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por Óscar Rosa Jiménez ![]() Amazing Adventures, posteriormente renombrada como Amazing Adult Fantasy, es un título hijo de su época, de eso no creo que quepa la menor duda. Podemos resaltar a lo largo de este artículo, y espero que así sea, algunos aspectos que la convierten en un producto realmente interesante, pero en nuestro fuero interno debemos ser conscientes que no es de esas lecturas que se puedan recomendar alegremente. Su punto fuerte es el apartado gráfico, gracias a la labor de dos de las figuras más representativas del cómic mainstream americano durante la década de los cincuenta y sesenta. Nos referimos a Jack Kirby, que se ganó de forma merecida el sobrenombre del Rey de los Cómics, y a Steve Ditko. El primero contaba entre sus influencias a leyendas del medio como Alex Raymond o Milton Caniff, a pesar de ser un artista autodidacta, y comenzó su carrera en las tiras de prensa hasta que el destino le llevó a crear junto a Joe Simon al Capitán América para el sello editorial Timely, precursor de la actual Marvel. Por el contrario, Ditko, formado en la Cartoonist and Illustrators School de Nueva York, iniciaría su carrera profesional a principios de los cincuenta, llegando a especializarse en relatos cortos de terror y fantasía, hasta recalar en la Casa de las Ideas como ayudante del propio Kirby y Bill Everett, entre otros. Dos autores cuyo talento es indiscutible, pero que representan dos estilos totalmente diferentes unidos en un serie regular que sirve para ver esa interesante dicotomía artística, ofreciendo dos perspectivas diametralmente opuestas a la hora de entender el género de la fantasía y el horror. ![]() A este plantel artístico habría que añadir a Dick Ayers y Paul Reinman, dos veteranos y polifacéticos autores que se encargarían de entintar muchas de las historias de este título, principalmente sobre los lápices de Jack Kirby, ya que Steve Ditko prefería entintarse a sí mismo en la mayoría de las ocasiones. De ese modo, ese expresionismo facial típico de las creaciones de Ditko no perdía un ápice de fuerza, así como ese aire contrito del rostro de sus personajes. Asimismo, se encargaban de potenciar la fuerza arrolladora de la narrativa de Kirby, dotado con un talento especial para la acción y el ritmo trepidante que imprimía a sus trabajos. El Rey era una fuerza de la naturaleza con el lápiz entre los dedos y Ayers, aunque principalmente Reinman, sabían muy bien potenciar y explotar las virtudes del dibujante como demuestran en las páginas de esta colección. Pero como decía anteriormente, Amazing Adventures es un producto concebido en un momento determinado de la historia del cómic y como tal tiene sus virtudes y sus defectos. Para comprender mejor el origen de su nacimiento debemos situarnos en su perspectiva histórica. Martin Goodman había cancelado su contrato con la distribuidora habitual, cayendo en las manos de la competencia, DC Comics, lo que a la postre sería un lastre para su negocio, ya que limitaría a ocho el número de sus publicaciones. Por otro lado, estaba el Comics Code Authority, un colectivo que surgía para autocensurar el contenido de violencia explícito en los cómics tras el impacto que supuso las afirmaciones de Fredric Wertham en su famoso libro "La seducción de los inocentes" en 1954. En este escenario parecía complicado sacar a la luz una serie cuyo principal objetivo era explotar la ciencia ficción y el terror, debido a las limitaciones que marcaban estos antecedentes. Sin embargo, el proyecto siguió adelante en un intento de trasladar a las viñetas un concepto propio de la pequeña pantalla y que los jóvenes de la época podían disfrutar en la mítica "En los límites de la realidad", una teleserie que estoy seguro que los más veteranos recuerdan con cierto cariño. No obstante, esta no es la única fuente de la que bebe esta serie. La estructura inicial de la revista, que se prolongó durante los seis primeros números, se repartía entre una historia principal dibujada por Kirby, protagonizada por un monstruo gigante, otra de corte misterioso y sobrenatural, a cargo de Ditko, y un serial que servía de presentación al Doctor Droom, un personaje que acabaría renombrado en los recopilatorios posteriores de la colección como Doctor Druida y que sería rescatado décadas más tarde por Roger Stern para ingresar en las filas de los Vengadores, durante su etapa al frente de los Héroes más Poderosos de la Tierra. ![]() Si bien es cierto que estamos ante un puñado de tebeos de otra época, con historias que reflejan los miedos y las inquietudes de una sociedad de otro tiempo con la que posiblemente no nos vemos identificados, Amazing Adventures, en sus diferentes fases, me ha parecido una lectura tan interesante como amena. Dejando a un lado el sólido trabajo de dos gigantes de la historieta como Jack Kirby y Steve Ditko, destacando el primero por sus capacidades creativas y el segundo por su expresionismo y marcado cuidado por el detalle, cabría destacar los guiones de Stan Lee. La mayoría de las veces, cuando se tiende a hablar de cómics clásicos, sobre todo si son de los cincuenta o de la primera mitad de los sesenta, se suele sacar a relucir la sobreexplotación de los textos de apoyo, generalmente sin tener demasiado en cuenta la narrativa gráfica del dibujante. No obstante, en esta colección se observa algo particularmente anómalo, ya que Stan consigue con su prosa imbuirnos en la atmósfera que transmiten los dibujantes, además de no ser un lastre para la lectura, sino todo lo contrario. Esto provoca que se obtenga una simbiosis importante entre argumento e ilustración, dando