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por Óscar Rosa Jiménez ![]() Como sucediera con otros personajes nacidos en los principios de los años setenta, la recuperación de este icono del horror tendría lugar en una cabecera genérica. Marvel Spotlight fue un banco de pruebas en el que la Casa de las Ideas presentó a diferentes personajes antes de que algunos de ellos consiguieran su propio título mensual tras conocer la acogida del público. Con fecha de portada de 1971, salía a la venta Marvel Spotlight #1, en el que debutaba Lobo Rojo, un personaje que surgía a partir del éxito cosechado por el western, de la pluma del veterano guionista Gardner F. Fox, junto a dos leyendas de la Silver Age del cómic estadounidense como son Syd Shores y Wally Wood, que posteriormente saltaría a su propia colección. La segunda entrega de la serie tendría como protagonista al Hombre Lobo, prolongándose su estancia durante tres números, antes de vivir sus aventuras en una nueva cabecera titulada Werewolf by Night. La primera aparición estaría guionizada por Roy Thomas y su primera mujer, Jean Thomas, que entre sus colaboraciones con Marvel en la década de los setenta posiblemente la más destacada sea su participación en la creación de este personaje. Curiosamente, ninguno de los dos escritores tuvieron una mayor vinculación con el Hombre Lobo marvelita más allá de su creación, que sería desarrollada en gran medida por el joven y pujante guionista en aquellos momentos, Gerry Conway, que parece que también tuvo alguna relación con su origen. Posteriormente, la serie albergaría otras creaciones que tendrían un importante papel en el lado más oscuro del Universo Marvel, obteniendo un éxito similar, como el Motorista Fantasma o el Hijo de Satán. ![]() Uno de los aspectos destacables de los comienzos de nuestro protagonista de hoy recae en el apartado artístico. El encargado de dar vida al icono sería nada más y nada menos que el dibujante Mike Ploog. Se trata de un artista nacido con un talento especial para el género de terror. Desde niño disfrutó con un lápiz entre sus dedos y descubrió los superhéroes de la mano de Jack Kirby. Se curtió en las revistas en blanco y negro publicadas por James Warren hasta que Roy Thomas se fijó en su potencial y acabó contratándolo para trabajar en Marvel, donde dibujó todo tipo de relatos en colecciones genéricas como Journey Into Mystery, Amazing Adventures y Marvel Premiere. En la mencionada Marvel Spotlight no solo sería el creador gráfico de Jack Russell, sino que jugaría un papel fundamental en el debut del Motorista Fantasma en Marvel Spotlight #5. Su visión del Hombre Lobo, que se convertiría en canon durante todo el periplo clásico del personaje, tenía su base en el cine. Para ello deberíamos trasladarnos a los films producidos por la Universal durante la década de los cuarenta, en los que destacaba con fuerza un actor: Lon Chaney Jr. Hijo del famoso Lon Chaney, apodado “El Hombre de las Mil Caras”, una pieza clave dentro del cine mudo estadounidense gracias a su versatilidad, este actor se hizo popular por su interpretación en películas de monstruos. Su caracterización en The Wolf Man (El Hombre Lobo, 1941) nos recuerda poderosamente a la interpretación del icono cultural que hace Ploog, manteniendo ese aspecto clásico y añejo de las películas de la Universal, pero que a pesar de todo demostró ser aceptada y apenas sufriría cambios hasta décadas posteriores. El artista demuestra una y otra vez ser el principal aliciente del contenido incluido en este recopilatorio, así como la importancia de su trazo a la hora de definir al monstruo. No obstante, durante su estancia con el personaje se aprecia que cuando realmente se potencia su arte es bajo las tintas de otros artistas, que consiguen darle una mayor profusión al detalle, destacando en este aspecto al entintador Frank Chiaramonte, con el que disfrutaríamos de un Hombre Lobo verdaderamente terrorífico, además de añadir una pátina de realidad a las transformaciones. ![]() El Hombre Lobo de Marvel se acerca poderosamente al concepto de antihéroe, maquillado en parte por su lado salvaje, llegando incluso a matar impulsado por sentimientos humanos. Conway aboga por un monstruo cuyo raciocinio es muy básico, pero que muestra muchas similitudes con ese Hulk que solo busca que lo dejen en paz. Casi como un incomprendido, cada noche de luna llena se lanza en busca del bosque, donde intenta entrar en comunión con la naturaleza. En la mayoría de los casos se convierte en el blanco de una serie de villanos que buscan utilizarlo para un fin determinado, siendo atrapado con más facilidad de la esperada. Bajo esta premisa, y en un tono que recuerda en muchas ocasiones al típico road movie de una serie de televisión, Jack Russell y su alter ego se verán envueltos en todo tipo de vicisitudes, cayendo en las garras de científicos locos, haciendo frente a un cazador que quiere demostrar su valor con una presa legendaria, o viéndoselas con un mago que dirige un circo itinerante y que pretende extraer el poder de una gema sangrienta. Si bien es cierto que son una serie de historias entretenidas y de lectura amena, todas adolecen de un patrón