Un héroe puede llamarse tal o cual,
pero Groo es todo un neardenthal.
Su fama corre presta,
desde el llano a la foresta.
Hay algo que es innegable:
él es absolutamente fiable,
si lo que uno necesita es un desastre.
Dadle un jarrón para desempolvar,
y en unos segundos lo va a destrozar.
Y quizá también pueda vuestra casa derribar.
Así que si le dais una oportunidad,
él logrará aniquilar vuestra comunidad.
Y por eso canto yo:
¡No hay nadie en el mundo como…


GROO EL ERRANTE!
por Óscar Rosa Jimenez


De esta forma tan poética, nos presentaba Mark Evanier al personaje creado por Sergio Aragonés, a nuestro bárbaro protagonista de hoy, a través del Trovador en Groo the Wanderer #1. Una creación del hispano-mexicano, afincado en California, en lo que suponía su aterrizaje en Marvel, mediante la línea Epic Comics, donde los autores mantenían los derechos sobre sus creaciones. Uno de los motivos por los que el autor tuvo el proyecto guardado durante muchos años en su cajón personal de las ideas.

La llegada del autor a la novedosa línea editorial de Marvel tenía lugar en el año 1985, sin embargo, venía respaldado por muchos años de experiencia, sobre todo en la revista MAD. Era un autor consagrado, cuyo talento le hizo presentarse en las oficinas de la extinta EC, sin ningún conocimiento de inglés, para presentar una idea novedosa: tiras cómicas mudas que recibirían el nombre de marginadas, ya que se situaban en los márgenes de la revista. Su talento como humorista, junto a la rapidez con la que dibujaba una página (poco más de veinte minutos), le granjearon un fulgurante éxito.

Castellonense de nacimiento, dejó nuestro país siendo apenas un bebé para trasladarse a Francia, debido a la Guerra Civil española. Con seis años, su familia se desplazó a México, donde transcurrió gran parte de su vida. En 1962, se produciría su cambio de residencia definitiva a Estados Unidos para intentar desarrollar su carrera profesional como dibujante, algo sobre lo que mostró aptitudes a una temprana edad.

Groo tuvo su primera aparición en Destroyer Duck #1 (mayo 1982), publicado en la editorial llamada Pacific Comics, en lo que el autor declara como un movimiento solidario de apoyo a Steve Gerber, en su intento por conseguir los derechos sobre Howard el pato, el personaje Marvel. Desde un principio, el autor deja claro que su creación no es otra cosa que una parodia descarada y satírica del personaje creado por Robert E. Howard, Conan.

El proyecto no llegó a cuajar, y la siguiente aparición del personaje sería en una serie publicada en la editorial Eclipse Comics, bajo el título Groo the Wanderer, cuya duración solo fue de ocho números. Todo parece indicar que la proliferación de los superhéroes vetaba el triunfo de temáticas orientadas al humor, algo que el éxito de series como la Liga de la Justicia de J. M. DeMatteis y Keith Giffen consiguieron cambiar por completo. El público comenzaba a aceptar, de buen grado, que un héroe podía tener una bis cómica, o directamente, como el caso de Groo, ser un redomado idiota capaz de hacernos reír viñeta tras viñeta. En esos propicios momentos, Aragonés aprovecha la oportunidad que le brinda Epic/Marvel para desarrollar uno de sus trabajos más personales, consiguiendo publicar una colección que alcanzaría 120 números y dos novelas gráficas. Aunque posteriormente, acabaría trasladándose a Image Comics para finalmente recabar en Dark Horse, la editorial en la que continúan las aventuras del personaje; y la que posee los derechos para reeditar la colección, ya clásica, publicada en Marvel de la que hablaremos hoy aquí. Todo el periplo pre-Marvel fue recuperado en su momento por la Casa de las Ideas en una serie, que acabó recopilada en España, en dos tomos, con el sugerente título de Las Crónicas de Groo.