lugar a una lectura fluida y muy entretenida. No es menos cierto que los temas a tratar siguen siendo los mismos de siempre: extraterrestres, invasión a la tierra de todo tipo de civilizaciones, pruebas con la radiactividad, incluso la Guerra Fría está presente en alguna ocasión. Pero tampoco nos llevemos a engaño, esto era algo previsible, lo que quizá no entraba en los planes era ver como los autores no se fagocitaban entre ellos, de manera que se encuentre un equilibrio adecuado entre guión y dibujo, muy poco habitual para la época; y esto, en mi opinión, el algo muy a tener en cuenta a la hora de valorar esta serie, que posiblemente si tenga merecido ese apelativo de “asombrosa”. ![]() Esta segunda fase de la cabecera tampoco tuvo la acogida esperada. Ninguno de los intentos de los autores por tratar temas de corte social o mensajes subliminales que nos llevaban a reflexiones sobre la condición humana dieron sus frutos, lo que provocó que tras catorce números los editores estuviesen planteándose la posibilidad de su cancelación, algo que sucedió irremediablemente en Amazing Fantasy #15, un número que se convertiría en objeto de culto y que, curiosamente, mantenía el título eliminando la palabra “adult” de la cabecera a petición de los propios lectores. Esto es debido a la inclusión de una historia principal protagonizada por Spiderman, un nuevo superhéroe con poderes arácnidos que cautivó al público desde el primer momento, provocando que se disparasen las cifras de ventas. Qué duda cabe que había nacido un mito, algo de lo que posiblemente ni los propios autores fueron conscientes, y que poco después se convertiría en el buque insignia de la editorial. Aunque la colección tuvo un final precipitado, podríamos decir que su marcha de los kioscos fue por la puerta grande, dando paso a una de las cabeceras más emblemáticas de Marvel Comics, The Amazing Spider-Man, con la cual compartió incluso su adjetivo calificativo en el título, algo que posiblemente no fuera un hecho casual. ![]() Los monstruos son una pieza clave para comprender la primera etapa de Amazing Adventures. Criaturas gigantescas cuyo tamaño parecía ser un elemento que esquivaba bien el Comics Code Authority, no sabemos si por ser un reflejo de aquellas películas en blanco y negro a las que el público de todas las edades podía acceder fácilmente, o si es que esas grandes proporciones facilitaban que cualquier atributo que se considerase malsano para los jóvenes sería fácilmente detectado. Sea cual sea la razón, personajes con nombres tan rimbombantes como Torr, Tim Boo Ba, Monsteroso y Sserpo campan a sus anchas en estas páginas, siendo homenajeados en cierta forma en la Isla Monstruo, un enclave dentro del Universo Marvel que servirá prácticamente para tener una puerta que nos permite viajar al pasado de la editorial de vez en cuando. Lo mismo sucede con la infinidad de razas extraterrestres que deambulan por estos relatos, que con la perspectiva que nos ofrece el tiempo es complicado no ver el germen de creaciones posteriores como los skrull o los Fantasmas del Espacio, como ejemplos más evidentes. Porque si bien es cierto que hay una alta dosis de entretenimiento, a lo largo de esta serie podemos ver como se reciclan los conceptos en muchas ocasiones, pese a cambiar algunas pinceladas de la trama. Llaman la atención dos relatos que se desarrollan en un museo de cera, ambos dibujados por Ditko, en los que en un primer momento tienes la sensación de que es una historia repetida, teniendo que volver atrás las páginas para ver que realmente no es así. También es cierto que es algo puntual y que a pesar de tener una serie de temas más o menos recurrentes, Stan consigue mantener el tipo bastante bien a lo largo de la colección. ![]() Como podemos apreciar, Amazing Adventures tuvo su relevancia dentro del escenario de ficción que se acabaría denominando Universo Marvel, cuyo pistoletazo de salida sería Fantastic Four #1; y aunque hubo una época de transición entre los superhéroes y la fantasía, este podríamos considerarlo como el título que decía adiós a los monstruos y el terror, dando la bienvenida a las mallas y los superhéroes, una vez más, siguiendo la tendencia del mercado y las preferencias de los lectores. En líneas generales, debo seguir subrayando su marcada consideración como serie hija de su tiempo, pero también me parecen destacables las virtudes de los guiones o el magnífico dibujo de dos de los grandes del cómic americano. La edición también es bastante buena, salvo por el precio, pero a estas alturas creo que ya es más una cuestión personal que otra cosa. Cada uno debe valorar si realmente merece la pena desembolsar el precio marcado por la editorial según su contenido. Las portadas siguen siendo horribles, para eso no creo que haya ningún tipo de solución. Al menos la encuadernación parece ser cada vez más sólida, lo que unido a una cantidad de páginas razonable convierte el tomo en un producto manejable, de poco peso, y que te permite disfrutar de la lectura sin sentir que te obligan a practicar la halterofilia. Lo más importante es que la encuadernación, uno de los aspectos más negativos de los primeros tomos de esta línea, parece un problema del pasado, sobre todo teniendo en cuenta los precios entre los que suelen oscilar estos volúmenes. Aunque mi experiencia ha sido muy positiva, ahora dejo en vuestras manos la decisión de acercarse a una obra que puede resultar una sorpresa para muchos, ya que a pesar del tiempo transcurrido, si llegamos a conectar con el trabajo de los autores, descubriremos que aún tiene la capacidad de asombrar. |
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