Como buen maniático del orden, no se me ocurre una mejor forma de empezar esta sección que por el principio. Así que nuestro punto de partida será… por Óscar Rosa Jimenez A partir de ese momento, el editor Martin Goodman sondeaba los intereses del público, de forma que las publicaciones de la editorial oscilaban entre el western, el romance, las historias de monstruos, la ciencia ficción o la temática paranormal según las exigencias del mercado. Esta fluctuante situación llevaría a un estado de desesperación a Stan Lee, que estaría a punto de abandonar el mundo de la historieta. Afortunadamente, el destino tenía otros planes… En un día de mayo o abril de 1961, Martin Goodman practicaba su deporte favorito, el golf, en su club habitual, cuando el destino hizo que se cruzara con Jack Liebowitz, editor de Nacional Perodical (actual DC). En dicho encuentro, seguramente de manera fortuita, le comentó que los dos primeros números de la Justice League of America habían sido un rotundo éxito. Dicha información, no sabemos si fue motivo de un alarde o un simple comentario inocente, dejó dubitativo a Goodman, que observó que la competencia tenía más títulos orientados al género superheroico como The Flash y Green Lantern. A partir de ahí actuó en consecuencia. El siguiente paso sería el habitual, llamar a Stan Lee, el hombre para todo, con la intención de crear una línea de productos similar, puesto que parecía haber un público predispuesto a interesarse por este género. Como hemos dicho anteriormente, Stan Lee estaba un poco harto de esta situación, tan repetitiva como mecánica, donde no había lugar para sus aspiraciones creativas. De hecho estuvo a punto de no aceptar el encargo y centrarse en otro tipo de actividades relacionada con el periodismo y la realización de textos diversos. No obstante, entraría en escena Joan Lee, la mujer del dubitativo Stan. Mi fértil imaginación recrea la escena como una típica charla de alcoba habitual en cualquier matrimonio, donde esta inteligente mujer le daba un sabio consejo a su marido, el cual supondría toda una revolución en el comic americano. Un consejo que implicaría poner en práctica las ideas del autor, de forma que si eran un absoluto fracaso solo habría retrasado un poco su marcha. Bajo esta premisa, Stan escribiría el guión de Fantastic Four vol.1 #1 y el resto podríamos decir que es historia. Aproximadamente en noviembre de 1961 el mundo conocería por primera vez a los Cuatro Fantásticos, el primer supergrupo de lo que posteriormente conoceríamos como el Universo Marvel y que se acabaría denominando la Primera Familia. El encargado de dar forma física a los personajes sería Jack Kirby. Para hablar de las genialidades de este autor necesitaríamos dedicarle posiblemente todo un monográfico. Pero me conformo con decir que la mayor implicación de este autor en la serie propiciaría un aumento exponencial de calidad en la misma. La prueba palpable de ello es que sus diseños perduran a lo largo de los años con mínimas modificaciones y que su obra, a día de hoy, mantiene cierta frescura y originalidad. Mucho se ha hablado de quién aportaba más o menos en este Universo Marvel naciente, pero bajo mi opinión la magia nace de una simbiosis creativa de ambos. Aunque habría una larga lista de autores que aportarían mucho a este universo de ficción, a mí me gusta denominar a este "dúo dinámico" como los verdaderos padres del Universo Marvel, porque ninguna criatura nace sin la unión de dos partes. Pero seguramente os estaréis preguntando: ¿Qué tenía de especial este grupo? Al fin y al cabo no son más que un grupo más de superhéroes. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, porque la base de la idea de Stan no era otra que presentar a unos héroes llenos de humanidad. Quizá la frase que mejor lo defina sea: superhéroes con superproblemas. Otra clave importante es la condición de familia, algo que con el tiempo se acabaría desarrollando hasta unos límites inesperados, aunque desgraciadamente llegó un momento en que se frenó en seco. No obstante, teníamos un grupo cuyos lazos de unión iban mucho más allá de la amistad. Un grupo cuyas personalidades estaban totalmente definidas y cuyos diálogos les dotaban de una forma de expresarse que acabaría por ser el sello individual de cada uno. Aunque también hay que dejar claro que, a pesar del enfoque novedoso de los personajes, la serie tiene una pequeña reminiscencia de épocas pasadas, donde proliferaban las historias de monstruos. La portada es el ejemplo más claro de lo que digo. Otro detalle destacable sería que cada miembro del grupo basa sus poderes en los 4 elementos: fuego (Antorcha Humana), tierra (Cosa), aire (Chica Invisible) y agua (Mr. Fantástico). También podríamos hablar de un tema candente en aquella época, la salida del hombre al espacio, que combinado con el omnipresente tema de la radiación serían los elementos empleados para originar dichos poderes. Es muy habitual hablar sobre la ingenuidad de estos inicios, pero si somos capaces de retrotraernos a aquellos años, podremos ver que muchos de los temas eran de una actualidad indiscutible, algo que refleja muy bien la sociedad en la que nacieron estos tebeos. Quizá el abuso de la radiación, en sus diferentes modalidades, no deja ver que a pesar de la sencillez de los guiones hay un interesante transfondo social que queda desvirtuado por las inconsistencias del guión o por la ingenuidad de las tramas, además de la esquematización de los números. Pero a pesar de todo, el valor histórico es innegable. Otra cosa muy distinta es que esos tebeos del ayer no se adapten al hoy, pero sinceramente creo que el paso del tiempo no les ha tratado mal y son muy pocas las obras a las que los estragos del tiempo no les hagan mella. La fructífera etapa de Lee/Kirby en la serie constaría de 102 números y 6 anuales, de manera ininterrumpida. A mí me cuesta mucho decir cuándo la serie despegó hasta llegar a las cotas de calidad más altas, creo que es una etapa muy disfrutable desde sus inicios, de forma que se puede apreciar cómo evoluciona de menos a más. Pero sí es cierto que si nos circunscribimos a los 10 primeros números tendremos historias flojas, donde se plantean conceptos de lo más interesantes. De hecho, a partir del octavo número, la serie pasa de ser bimestral, a mensual. Todo ello en poco más de un año en los kioscos, así que algo tendrían esos cómics para cosechar dicho éxito. Haciendo un poco de memoria, tendríamos el debut del Hombre Topo; el regreso de Namor; la creación de la raza extraterrestre skrull; la creación de la Némesis de Reed Richards, el Dr. Muerte; la primera aparición del Amo de Marionetas, que conllevaría la inclusión de Alicia Masters como secundaria habitual de la serie. Obviamente la cosa no se quedaría aquí, ya que en los siguientes números tendríamos invitados especiales como Hulk, donde nacería la eterna rivalidad por la fuerza entre el monstruo gamma y el sobrino preferido de la tía Petunia. Además del Hombre Hormiga y el descubrimiento del Microverso. Debo deciros que solo hemos escarbado en una mínima superficie de la explosión creativa que supuso esta serie, prácticamente lo mejor estaba por llegar. No solo a nivel de incorporaciones de personajes y conceptos, sino a nivel de desarrollo de personajes y conceptos anteriores. Poco a poco se fue cimentando una colección sobre la cual se desarrollaría todo un universo de ficción maravilloso y que merece la pena descubrir. Si por una casualidad no lo has hecho ya, te animo a hacerlo, sin duda no te arrepentirás. |
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