Una de las características de la Marvel clásica es el afán por mantener un universo de ficción interrelacionado. Para conseguirlo, veríamos a personajes deambular por diferentes series, dándonos la sensación de contemplar una pequeña porción de algo mayor y más ambicioso. En mi opinión, hay uno que destaca sobre el resto. Por eso, hoy os contaré la historia de…

UN HOMBRE ENTRE LOS SUPERHÉROES
por Óscar Rosa Jimenez


Antes que nada, deberíamos hablar de los sidekicks, un concepto que primaba en los cómics de la Distinguida Competencia, pero que nunca fue del agrado del bueno de Stan Lee. El término se aplicaba, o quizá debería decir se aplica, a aquellos personajes que, a pesar de su juventud, acaban acogidos bajo el manto de un superhéroe curtido. Generalmente, adoptaban un nombre acorde con su juventud y formaban parte de una segunda generación que, en muy pocas ocasiones, llegaba a cumplir su lógico cometido: ser el relevo generacional.

Como iba diciendo, este concepto no atraía demasiado en Marvel, lo que no significa que no se introdujesen jóvenes interactuando con superhéroes. Todo lo contrario, pero sería de una forma totalmente diferente e, incluso, me atrevería a decir que novedosa. El mayor exponente de esta "innovación" sería el protagonista de la sección de hoy: Rick Jones.

La presentación de Rick Jones se produce en The Incredible Hulk Vol. 1 #1, donde se nos presenta a un joven alocado y algo irresponsable que, para demostrar su valor, se cuela en unas instalaciones militares a tocar la armónica. En aquellos momentos, se realizaban las pruebas de un proyecto relacionado con la Bomba Gamma, por lo que su vida corría peligro. Bruce Banner, en un acto de heroísmo, saldría para avisar al distraído joven, pero el sabotaje por parte de un espía ruso provocaría un accidente, del cual nacería Hulk. A partir de ese momento, nacería una estrecha colaboración entre ambos, de forma que el joven intentaría rectificar su error, convirtiéndose en algo parecido a un ayudante de aquel hombre que le salvó la vida.

Como podemos ver, el personaje asimila el concepto de sidekicks, pero lo retuerce hasta convertirlo en algo ligeramente diferente; en algo más fresco y novedoso. Sin embargo, posteriormente acabaría abrazando el concepto de forma descarada, convirtiéndose en el compañero del Capitán América y sustituyendo al por entonces fallecido Bucky Barnes.

Todo esto sucedía en la serie de Los Vengadores, la cual sería el siguiente destino del personaje, tras la cancelación de la serie del Goliat Esmeralda. Y es que, Rick Jones, tendría parte de responsabilidad en la reunión de los Héroes más poderosos de la Tierra, ya que su recién creada Brigada Juvenil, un grupo de radioaficionados que seguían los movimientos de Hulk, sería el vehículo utilizado por Loki para llamar la atención de su hermanastro y eterno enemigo, Thor, conduciéndolo a una trampa que acabaría con la unión de los héroes que conformarían Los Vengadores. Todo esto no era más que una combinación entre marketing e "inspiración" de la colección que generaba mayores beneficios en la competencia.

Su papel inicial, en la serie de Los Vengadores, se circunscribiría al control de Hulk mediante su pequeño club, pero poco a poco acabaría adquiriendo otras funciones y se convertiría en un secundario recurrente. La llegada del Capitán América sería decisiva en su siguiente fase, ya que acabó siendo su compañero, como he comentado anteriormente. La combinación nos puede resultar algo extraña pero, en aquella época, Steve Rogers era un hombre desplazado de su tiempo, que se sentía solo y añoraba la pérdida de su compañero perdido en la guerra. Con la ayuda de Rick, comenzó a superar algunos de sus miedos, aunque el muchacho le recordaba tanto a su fallecido amigo que la relación se volvió tensa. Además, no se le llegó a considerar Vengador de pleno derecho, por lo que el joven se sentía algo defraudado. De esa forma, regresa a la colección de Hulk, que entonces compartía protagonismo con Namor en Tales To Astonish, volviendo al punto de partida. Rick estaría a caballo entre la colección de Hulk y la del Centinela de la Libertad durante un tiempo hasta que, en Captain Marvel vol.1 #17, se toparía con algo que le cambiaría la vida: las Nega-Bandas. Este suceso lo acercaría más aún al mundo de los superhéroes, ya que estaría íntimamente ligado a uno, concretamente al Capitán Marvel, que ostentaba el nombre de la editorial, nada más y nada menos. Al entrechocar las Nega-Bandas, Rick liberaría al Capitán Marvel de la Zona Negativa, mientras que éste ocupaba su lugar en dicho emplazamiento. De esta forma, se convirtió en el álter ego de Mar-Vell, una unión que supondría una pesada carga y una intromisión en su vida privada. Un importante escollo para su carrera musical, otra de las facetas del personaje que acabó cayendo en el olvido más absoluto.

Este binomio lo llevaría a ser una pieza clave en la mítica Guerra Kree-Skrull (MG Los Vengadores: La Guerra Kree-Skrull), donde se volvería a encontrar con sus viejos compañeros. Finalmente, tras un largo periodo, volvería junto a Hulk, buscando de nuevo la redención. Así, tendríamos un back to basics ya que, incluso, volvería a reunir a la Brigada Juvenil. Aunque también arriesgaría su vida en un intento por ayudar al Gigante Esmeralda, sometiéndose a la radiación Gamma, lo que le llegaría a provocar un cáncer. El destino parecía cebarse con Rick, llevándolo por caminos paralelos a los de Mar-Vell, con una enfermedad que provocó la muerte de su amigo y compañero en una historia magistralmente narrada por Jim Starlin (MG Vida y muerte del Capitán Marvel).