similar. Al mismo tiempo, tenemos varias subtramas como la búsqueda del Darkhold, un libro que perteneció a su padre y podría ser la clave para suprimir la maldición que sufre Jack, cuya primera aparición tiene lugar en las páginas de Werewolf By Night, siendo el germen de diferentes tramas. Este voluminoso ejemplar se convertiría con el tiempo en un objeto recurrente dentro del cosmos de ficción de la Casa de las Ideas, llegando incluso a protagonizar una colección durante la década de los noventa, en un auténtico revival del lado oscuro del Universo Marvel que iniciarían los conocidos posteriormente como los Hijos de la Medianoche, dando lugar a multitud de crossovers y eventos. ![]() En el plantel de secundarios nos encontramos a Philip Russell, el padrastro de Jack, al que este considera responsable de la muerte de su madre y al que profesa un odio que lo obliga a distanciarse de él todo lo posible. Por otro lado, tenemos a Lissa, la guapa hermana del protagonista cuya estrecha relación es el detonante para que el secreto familiar salga a la luz, viéndose incluso involucrada en muchas de las desventuras del Hombre Lobo, que la rescata en más de una ocasión, ya que esa conexión especial entre hermanos está muy por encima de su lado salvaje. Fuera del entorno familiar aparece Buck Cowan, un periodista de investigación que pone a Jack Russell tras la pista del Darkhold y algunos de los secretos de su fallecido padre, forjándose así una sólida amistad. Durante un tiempo vivirán en casa del escritor, donde se pasearán otros secundarios como Terri, la fugaz novia del protagonista que pronto cae en el olvido por parte de los guionistas de la serie. Y es que hay que reconocer que las aventuras del Hombre Lobo en sus inicios no parecer tener un rumbo fijo, como si los autores no tuviesen muy claro hacia dónde dirigir al personaje, principalmente en lo que se refiere al desarrollo de su vida privada. El problema familiar sobre el que pivota el origen del Hombre Lobo toma un giro radical en el que de alguna forma contradice lo que se lleva insinuando desde el principio con respecto a la muerte de la madre de Jack. Por otro lado, la búsqueda de la cura y el origen de la maldición son tramas que no terminan de ir a ningún lado hasta el momento. En lo referente a la vida sentimental del protagonista se realizan varios intentos, desde presentar a una novia que él mismo olvida hasta trasladarlo a un piso de soltero donde comienza a trabar una relación con dos de sus vecinas, planteándose incluso la posibilidad de que trabaje como especialista en la industria cinematográfica. No obstante, todo acaba siendo desechado cuando entra en escena Topaz. Recogida en las calles de la India cuando era apenas una niña, el mago Tabú se aprovecha de su ingenuidad utilizando su talento natural para la magia en su provecho. Sin embargo, su noble corazón no le permite matar a ninguna criatura, ni siquiera al Hombre Lobo de cuyo alter ego acaba enamorada. En Werewolf By Night #13 debuta este personaje que no solo se convierte en la pareja sentimental de Jack Russell, sino que jugará un importante papel en su lucha contra lo sobrenatural en posteriores números de la colección, hasta convertirse en un importante secundario dentro de la parcela mágica del Universo Marvel. ![]() En el apartado gráfico no solo tendríamos la presencia de Mike Ploog, ya que este sería sustituido temporalmente por Werner Roth, un artista recordado por sustituir a Jack Kirby en The X-Men, pero cuyo trabajo no lo salva ni el entintado de Paul Reinman. Afortunadamente, sería relevado rápidamente por Tom Sutton, otro veterano artista de las revistas de Warren Publishing cuyo estilo se adapta perfectamente al tono de la serie y su protagonista. Su versión del monstruo sigue las pautas marcadas por Ploog, destacando especialmente su habilidad para el detalle, así como para el género del terror y la fantasía. Antes del regreso de Ploog también dibujaría un par de números Gil Kane, autor de algunas de las portadas de la cabecera y maestro de la narrativa secuencial, sellos intrínsecos del dibujante que estarían muy presentes en su pequeña aportación al Hombre Lobo marvelita. Salvo casos puntuales, el verdadero potencial de este tomo se encuentra en su faceta visual, contando con la presencia de grandes dibujantes que han destacado especialmente en el género del horror a lo largo de su carrera profesional. Argumentalmente es entretenido, de lectura amena, pero dentro de un perfil bajo comparado con muchas de las series que publicaba en aquella época la Casa de las Ideas. Desde luego, no entra dentro de lo más destacado de esta línea, aunque tampoco se encuentra entre lo peor que ha ofrecido. No obstante, su publicación sigue la línea de recuperación de los últimos años, donde parece que todo es susceptible de volver a las estanterías, ofreciendo una oportunidad de acercarse a grandes desconocidos desde los tiempos de Vértice, si se está dispuesto a pagar el precio de la edición limitada. Una oportunidad de lujo, nunca mejor dicho, para aullar a la luz de la luna en compañía de Jack Russell. ¿Quién se anima? |
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