieza fundamental en la formación del segundo supergrupo del Universo Marvel. Incluso, será la responsable de que adopte el nombre por el que será conocido: Los Vengadores.

Tras quedarse sin serie propia, sería en la de los Héroes más poderosos de la Tierra donde se acabaría mostrando toda su evolución. La mejora de sus poderes, el constante cambio de uniforme o la consolidación de su relación sentimental con Henry Pym, serían los aspectos más destacables. No obstante, con la llegada de Jim Shooter y la posterior entrada de Roger Stern a la colección, el personaje daría un salto cualitativo en su evolución. Primero sufriría violencia de género dentro de un matrimonio que estaría abocado al divorcio, para posteriormente convertirse en la líder de Los Vengadores. Desgraciadamente, bajo su liderazgo tendría que soportar el asalto a la mansión (MG Los Poderosos Vengadores #9), una dura prueba que, a pesar de superarla con creces, desembocó en su marcha temporal del grupo.

Dejando de lado a Dorrie Evans, la primera novia de Johnny Storm; a Alicia Masters, la homóloga de Ben Grimm; o a Pepper Pots, la despabilada empleada de Tony Stark; tendríamos que ir a los inicios de la Patrulla X para encontrar a la tercera superheroína del Universo Marvel: la Chica Maravillosa.

Jean Grey, aparte de ostentar el nombre de la editorial, como el que no quiere la cosa, se nos presenta también como el miembro más débil del grupo. Con una telequinesia que queda ensombrecida ante los poderes de sus compañeros, pasará a convertirse en el objeto de deseo del resto de componentes del grupo. Llegados a este punto, cuesta un poco no ver como la introducción de la mujer iba ligada al esquema habitual de Stan Lee: el triángulo amoroso. Pero la joven pelirroja daría un giro de ciento ochenta grados tras la Segunda Génesis del grupo (Giant-Size X-Men #1) y la posterior llegada de Chris Claremont a la serie.

De nuevo, un autor joven llegaba a una colección y convertía al miembro más frágil en el más poderoso. Incluso lo volvía contra sus compañeros. No creo que sea casualidad que John Byrne estuviera presente aquí también. Sea como sea, Jean Grey acabaría protagonizando una de las mejores historias de Marvel, todo un hito dentro del mundo superheroico, cuya evolución meteórica tuvo funestas consecuencias. Después, la editorial quiso deshacerlo, pero de eso es mejor no hablar…

En la serie de los Hombres-X, tendríamos otro claro ejemplo de mujer venida de menos a más. Hablamos de la Bruja Escarlata, cuya primera aparición tendría lugar en The X-Men Vol. 1 #4, formando parte de la Hermandad de Mutantes Diabólicos junto a su hermano Mercurio. Allí, podríamos observar como era ninguneada por su propio pariente que, en un exceso de celo, pretendía protegerla constantemente. Se trata de una pareja que sufrió duramente el rechazo de los de su especie, lo que les llevaría a unirse a Magneto en su cruzada contra la humanidad y la supremacía del Homo superior. Aunque en el futuro se escribirían ríos de tinta sobre esta trinidad, con aires "culebronescos", en estos tímidos comienzos tenemos a Wanda como una obediente hermana sin demasiado que opinar sobre sus afiliaciones. Con el paso del tiempo, la pareja pasaría a formar parte de Los Vengadores, dando comienzo a su camino de redención, que los convertiría en una excepción dentro del universo mutante. La redención de los villanos, sin duda, un tema para otro día…

Como podemos ver en estos ejemplos, la mujer había reclamado sus derechos en los tebeos, de forma paralela a la vida real. Ahora, veremos cuando pasaron a convertirse en protagonistas en solitario de sus propias colecciones.

Mientras que Millie The Model contaba con una especie de spin-off como Mad about Millie o Chili, y surgían series de corte romántico como My Love u Our Love Story, las superheroínas no parecían tener cabida dentro del panorama editorial de Marvel. Hasta enero de 1977, fecha de salida de Ms. Marvel #1, no tendríamos una serie protagonizada por una superheroína. Curiosamente, o quizás no lo sea tanto, lucirá el nombre de la editorial; un nombre que siempre se han disputado Marvel y DC y que protagonizó algunos litigios. También tenía la característica de no ser un personaje totalmente novedoso, ya que Carol Danvers era una secundaria habitual de la serie protagonizada por Mar-Vell. Precisamente, mientras Carol presenciaba una pelea entre el Capitán Marvel y su enemigo Yon Rogg, se vio irradiada por el Psicomagnetrón, una máquina que le dotó con los poderes de un guerrero kree.