Pero el lector se estará preguntando quién es Groo, más allá de un sosias de Conan, aunque realmente la pregunta adecuada sería: ¿Qué es un Groo? Porque está claro que alguien que acumule esa cantidad de "cualidades" no es de este mundo, o al menos no pertenece a la raza humana. Por lo tanto, la respuesta sería: Groo es… Groo. Algo adecuado a la mentalidad del personaje, cuya astucia brilla por su ausencia, y que será el eje de todas sus desgracias y fortunas por igual. Su aspecto físico se asemeja al de su homónimo de la Edad Hyboria, más o menos, pese a que su corpulencia será demostrada en mil batallas, su cruento apetito y rechoncha figura se aleja mucho de la robustez del cimmerio. Pero lo que más llama la atención son sus dos katanas, las únicas herramientas que utilizará con destreza, como se podrá observar desde el primer momento. Porque eso es innegable, Groo sabe pelear, y muy bien, sobre todo gracias a un falta de miedo (y cerebro), lo que lo convierte en un adversario capaz de enfrentarse a cientos de soldados sin despeinarse.

La vida de Groo consiste en ser un eterno errante en busca de comida y, sobre todo, de trabajo. De esa forma, llegará a desempeñar diferentes empleos al cual más curioso, pese a que predominarán las colocaciones versadas en la lucha, debido a su habilidad con la espada. En ninguno de sus empleos consigue destacar demasiado… bueno sí que lo consigue, pero es algo que va en consonancia a la fama que va alcanzando a medida que la colección suma un número tras otro. Una fama totalmente merecida. Su estupidez supina generará momentos sumamente divertidos, demostrando que cualquier cosa que se le ocurra está abocada al desastre. Incluso se le conocerá como el cenizo marino, debido a que todo barco que pisa acaba en el fondo del mar. Y si participó en la construcción de pirámides, ya os podéis imaginar… Incluso tuvo la desfachatez de participar en una obra de teatro como actor. Aunque demostró su gran polivalencia ingresando en un monasterio (con voto de silencio incluido). Está claro que la crisis no había llegado aún en aquellos tiempos…

Pero lo que realmente se le da bien es pelear, un valiente guerrero (con menos cerebro que un mosquito), cuyas actuaciones siempre están en el lado equivocado. O al menos lo acaban estando en algún momento concreto de la historia. De esa forma, será el responsable del derrocamiento de diferentes reyes, los cuales tenían la insensatez de emplearlo como mercenario. Y es que la creación de Aragonés, estará abocada a repetir los pasos del personaje que satiriza. Tanto es así, que habrá momentos en los que la vida de Groo sigue los patrones que siguió la vida de Conan de forma descarada, incluso llegará a ser rey (¿O solo poseía un cetro…?). En sus momentos iniciales como mercenario tendrá su primer contacto con Taranto, uno de los primeros secundarios recurrentes de la serie. Taranto es un mercenario, igual que nuestro protagonista, que tiene la desgracia de cruzarse en el camino de Groo constantemente. Algo que siempre intenta volver a su favor, lo que le conllevará muchos sin sabores. Con el tiempo, el mercenario intentará evitar a su "viejo amigo" de correrías, que al encontrase de nuevo con él no parece recordar cual era el motivo por el que se enfadaron. Decir que Groo tiene memoria de pez sería todo un halago para nuestro protagonista de hoy. Ya lo creo que sí.

La serie comienza con un esquema centrado en historias más o menos autoconclusivas, a pesar de que, como iremos comentando, hay situaciones que se recuerdan, o personajes que reiteran sus apariciones. Llegará un momento en que habrá un nutrido grupo de secundarios que interactuará con Groo, incluso se encadenarán algunas historias que, aún leyéndose por separado son suficientemente autónomas, forman parte de una historia mayor y, sobre todo, más larga que con las que se inicia la colección. El primero de los secundarios sería el Trovador, un bardo que habla mediante rimas y poemas, el cual dejará constancia histórica de las hazañas de Groo. O de su solemne estupidez, según se mire. Este personaje será el nexo de unión entre el vagabundo protagonista y Arcadio, un héroe, de mentón pronunciado, como mandan los cánones, que se beneficiará de los aciertos y errores de Groo, al que lo acoge como lacayo. Así, conseguirá la mano de una bella princesa y el acogedor hogar de un reino hechizado al que ayudará a recobrar su esplendor. Un regalo que rechaza Groo, debido a que el hechizo le despista un poco. Lo peor es que no conseguirá probar la maravillosa fondue de queso, una de las mayores debilidades del personaje. Aunque, la dieta de Groo es bastante variopinta, y algo extravagante, por llamarlo de alguna forma. La imaginación del autor nos hará ver la cantidad de cosas que se pueden comer pinchadas en un palo, bajo un fuego, en momentos de necesidad. Lejos de vivir en la tranquilidad más absoluta, algún tiempo después, Arcadio y el pueblo sufrirán las consecuencias de una misión de Groo, que conllevará treinta y dos hechizos y contrahechizos para recuperar su estado normal. Porque nuestro protagonista es un poco lento de mollera, aunque no sepa lo que significa. De todas formas, también hay que decir que Arcadio es un héroe tan peculiar como nuestro protagonista.

