118. TALES OF SUSPENSE 50 (febrero 1964)
por Victor Dolz



EQUIPO CREATIVO (1ª Historia):
Guión: Stan Lee.
Dibujo: Don Heck.
Entintado: Don Heck.

EQUIPO CREATIVO (2ª Historia):
Guión: Stan Lee - Larry Lieber.
Dibujo: Larry Lieber.
Entintado: Sol Brodsky.

SINOPSIS (1ª Historia):
En el interior de su castillo, el Mandarín es informado por un sirviente de la visita de unos altos oficiales militares del ejército chino que desean entrevistarse con él. Una vez ante ellos, estos le reclaman que comparta con ellos su conocimiento atómico. Indignado y proclamando que el Mandarín no colabora con nadie, hace huir a los hombres del castillo. Mientras tanto, en Washington, Iron Man recibe una petición del gobierno para viajar hasta China y averiguar todo lo que pueda sobre el Mandarín. El vengador dorado acepta y regresa a su fábrica, donde vuelve a adoptar su identidad de Tony Stark a tiempo de encontrarse con un trabajador que le recuerda que esa misma noche es la cena de empleados. Tony le explica que no podrá asistir y se disculpa por ello, enviando a Happy como emisario en su lugar. El trabajador, contrariado, comienza a criticar a Stark, provocando que Happy le propine un puñetazo, pero Tony le detiene pidiéndole que no monte numeritos. Más tarde, Iron Man viaja a bordo de un avión hasta China, y una vez cerca del castillo del Mandarín salta, engañando al ejército chino haciéndoles creer que es un espía cuyo paracaídas no se abre. Una vez a las puertas del castillo, Iron Man es asaltado por los guardias del mismo, pero logra zafarse de ellos fácilmente. A continuación, y observando que sus reservas de energía se agotan paulatinamente debido a una avería, entra en el castillo. Observando la intrusión en sus pantallas, el Mandarín pone a prueba el poder de Iron Man y le captura usando un par de trampas, las cuales el vengador dorado logra superar sin problemas. Finalmente, ambos contrincantes se encuentran cara a cara y comienzan a pelear, con el Mandarín cobrando una ligera ventaja gracias al rayo paralizador de uno de sus anillos. Mientras tiene lugar la batalla, Pepper Potts decide que no va a ir sola a la cena de empleados y llama a Happy Hogan para que sea su acompañante, lo cual él acepta encantado. De vuelta en el castillo, y una vez superados los efectos del rayo paralizador, Iron Man se enzarza de nuevo con el Mandarín, que pone en jaque al héroe con sus propias manos empleando el kárate. Viéndose superado y con sus energías disminuyendo, Iron Man hace uso de su calculadora incorporada y logra adoptar una posición específica para que el golpe más peligroso del Mandarín se produzca en un ángulo malo. Su estratagema funciona y el villano cae inconsciente debido al dolor. Con su energía baja y el avión de recogida a punto de pasar, Iron Man abandona el castillo y regresa a Estados Unidos a tiempo de asistir a la cena de empleados, para desesperación de una Pepper ya emparejada con Happy en la misma. Mientras tanto, en China, el Mandarín ya recuperado planea sus próximos movimientos.

SINOPSIS (2ª Historia):
En la Tierra del siglo XXI, Wilbur es un joven muchacho poco agraciado y apocado al que nadie toma en serio ni respeta, siendo objeto de continuas burlas. Un día, científicos terrestres detectan una misteriosa nube cósmica emisora de radiación en las proximidades del planeta. Rápidamente, se prepara una misión tripulada y se piden voluntarios para llevarla a cabo, pero nadie se atreve por miedo. Wilbur, que no tiene nada que perder, se presta a realizarla. Al día siguiente, Wilbur parte en la nave y se adentra en la nube, cuya radiación provoca cambios en su cuerpo, transformándole en un hombre alto, fuerte y hermoso. Tras recuperar el control de la nave, aterriza en un planeta cercano, dónde es recibido por sus habitantes, que le explican que la nube era un regalo para aquellos terrestres con el valor suficiente para introducirse en ella.

EDICIONES ESPAÑOLAS (1ª Historia):
  • Biblioteca Marvel: Iron Man #2.

    EDICIONES ESPAÑOLAS (2ª Historia):
  • Inédito.