La serie constó de 23 números y, tras los primeros episodios escritos por Gerry Conway, pasa a manos de Chris Claremont, que la adopta bajo su manto. Cuando la serie acaba cancelada, la convierte en un personaje secundario de sus Hombres-X. Allí, el personaje pasa a otro nivel mucho más cósmico, lejos del lado terrenal en el que la vimos en su colección. Directora de la revista Woman, es el paradigma perfecto de mujer liberada e independiente. Además, sufriría una evolución estética importante en los pocos números que duró la serie.

En el apartado gráfico, tendríamos un poco de todo: desde el gran John Buscema, pasando por Jim Mooney, entintado por Joe Sinnot, hasta Dave Cockrum o Sal Buscema, entre otros. Fue una serie que no obtuvo demasiada buena acogida, pero que posiblemente consiguió el objetivo de mantener los derechos del personaje. Aunque también se consiguió un personaje que, con el paso del tiempo, tendría su peso dentro del Universo Marvel. A pesar del inicio renqueante, tuvo más suerte formando parte de otras colecciones, tanto integrada en Los Vengadores, seguramente la faceta que más gloria le ha deparado, como en la Patrulla-X de Claremont. El personaje continuaría su camino hacia delante, consolidándose como miembro de Los Vengadores, viviendo momentos importantes de su vida en The Avengers #200 o en el décimo anual de la colección. Posteriormente, su primer paso por la serie de la Patrulla-X sería en The Uncanny X-Men #150, donde el patriarca mutante seguiría de cerca su evolución como personaje.

En abril de 1978, ve la luz Spider-Woman #1, cómic en el que la contrapartida femenina del personaje estrella de la editorial estrena colección, aunque ya había deambulado antes por el Universo Marvel. Su primera aparición se produce en Marvel Spotlight #32 y se nos presenta como una agente de Hydra, con el cerebro lavado. Posteriormente, en Marvel Two-In-One #29-33, se descubrirá parte de la verdad y contraerá amistad con el sobrino favorito de la Tía Petunia, para después dar el salto a su serie en solitario.

La serie de Jessica Drew parece tener mejor acogida y alcanza las 50 entregas. Incluso, sería invitada a formar parte de Los Vengadores, pero poco tiempo después pierde sus poderes. A partir de entonces, pasaría a ser detective privado, viviendo alguna que otra aventura en Mandripur junto a Logan. La verdad es que el personaje se presentaba de forma interesante: atormentada por su borroso pasado, su posterior asociación con Hydra y SHIELD o, incluso, su relación con la montaña Wundagore y el Alto Evolucionador, conformarían una serie de elementos atrayentes, aunque, tras cierto tiempo, el personaje cayó un poco en el olvido. No sería hasta la llegada de Bendis, al Universo Marvel, que Jessica volvería a estar en primera línea.

En febrero de 1980, estrena serie Jennifer Walters, la prima de Bruce Banner, el alter ego de Hulk. Pese a que ya hemos hablado un poco de la amazona esmeralda, aquí se narra su origen. Tras un tiroteo, Jen resulta gravemente herida y Bruce le hace una transfusión de sangre mientras llegan los servicios sanitarios. La sangre contenía radiación gamma, por lo que la apocada abogada acaba convirtiéndose en: ¡La Salvaje Hulka! El resto se podría decir que es historia…

Tras el origen narrado por Stan Lee y John Buscema, la serie sólo consigue alcanzar los 25 números. No obstante, lo realmente curioso es que los creadores solo realizan el origen, y el resto queda en manos de David Anthony Kraft, junto a los lápices de Mike Vosburg y los acabados de Chic Stone, algo que me parece un flaco favor al personaje. Las críticas hablan de una serie muy discreta, con un patrón preestablecido similar a su homónimo masculino. Y es que, hasta el momento, todo habían sido replicas femeninas de héroes ya conocidos; algo que parecía no cuajar demasiado bien.

En marzo de 1981, tendríamos una nueva colección protagonizada por una mujer y, esta vez sí, tendríamos una idea diferente. En esta ocasión, nos vamos al cosmos mutante. Allí, surgiría Dazzler, una mutante capaz de transformar el sonido en diferentes formas de luz. Con esta curiosa habilidad y su pasión por la música, adopta una carrera musical. Finalmente, acabaría recayendo en la Patrulla-X, aunque antes tuvo una serie de 42 números y una novela gráfica. Una colección cuyas críticas hablan de un enfoque demasiado "femenino" o, lo que es lo mismo, un tebeo enfocado a las jóvenes, que no obtuvo demasiado éxito. Y es que, en el duro mundo en el que vivimos, las mujeres no lo han tenido fácil, ni siquiera en la ficción.


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