A medida que avanza la serie, Aragonés comienza a profundizar en el pasado de Groo, lo que nos llevará a conocer al Sabio, un anciano acompañado de un perro llamado Compostar (uno de los secretos mejor guardados del autor) y un bastón con un porrón enganchado, cuyos diálogos están llenos de dichos populares. Pronto descubriremos que este personaje está ligado a la infancia de Groo, en la cual ya despuntaba por su ineptitud, acompañada de su incapacidad para tener ideas, algo que le frustrará bastante. Lo malo es que cuando tiene ideas el caos se aproxima, algo que sufrirá, en sus propias carnes, su hermana Grooella. Nadie podrá negar que por sus venas corra la misma sangre, ya que son como dos gotas de agua, aunque se diferencian en el pelo. Un recuerdo de la tormentosa infancia vivida junto a su hermano.

Grooella se presenta como la regente de un reino acosado por los invasores. La desesperación del momento le llevará a solicitar la ayuda de su "querido" hermano, lo que supondrá el final de su reinado, su castillo, y, podríamos decir, hasta de su paciencia. Cabe destacar el papel de Groo en el asedio con el que intentan recuperar las posesiones de su hermana, el cual marcará la diferencia dependiendo del bando en el que se sitúe en la confrontación. Algo que cambia de forma arbitraría según el momento y las circunstancias. La vida de Groo es así de dinámica.

Posteriormente, conoceremos a otro miembro de la familia. Uno que conseguirá utilizar mejor las "aptitudes" de Groo. Hablamos de la abuela de Groo, una mujer despierta para los negocios y las capacidades esotéricas que llegará a conseguir grandes provechos de su nieto. Incluso amortizará una buena boda, pero cuando todo parecía estar dispuesto para un futuro lleno de riquezas, Groo acaba estropeándolo todo, ya que le cuesta horrores concentrarse en su nueva identidad, el Príncipe de Chinchester. Una identidad que dará mucho juego a lo largo de la serie. No obstante, la abuela será la única capaz de infringir un castigo físico a Groo, algo que llenará de satisfacción a Grooella.

Teniendo en cuenta que esto es una parodia de la fantasía heroica, género conocido popularmente como espada y brujería, hasta ahora solo habíamos tenido espadas, pero eso va a cambiar, ya que nuestro personaje se introducirá en el pérfido arte de la magia de manos de un par de brujas que se hacen llamar Arba y Dakarba. Ambas, intentarán utilizar las "habilidades" (es un decir) de Groo para que les consiga diferentes artefactos místicos que les permitan recuperar sus poderes mágicos. Obviamente, esto no siempre saldrá según lo previsto, y, en una ocasión concreta, Groo poseerá un talismán con tal poder que sus pensamientos se harán realidad. Aunque su primer enemigo, de carácter nigromántico, será Gavito el brujo, que nos recuerda sospechosamente a Toth Amón, o a un primo lejano suyo. La magia estará presente en las aventuras de Groo y dejará una marca indeleble en su vida. Además de hacerle vivir experiencias tales como convertirse en pez y tener la altura de un gnomo para introducirse en el corazón de la tierra. Una aventura en la que domará a un murciélago, que convertirá en su corcel alado, porque la vida de Groo está llena de emociones fuertes, no te quepa la menor duda.

