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por Óscar Rosa Jiménez ![]() Nuestro protagonista de hoy debutó en 1985, creado por la escritora Ann Nocenti y el dibujante Arthur Adams. Dos artistas que habían surgido prácticamente de la nada, pero que gracias a este trabajo conjunto acapararon las miradas tanto del fandom como de la propia editorial. Nocenti era una joven con muchas aspiraciones que había respondido a una oferta de trabajo de un periódico para trabajar en Marvel, a pesar de que era alguien totalmente ajena a los cómics. Aun así, se presentó en las oficinas de la editorial, situadas en Madison Avenue, consiguiendo ser aceptada mientras recortables gigantes del Capitán América y Spiderman la recibían con cierto desdén, describiendo el Bullpen como una redacción donde campaban a sus anchas tanto la locura como la creatividad. Sus primeros trabajos estarían centrados en el campo editorial, principalmente como asistente, aunque conseguiría foguearse como guionista en la serie protagonizada por Jessica Drew. Más tarde daría el salto a la cabecera del Hombre sin Miedo, donde escribiría uno de sus trabajos más importantes dentro de la editorial, el cual le granjeó admiradores y detractores por igual, debido a su particular forma de plasmar sus inclinaciones políticas en sus guiones. Sin embargo, su obra más personal se encuentra en la serie limitada de 6 números en la que no solo presentaba a un nuevo personaje, Longshot, sino que daba vida a un nuevo mundo de otra dimensión, en el que subyace una crítica paródica a nuestro propio mundo esclavizado por la televisión. Nocenti afirma que la viabilidad del proyecto estuvo marcada por el apoyo de Louise Simonson, una importante editora de Marvel, que también estuvo íntimamente ligada a la franquicia mutante durante aquella época. La escritora realizó un extenso bosquejo de su idea que envió a Arthur Adams, después de ver algunos de sus trabajos. A lo largo de mil páginas, a las que se acabarían refiriendo como “La Biblia de Longshot”, la autora detallaba quien era Longshot y el mundo del que provenía, de manera que el dibujante tuvo una buena base para diseñar a una serie de personajes que acabarían formando parte de la miniserie y, más adelante, algunos de ellos llegarían a recalar en el cosmos mutante, recuperados por Chris Claremont durante su extensa etapa al frente de la Patrulla-X, a pesar de que en ningún momento de la obra ninguna de estas nuevas creaciones tenga una relación aparente con el Gen X. ![]() Longshot sienta sus bases en lo que podríamos llamar un viaje iniciático, un recurso recurrente en la obra de Nocenti, a la que gustaba utilizar este tipo de elementos en sus guiones. Partiendo de un protagonista desmemoriado y perdido en un mundo que no es el suyo, se embarca en la búsqueda de su pasado, no solo para conocer su origen y desvelarlo al lector, sino también representando ese constante viaje hacia el conocimiento de sí mismo. De ese modo, se retrata un mundo de fantasía que bebe de la ciencia ficción, pero que hunde sus raíces en la crítica social, esclavizada por el entretenimiento lúdico, aunque para ello pierdan la importante capacidad para razonar. Quizá un alarmista y duro ataque hacia la televisión basura y el reality show, pero que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue vigente en la actualidad y no ha perdido ni un ápice de frescura y sentido; solo hay que encender la “caja tonta” y poner ciertos canales para ver que los peores temores de la autora se han hecho realidad. Curiosamente, Nocenti solo sienta las bases del concepto, que mucho más tarde sería ampliamente desarrollado por otros autores, al igual que ocurriría con las creaciones de nuevo cuño como Mojo o Rita Carambola. El protagonista, Longshot, un estereotipo de la belleza según los estándares de la época, se presenta como el paradigma de la bondad personificada. La misma autora reconoce que quizá hoy en día su estado de amnesia haya perdido cierta frescura, pero en su momento era una idea novedosa con mucha fuerza. Además, es