    DATOS IMPORTANTES (1ª Historia):
  • En este número tiene lugar el debut del Mandarín, cuyo nombre real no es revelado.
  • Primera aparición del castillo del Mandarín, ubicado en el Valle de los Espíritus, así como de sus diez anillos, cada uno con una habilidad única.

    DATOS IMPORTANTES (2ª Historia):
  • Ninguno.

    RESEÑA (1ª Historia):
    ¡Por fin llegamos a Tales of Suspense #50!

    Obviamente, la exclamación no es porque este título alcance las cincuenta entregas, al fin y al cabo aquí apenas hemos cubierto una docena. Tampoco es porque nuestro querido Cabeza de Lata cumpla precisamente un año de historias. Ni siquiera por el regreso de uno de los progenitores, Don Heck. Nada de eso.

    Este número es de importancia capital porque en él tenemos el debut del que está llamado a ser el archienemigo del héroe. El Dr. Muerte o Loki ya llevan un tiempo con nosotros en este proyecto, y la tramposa perspectiva del tiempo nos permite saber que los Magneto y Octopus que ya hemos visto debutar también serán de gran importancia en el futuro de sus rivales. Y ahora por fin es el turno de Iron Man para encontrar la horma de su zapato.


    Es cierto que el concepto del personaje no tiene nada de novedoso. Se trata de una más de las innumerables copias creadas a partir del molde de Fu Manchú, genio criminal ideado por Sax Rohmer a principios del siglo XX y que la propia Marvel sumará a las filas de su universo unos años más adelante al adquirir sus derechos.

    De hecho, ni siquiera se trata del primer acercamiento de la editorial a ese arquetipo encarnado por Fu Manchú. Ya en 1956, bajo el sello de Atlas Comics y con artistas de la talla de Jack Kirby, Garra Amarilla debutó en su propia y corta serie, acompañado por cierto espía llamado Jimmy Woo. En el momento que nos ocupa, principios de 1964, Garra Amarilla era un concepto olvidado, pero bien puede tratarse de una parte importante de la inspiración tras el Mandarín. Más adelante podremos ver cómo este personaje es recuperado y modernizado, pero la presencia de Fu Manchú o el propio Mandarín (a quien llegará a medirse) le relegarán a un discreto segundo plano.


    Pero, como siempre digo, no adelantemos acontecimientos.

    El número se abre con la entrada en escena del Mandarín, que rápidamente vemos que cuenta con todos los ingredientes que no pueden faltar en un megalomaníaco oriental: una base imponente en un castillo, siervos que obedecen todas sus órdenes mientras le hacen reverencias llenos de miedo, una mezcla de misticismo y tecnología en sus métodos...

    Sin embargo, hay dos aspectos concretos en los que me gustaría fijarme.

    El primero de ellos es la vestimenta. No sé cómo se recibiría en su momento entre los lectores de la época, pero a día de hoy el diseño de Heck es anticuado y horrible. Esa máscara rosa y especialmente esa M gigante que luce en su túnica (¿?) no son dignos de un villano de este calibre. Y precisamente esto se convertirá en uno de los estigmas del personaje en su trayectoria: cambiará una y otra vez de aspecto siendo muy pocas las ocasiones en que se logre dar con la tecla.

    El otro aspecto es uno que considero un acierto de esta historia. El Mandarín es una amenaza global, no un villano comunista de esos que ya hemos visto tantos. Y queda claro desde el principio, ya que unos altos oficiales del gobierno rojo tratan de aliarse con él y su respuesta es mandarles bien lejos de su castillo. Para mí, todo un soplo de aire fresco.


    Pero por si alguien se había olvidado, esta serie no está protagonizada por el Mandarín, así que hay que echar un vistazo a los Estados Unidos, donde Iron Man recibe una importante petición del gobierno: viajar hasta China para obtener información del misterioso villano.

    No es la primera vez que vemos a los superhéroes de Marvel ponerse al servicio del gobierno o las agencias de seguridad. Thor, la Patrulla-X o el propio Iron Man lo han hecho, pero siempre resulta un poco chocante. Supondremos que cualquier otro intento de espiar al Mandarín ha fracasado y se debe recurrir a medidas desesperadas. Claro que este comportamiento de "Disparar y después preguntar" para con el Mandarín podría ser visto como una crítica de Stan a la política de intervención de su país... pero me da que no va a ser el caso, es simplemente un recurso argumental rápido y facilón.