Para destacar la "inteligencia" de nuestro protagonista, Aragonés creará a Pal y Drumm, una pareja formada por un estafador árabe (Pal) y un forzudo poco sesudo que no aguanta ni un asalto con Groo (Drumm). En sus diferentes aventuras, intentarán aprovecharse del poco seso del bárbaro para conseguir estafar a la gente y, a su vez, enriquecerse ellos. Huelga decir que nunca lo llegan a conseguir, de hecho, Groo será rico antes, gracias a un negocio con armas, aunque su riqueza será efímera, mientras que el dúo seguirá sus negocios llenos de aviesas intenciones por los caminos de Dios. Su mayor esperanza, como la de casi todos, es no volver a encontrarse jamás con Groo, pero ya os podéis imaginar como funciona esto…

Pero si hay algo que es importante en un héroe es estar bien acompañado en sus aventuras. Y no hay nada mejor que tener un perro fiel como Rufferto, el mejor amigo de un Groo. La historia del can de piel moteada comienza cuando, hastiado de una vida fácil y acomodada en un palacio real, decide marcharse en busca de aventuras. Para ello, nada mejor que unirse a un aguerrido aventurero como Groo, el cual le causa una buena impresión desde el primer momento. El problema es que el anterior amo del perro establece una gran recompensa a aquel que se lo devuelva. Esto propiciará que muchos incautos piensen que pueden quitarle el perro a Groo, pobres desgraciados… La cuestión es que entre ambos nace una relación de amor intenso, a pesar de que la primera intención de Groo es comerse al can para cenar, de hecho, lo mantiene como una reserva para cuando las cosas le vayan mal. Aunque con el tiempo se demostrará que Groo le ha cogido cariño a su fiel compañero, cuando tras ser raptado por unos cazadores de fortunas, le engañan haciéndole pensar que se lo ha comido. Esto le sumirá en una profunda depresión, en la que verá a Rufferto por todas partes. Posiblemente sea una de las pocas cosas que su memoria consigue guardar por mayor tiempo. Finalmente, los inseparables compañeros se volverán a unir. Y es que no hay nada mejor que un perro para guardarle las espadas a Groo, un momento que resulta propicio para el nacimiento de un héroe en la comunidad perruna, cuya fama no tendrá límites, estando a la altura de la de su amo. Casi podríamos decir que es una fama centrada en la adoración, mientras que la fama de Groo está basada en el miedo y el caos que provoca su paso por cualquier ciudad que tenga la desgracia de acogerlo. Está claro que son tal para cual, una asociación que ni el valioso collar de diamantes que lleva Rufferto la separará; una asociación basada en el ¿amor? Quizá debamos dejarlo en el cariño…

Pese a todo esto, nuestro protagonista de hoy no estará exento de ese sentimiento lleno de romanticismo. Su corazón palpitará de alegría al conocer a la mujer de sus sueños. Su nombre es Chakaal y su manejo de la espada es colosal. Groo sentirá la flecha de Cupido el mismo instante en que la vea, al igual que la amazona sentirá un rechazo ante tal devoto admirador. La aparición de la guerrera hará tambalear la estabilidad emocional de Rufferto, dando lugar a un extraño triángulo amoroso que ríase usted de los creados por Stan Lee en la Marvel sesentera. Juntos vivirán trepidantes aventuras, lucharan contra dragones y arañas gigantes, hasta que un infortunado hundimiento mostrará la presunta muerte de Groo. Momento en el que Chakaal seguirá su camino hasta que, posteriormente, descubra que su enamorado amigo no había muerto, reanudando el "idílico romance", al menos para una de las partes implicadas.

Chakaal no será la única mujer en la vida de Groo, posteriormente conocerá a Thaiis, una joven que forjará su leyenda como una versión femenina de Robin Hood. Una historia que une pasado y presente, en la que Groo tendrá su papel estelar en la restauración de la paz y la justicia (o algo parecido) en el reino de la muchacha. De esa forma, nuestro protagonista contribuirá, con su peculiar estilo, a engrandecer una leyenda que tuvo un final feliz. Seguramente la única de toda la serie.

Finalmente, llegamos a la conclusión de que estamos ante una serie que utiliza los elementos de la fantasía heroica: tesoros, dragones, batallas y héroes, en un tono humorístico, acompañado de una lírica muy divertida y de un personaje que hace lo que mejor sabe hacer: divertir al lector. Además, combina elementos del mencionado género con ambientaciones de la Baja Edad Media, la cultura celta y anglosajona, o elementos propios de la antigua Grecia, o la cultura maya, de forma que no desentonen en este universo atemporal en el que se desarrollan las aventuras de Groo. Una fórmula basada en la sátira y el humor desenfadado sobre cuestiones de la vida cotidiana con un toque de crítica social en algunos momentos, que mediante chistes constantes nos hacen esbozar una risa, a veces hasta una carcajada. Porque Sergio Aragonés demuestra que ante todo es un humorista; uno capaz de hacernos reír, que no es poco.

