Durante las más de cinco décadas que existe el Universo Marvel como tal, sus colecciones han estado protagonizadas por bienhechores, existiendo honrosas excepciones protagonizadas por personajes totalmente opuestos. El primero de ellos en atreverse fue el maligno monarca de Latveria

EL MAL COMO PROTAGONISTA
por Victor Dolz


En 1970, y ante la demanda por parte de los lectores de más y más nuevas series, en las oficinas de Marvel se decidió recuperar un formato en el que habían publicado las aventuras y desventuras de muchos de sus personajes hasta 1968. Hablamos de los títulos-tándem, publicaciones que compartían dos personajes bajo una misma cabecera, protagonizando cada uno de ellos la mitad de cada número. Un buen ejemplo es Tales of Suspense, que durante mucho tiempo presentó un relato dedicado a Iron Man y otro al Capitán América.

Con todos los personajes consolidados de la editorial protagonizando sus propios títulos individuales, esta nueva apuesta editorial se centraría en dar una oportunidad a otros que hasta el momento habían sido secundarios de lujo. Así, Amazing Adventures salió a la venta presentando una aventura de la Viuda Negra, la ex-espía soviética convertida en heroína, y los misteriosos Inhumanos afincados en Attilan. Por su parte, Astonishing Tales incluía un relato de Ka-Zar, el señor de la Tierra Salvaje, y otro del… ¿Doctor Muerte?

Creado ocho años antes y habiéndose enfrentado en repetidas ocasiones a la práctica totalidad de héroes de la editorial, el monarca de Latveria era por derecho propio "El villano" de Marvel y un candidato ideal para mostrarnos aventuras vistas desde el otro extremo de la moralidad. No en vano ya había protagonizado la historia principal de Marvel Super-Heroes #20, un relato realizado por Thomas, Lieber y Colletta en el que se enfrentaba al alquimista Diablo y conocíamos por primera vez al que fue su amor de juventud, Valeria.

La trayectoria del personaje en Astonishing Tales (recopilada de manera íntegra por la editorial Forum en Selecciones Marvel #16) se inicia con una historia en tres partes, de las cuales las dos primeras están guionizadas por Roy Thomas. En ella podemos presenciar una lucha por el poder de la nación de Latveria que enfrenta a Muerte con el legítimo heredero del trono que usurpara tiempo atrás, Rudolfo. Sin duda nos encontramos ante una historia diferente a casi todo lo visto hasta ahora en Marvel, puesto que el "malo" es el protagonista, y los "buenos" (que quizá tampoco lo son tanto) están condenados a perder. Como aliciente y mediante un flashback descubrimos el modo en que Muerte se convirtió en rey.

De forma paralela, se desarrolla otra trama en la que el Doctor Muerte crea un poderoso androide, apodado el Hombre de Muerte, que finalmente escapa incluso a su control. Ambos hilos argumentales se entrecruzan en una historia que se complica por momentos y que acaba incluyendo a un extraterrestre llamado el Sin Rostro. Por desgracia la conclusión no está del todo a la altura de las expectativas y ofrece algunas lagunas, debido en gran parte a que en el tercer número Thomas pasa el testigo a Lieber y este debe cerrar la historia como puede.

Pero el punto fuerte de este primer arco es sin duda la parte artística, a cargo de Wally Wood tanto en el dibujo como en el entintado. El trabajo más conocido de este mítico autor para Marvel es sin duda su breve etapa en Daredevil, durante la cual logró consolidar al personaje y crear su imagen definitiva. Aquí puede que no hiciera historia, pero nos ofreció un trabajo sólido, en apariencia simplista y, sin embargo, lleno de detalles, además de un dominio de la perspectiva y un movimiento de la figura y la composición verdaderamente delicioso.

El segundo arco de dos números, nos presenta un choque de titanes que tenía que ocurrir más tarde o más temprano: El Doctor Muerte contra Craneo Rojo. La eterna némesis del Capitán América se reúne con los Exiliados, creados por Stan Lee y Jack Kirby durante su estancia en la colección del abanderado, que toman por la fuerza Latveria, mientras Muerte se halla lejos del país y los ciudadanos arreglan la destrucción causada en la historia anterior. Por desgracia, estamos nuevamente ante un relato que acaba de manera precipitada, y lo que podría haber sido un enfrentamiento espectacular para el recuerdo queda reducido a algo mucho menos memorable. La sustitución a mitad de Wally Wood por George Tuska tampoco ayuda demasiado.

Para la tercera historia, transcurrida en los números 6 y 7, por fin tenemos un enfrentamiento entre Muerte y un héroe. Se trata de Pantera Negra, que apenas un par de meses antes había abandonado Los Vengadores y era en ese momento un personaje "huérfano". De nuevo, tenemos un relato de conquista, pero en este caso al revés, ya que es Muerte quién se hace con el control de Wakanda, para apoderarse del poderoso Vibranium que existe en ella. Estamos ante un enfrentamiento muy interesante entre dos hombres de honor con bastante mejor resultado que el anterior, pero al serial le sigue faltando algo de chispa que no parece lograr encontrar. Además, nuevamente hay un cambio de equipo creativo a mitad de historia, y son un jovencísimo Gerry Conway y un veterano Gene Colan quienes la concluyen.

Y son estos dos autores los encargados de dar punto y final a las desventuras del personaje en Astonishing Tales, con un relato que hace valer la consigna de "dejar lo mejor para el final".

El serial se cierra con un relato autoconclusivo en el que Conway introduce uno de los elementos definitorios de la figura de Muerte: La lucha con el mismísimo Satán por liberar el alma de su madre, llevada a cabo por el villano cada solsticio de verano. En esta historia tenemos al Muerte más humano que jamás hayamos visto, luchando por lo que más quiere y fracasando estrepitosamente, engañándose a sí mismo sin mostrar un ápice de debilidad, mientras por dentro su corazón se halla roto en mil pedazos. Un relato intimista y oscuro que no podía pedir mejor ilustrador que Gene Colan, con su dominio de las sombras, entintando de manera magistral por Tom Palmer. Un auténtico broche de oro para una serie bastante irregular.

Para la siguiente entrega, el número 9, el nombre de Muerte ya no aparecía en portada y el título había sido fagocitado por completo por Ka-Zar. Quedaba en el tintero una historia anunciada al final del número anterior y que jamás vio la luz. No sería hasta unos años después que Muerte volvería a protagonizar una colección, Super-Villain Team-Up, compartida con el Hombre Submarino, eso sí.


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