    Antes de que comience la acción, tenemos una pequeña escena en Industrias Stark. Tony debe cancelar su asistencia a la cena de empleados y esto provoca que uno de sus trabajadores se enfade mucho, considerándole un insensible pez gordo más preocupado por el dinero y las mujeres. El bueno de Happy Hogan no se toma esto muy bien y su pasado pugilístico aflora, llegando a soltarle un señor puñetazo al empleado para descontento de Tony.

    Toda esta escena es observada por Pepper, la cual a partir de este número ve su look cambiado por uno mucho más glamuroso con la intención de parecerse más a esas chicas por las que se pirra Stark. Desconozco el motivo editorial detrás de este cambio, y más en manos de Heck, pero debo decir que prefiero por mucho a la pizpireta secretaria con pecas de los anteriores números.


    El reloj avanza unas horas y nos encontramos con un Iron Man que, ni corto ni perezoso, se adentra en el inhóspito Valle de los Espíritus lanzándose desde un avión. Todo ello es observado por unos cuantos soldados comunistas a los que Heck dibuja con dos líneas horizontales por ojos. Los pobres se regodean muy pagados de sí mismos al ver como el intruso desaparece de su vista sin abrir paracaídas alguno, pero no cuentan con la astucia de Stark, que lo que hace es engañarles frenando su caída en el último momento.

    Una vez en tierra, Iron Man es asaltado a puertas del castillo del Mandarín por los guardias de éste. Como podemos observar, nada que suponga un problema para nuestro héroe... el auténtico problema viene al observar sus reservas de energía, que por azares del destino sufren una avería y comienzan a reducirse paulatinamente. Hay que crear tensión como sea.


    El Mandarín, que no es tonto, detecta rápidamente la intrusión y pone a prueba el poder de Iron Man con una trampa de paredes móviles y un rayo de magnetismo. En lo que respecta a este último estamos ante una posible errata, ya que en números anteriores Iron Man presumía de qué a su armadura no le podía afectar algo así. Voy a intentar ganarme un No-Premio proponiendo dos posibles soluciones: A) No ha tenido tiempo de inmunizar la nueva versión de su armadura ó B) Lo que él supone que es un rayo de magnetismo, no es tal.

    Finalmente, se produce el momento más esperado y dos personajes llamados a ser archienemigos se ven las caras por primera vez.


    Las siguientes páginas nos ofrecen un combate de poder a poder sin concesiones. El Mandarín se muestra como un rival admirable y logra contrarrestar todos los trucos de Stark. Destaco especialmente la cuarta viñeta de la página ocho, con esas curiosas notas musicales distorsionadas que dibuja Heck para representar las ondas de alta frecuencia.

    Pero hay algo que seguro que más de uno está echando de menos a estas alturas, ¿me equivoco? Los diez anillos que el Mandarín porta en sus dedos son una de sus señas de identidad y su arma más mortífera, pero en esta historia apenas hace uso de ellos. Tan solo llegamos a conocer dos: uno que también emite ondas de alta frecuencia y otro que dispara un rayo paralizador.


    Es ese último el que el Mandarín emplea para "atrapar" a su adversario, tras lo cual Lee y Heck nos ofrecen un breve interludio con el reparto secundario: Pepper hace de tripas corazón y pide a Happy que le acompañe a la cena de empleados. Buena noticia para nuestro "feliz" compañero, que como siempre hace gala de su euforia en su rostro.


    De regreso al castillo, el Mandarín se pavonea ante un recuperado Iron Man de su última y más importante baza para derrotar al vengador: el kárate, del cual manifiesta ser el mayor maestro del mundo. Eso es, la mayor amenaza mundial procedente de China es experta en un arte marcial nacido y cultivado en Japón. Es cierto que el boom por las artes marciales en Occidente, propiciado por cierto actor llamado Bruce Lee, estaba lejano todavía en 1964, pero creo que no hace falta ser un erudito sobre el tema para no cometer un error tan garrafal como el de Lee.

    Sea como sea, a las armas del Mandarín hay que añadir un cuerpo que es una máquina de matar en potencia, capaz de partir barras de hierro o anular los golpes de una armadura supertecnológica. Un villano muy completo, en definitiva.