La edición española no estará exenta de vicisitudes, ya que la editorial española acerca al personaje aún más a la "inspiración" del autor, transformando el nombre original de Groo en Groonan, durante el primer intento de Forum de publicar la serie. Un criterio bastante cuestionable que, además, no se sigue con la rigurosidad que debiera, debido a que unas veces se emplea el nombre original y otras el otro. Todo un desastre. A esto, hay que sumarle que en cada grapa española se incluyese un número completo USA y otro partido por la mitad. Algo que en esos momentos puede parecer una solución de lo más lógica y acertada, pero que a mí me parece una aberración. Aunque, obviamente, eran otros tiempos.

Sea como sea, la serie no parece tener una acogida demasiado calurosa, por que no dura más que un año, siendo cancelada por falta de ventas en el número 12. Comenzaba un tortuoso camino editorial para el personaje, en el que la uniformidad de formatos o la repetición de material estarían muy presentes. El siguiente intento tampoco es que fuese demasiado afortunado, teniendo en cuenta que solo duró once entregas, pero esta vez bajo el titulo original: Groo The Wanderer. En tomitos que se llegarían a llamar formato prestigio (vete tú a saber porqué), respetando el tamaño comicbook original e incluyendo dos números USA por cada uno de la edición española. Fue una edición bastante decente, pese a que se repitiera la publicación de Groo the Wanderer #18, algo que tiene cierto sentido teniendo en cuenta que es la primera aparición de Grooella, y el punto de partida de una historia que continúa en números posteriores. Aunque, como digo, no tuvo suficientes ventas para que se mantuviera. A pesar de todo, la editorial tenía cierto interés en seguir publicando las aventuras de Groo, por lo que buscó una forma editorial rentable para todos. La solución fue publicar la serie en tomos de cadencia semestral, cuyo primer ejemplar enlazara con el último número de la serie cancelada. Así, llegaba a las librerías Groo el Errante: El retorno. El título es toda una declaración de intenciones, pero lo realmente interesante es que cada tomo era el resultado de un trabajo realizado en la editorial española. De esa forma, se pusieron en contacto con el autor, cuya ayuda sería determinante en los diferentes recopilatorios que se irían publicando: cuidaría la elección de los materiales en cada tomo, realizaría portadas exclusivas para la edición española y dibujaría una pequeña historieta que serviría de prólogo en el primer tomo. En ella, Aragonés explica el proceso creativo para la elaboración de cada número de la serie de Groo. Además, explica, por fin, cual es el cometido de Mark Evanier, un autor que figura en los créditos de la serie desde sus inicios y cuyo trabajo parece estar centrado en transcribir las ideas del autor hispano-mexicano a la lengua de Shakespeare, debido a las limitaciones con el idioma de Aragonés.

Con un total de 12 tomos se publica de manera ininterrumpida hasta Groo the Wanderer #105, quedando inédita la parte final de la serie. A pesar de que se publicarían algún tomo posterior a la etapa de Marvel. Estaba claro que en nuestro país, Groo lo tenía bastante complicado. Aunque antes, la editorial consiguió que se recuperara en tomos parte del material previamente recopilado en las series regulares. Concretamente serían tres tomos: Groo y Rufferto: Tal para cual, Groo: Inferno y Groo: Jamboree. También hubo una reedición de la serie desde el principio en una colección titulada Groo el Errante, que alcanzó los 24 ejemplares, cuya peculiaridad residía en que era una edición en blanco y negro. Se había prescindido del color en unos tebeos que tenían menos de una década. Posiblemente con la intención de acercarse a la estéticas de los magazines protagonizados por Conan. El mundo editorial y sus misterios…

En definitiva, estamos ante unos tebeos de corte humorístico, que recuerdan terriblemente a los grandes maestros del humor español como Ibáñez o Jan, pero desde el otro lado del Atlántico. Un personaje tan entrañable como idiota que nos ayuda a pasar momentos llenos de diversión. Quizá no sea una recomendación que deba hacer a la ligera… ¿Habré errado?


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