la herramienta perfecta para crear una aura de misterio a su alrededor, algo que ya había funcionado en otros personajes de la editorial como el Hombre-X Lobezno, con el que a medida que avanza la miniserie podríamos establecer ciertos paralelismos, aunque también haya otros aspectos diferenciadores, por supuesto. Imbuido de una generosidad desmedida y una inusitada inclinación por ayudar a los demás, Longshot intenta auxiliar a todo aquel que lo necesita mientras huye de unos seres demoníacos que lo quieren devolver al mundo del que ha escapado. ![]() Nocenti deja paso a la ironía con la incorporación de Rita Carambola, cuyo apellido nos deja entrever que nada en esta obra está puesto al azar, a pesar de que la fortuna ronde al protagonista en cada uno de sus pasos, gracias a sus poderes. Tampoco se pierde la ocasión de explotar la inocencia del protagonista en una historia que rezuma crítica social hacia las corporaciones, encarnadas en un mal amparado en el poder de la economía que asfixia a la clase media hasta situarla al borde del suicidio. Una muestra más de los pensamientos izquierdistas de la autora, reflejado en una compleja alegoría que introduce elementos ficticios y reales como la vida misma. Una extraña fusión que dirige la historia hacia derroteros complejos y densos, dando un pequeño giro en el concepto inicial. O al menos eso es lo que el lector puede sentir a medida que avanza la lectura. Pero, no obstante, poco a poco veremos que no es así, ya que la autora tenía claramente una hoja de ruta prefijada, que cobra mayor sentido al llegar al desenlace, que no deja de ser lo que podríamos denominar el principio del fin. Aunque Nocenti asegura que su principal idea era crear nuevos personajes para no tener que sentirse lastrada por la trayectoria de grandes iconos que aún no conocía a fondo, de manera que pudiese explotar el potencial que ofrecía una tabula rasa como Longshot y el resto de sus creaciones, la historia sucede en el Universo Marvel que todos conocemos, por lo que algunas situaciones tendrán eco en las noticias, llamando la atención de ciertos héroes. De ese modo entran en escena personajes como Spiderman o Hulka, que durante aquella época militaba en los 4 Fantásticos. La presencia de ambos es meramente anecdótica y sirve para incluir a dos invitados de excepción. Sin embargo, a medida que avanza la trama, Nocenti nos introduce en un mundo que combina la ciencia ficción y la tecnología futurista con la magia y lo sobrenatural, lo cual da pie a la entrada del Doctor Extraño, una de las piezas fundamentales dentro de esta faceta del universo de ficción de la Casa de las Ideas. ![]() Panini Comics ha recuperado esta miniserie dentro de la línea Marvel Gold dedicada a los tomos en tapa blanda, o semirígida, según se mire, con solapas, plagado de extras. Entre ellos se encuentra un extracto de la mencionada “Biblia de Longshot”, ilustraciones de Arthur Adams, incluyendo el diseño de los personajes, así como una cantidad ingente de bocetos a lápiz y diseños de páginas que, sinceramente, me parece algo excesivo. Quizá no llega a los extremos de Miracleman, pero también diría que sobrepasa los límites de lo necesario. Si bien es cierto que la edición anterior en la colección Obras Maestras de Forum era algo escuálida, por lo menos ofrecía lo verdaderamente importante a un precio que, viendo como están las cosas actualmente, se podría decir que no era tan caro. Desgraciadamente es una edición algo otoñal, quizá su único gran defecto. Sea como sea, volvemos a tener presente en el mercado una obra de gran importancia dentro de la trayectoria de dos autores, además de ser el punto de arranque de un personaje que posteriormente se integraría en las filas de la Patrulla-X, continuando así su historia bajo el ala del Patriarca Mutante. Y es que podríamos decir que Longshot fue un tipo con suerte tanto dentro como fuera de las viñetas, demostrando que a pesar de sus muchas habilidades ese es, sin duda alguna, su gran poder. |
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