    Pero, ay, estamos en la página doce y el tebeo tiene que acabar de alguna manera. Así las cosas, llegamos a la escena más bochornosa del número, con Iron Man empleando su calculadora incorporada para determinar la posición en que debe colocarse para que el Mandarín golpee en un ángulo malo y sea él quien se haga daño. El villano piensa que Stark está loco y le deja hacer, y lo paga quedando inconsciente de dolor.

    No es lo más dantesco que hemos visto hasta ahora ni por asomo, pero empaña un gran combate.


    Lamentablemente, Iron Man no tiene tiempo de encargarse del Mandarín, debido a sus bajas reservas de energía y a que el avión de recogida no tarda en pasar a por él.

    Así, Tony Stark puede, por fin, personarse en la cena de empleados y disfrutar. Al fin y al cabo, todo ha acabado y ha salvado el día, ¿no? Solamente se ha personado en el castillo de una amenaza en potencia para él y su país y le ha pateado el trasero antes de que hiciera nada.

    ...

    Creo que no es lo último que vamos a ver del Mandarín, no.

    VALORACIÓN (1ª Historia):
    Si nos tomamos este número como lo que es, la presentación del Mandarín, es más que correcto. Las circunstancias algo simples en las que se plantea el conflicto son típicas de esta época, así que tampoco vamos a hacer mucha sangre a estas alturas. Creo que ha quedado claro que, para mí, lo mejor es el propio villano. Aquí nace un enemigo que se muestra implacable, del cual está clarísimo que Lee tiene todavía mucho que contar. Tiene todos los elementos necesarios para convertirse en el "Dr. Muerte" particular de Iron Man, sumando el toque exótico que le dan detalles como los anillos o el kárate, además de no caer en el topicazo de convertirle en la enésima amenaza roja. Aunque aquí, de nuevo, la perspectiva del tiempo hace de las suyas, porque tantísima información sobre un mismo personaje en tan solo trece páginas no debió dar la sensación de que estuviera muy definido. ¿Lo peor? Sin duda, la resolución del combate, muy tonta y precipitada. Y el comportamiento y cambio de aspecto de Pepper, muy superficial el primero e innecesario el segundo. En cuanto al apartado artístico, regresa un correcto Don Heck entintándose a sí mismo, algo que para mí no es todo lo bueno que debería. Siempre he pensado que sus lápices lucen mejor embellecidos por otros profesionales.

    RESEÑA (2ª Historia):
    En la segunda historia del número tenemos, valga la redundancia, el segundo Relato del Vigilante.

    Al igual que pasara con el primero, no tiene mucho misterio. Son simplemente los típicos relatos de ciencia ficción que poblaban series como precisamente Tales of Suspense en la época, pero presentados por Uatu desde la Luna y con un libro gordo como si del mismo Petete se tratara.


    La historia nos sitúa en el por aquel entonces futuro siglo XXI. Nuestro protagonista es Wilbur, un muchacho poco agraciado, apocado y por el que nadie parece mostrar el más mínimo respeto. Un auténtico perdedor que se presenta como voluntario para una arriesgada misión espacial: estudiar una misteriosa radiación procedente de una nube cósmica. El pobre Wilbur decide llevar a cabo la misión porque una vez obtenidos los resultados será imposible para el piloto regresar a la Tierra... y a nadie le importa que eso le pase a él.


    Pero el espacio es una caja de sorpresas. Y una vez dentro de la nube cósmica, Wilbur ve como su cuerpo sufre una transformación. Pero al contrario que con el pobre Ben Grimm, se convierte en un hombre fuerte, atlético y terriblemente apuesto.

    Pronto logra aterrizar en un planeta cercano (¿nadie lo había visto?) y sus gentes le revelan que la nube es obra suya, como regalo a aquellos terrestres valerosos que se atrevieran a introducirse en ella. El relato acaba con una moraleja del Vigilante, que nos recuerda que a pesar de lo que hagamos o lo que pase, nunca estaremos solos en el ancho Universo.

    VALORACIÓN (2ª Historia):
    Esta historia comparte muchos paralelismos con “El Patito Feo” de Andersen, por no decir que estamos ante un remake futurista del mismo. Por tanto, novedad no aporta ninguna, pero estas cinco páginas se leen en un momento y no hacen daño a nadie. La moraleja es un mensaje bonito y de esperanza, pero lo que no me acaba de gustar es que Wilbur tenga que volverse guapo y cachas para que le acepten en el nuevo planeta, habría quedado mejor que le aceptaran por ser como es, valentía incluida.



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