Este terrible descubrimiento tendría lugar en ROM Vol. 1 #54, otra de las series en las acabaría recayendo como el ayudante de turno. A estas alturas, nadie puede dudar de que Rick sea un hombre de mundo, aunque también se puede pensar que nadie tenía claro qué hacer con él. Un bandazo tras otro lo convertían en un personaje inestable, cuya aparición en una colección no parecía destinada a la permanencia. Por otro lado, podríamos verlo como un personaje en constante evolución y el paradigma perfecto de lo que significa un universo cohesionado. Sea como sea, conseguiría superar la enfermedad que lo acosaba y, en ROM Vol. 1 #72, el Todopoderoso lo cura del cáncer en una historia enmarcada dentro de las Secret Wars II. Ahora, podríamos decir que tuvo una segunda oportunidad en la vida; una en la que Peter David tendría mucho que decir.

El responsable del regreso de Rick Jones a la serie regular de Hulk sería John Byrne, justo a tiempo para asistir a la boda de Bruce Banner y Betty Ross, en el que sería el último número de su breve etapa con el personaje (The Incredible Hulk vol.1 #319). En aquella historia, Rick convertiría su papel de invitado en protagonista, ya que recibiría un disparo del padre de la novia, que no veía con muy buenos ojos aquella unión en matrimonio. Aquel incidente lo situaba de nuevo en las puertas de la muerte, aunque lograría evadirla una vez más, pero lograría salir del sartén para caer en las brasas porque en una nueva intervención del General "Trueno" Ross acabaría convirtiéndose en un nuevo y temido Hulk.

Esta nueva situación no se alargaría demasiado en el tiempo, gracias, entre otros, a la brillante mente del Líder. Tantas vivencias, en una vida tan corta, dan para escribir un libro, así que se pondría manos a la obra y escribiría su autobiografía bajo el titulo Compañero. Desde luego, tenía muchas cosas que contar y, al parecer, muy interesantes, porque tuvo bastante éxito. Le había llegado el momento de triunfar por sí mismo.

En plena etapa de Peter David, iniciaría una relación con Marlo Chandler, una despampanante mujer que llegaría a demostrar que la belleza no solo está en el exterior. La relación culminaría en boda, en Incredible Hulk vol.1 #418, trato con Mefisto incluido (esto me suena de algo…); aunque antes moriría y resucitaría, gracias a un pacto con el Líder. Esto, unido a la muerte y resurrección de Rick poco tiempo antes, nos hace pensar cuán efímero es un óbito en el Universo Marvel. A lo mejor, un día me animo a hablar de ello…

Quizá, la frase "Vivieron felices y comieron perdices" no se ajuste demasiado a esta pareja, a pesar de que ambos llegarían a presentar un programa de televisión juntos, en sus mejores momentos, algo que era de esperar teniendo en cuenta el turbulento pasado de nuestro protagonista. Pero la cuestión es que Apocalipsis lo controla para utilizarlo contra Hulk, y el enfrentamiento le produce un daño masivo en la médula espinal que lo deja postrado en una silla de ruedas (The Incredible Hulk vol.1 #457 - 458).

Esta nueva situación será un duro golpe para Rick, que logrará superar, en parte, gracias a Marlo. No obstante, su convalecencia no durará demasiado, y Kurt Busiek rescata al personaje para su macro historia en Avengers Forever. Porque, al fin y al cabo, logró conseguir el carnet de vengador en algún momento de su agitada vida. Al final de esta maxiserie, Rick realizaría un nuevo back to Basic, ya que acaba unido a Genis-Vell para salvar su vida. De esa forma, la historia se repetía, con Nega-Bandas incluidas, aunque en esta ocasión la idea sería desarrollada por un inspirado Peter David, que nos conduciría a una descacharrante comedia de situación, en la que se resucitaría al Capitán Marvel como concepto.

Una vez más, los caminos de Peter David y Rick Jones se volvían a cruzar, pero, en esta ocasión, el personaje tomaba un mayor protagonismo y su vida era realmente el motor de la serie; una vida llena de aventuras, dramatismo e ingentes cantidades de humor plagado de sarcasmo. También sería un buen momento para redescubrir el amor en su matrimonio y ver cuanto le gusta seguir el camino del héroe.

Como se suele decir, nada es para siempre; así que, en épocas más recientes, volvería a relacionarse con Hulk. Aunque, en esta ocasión, el bueno de Jeph Loeb optaría por convertirlo en un monstruo más de la extensa familia gamma. Transformado en una bestia azul con aspecto de armadillo, se haría llamar Bomba-A, comenzando su vida como un marginado social y conociendo de primera mano qué se siente al ser un Hulk, a pesar de que ya lo viviera de forma breve en el pasado; algo que seguramente desconocía el autor.

Con este repaso a la vida de Rick Jones, podemos constatar cómo vive una persona normal en un mundo lleno de superhéroes. Alguien que, al fin y al cabo, es muy parecido a nosotros, y que creció leyendo tebeos, con la diferencia de que toda aquella fantasía se encontraba dentro de otra, que finalmente acabó formando parte de su propia realidad. No me cabe duda de que estamos ante uno de esos personajes cuyo reflejo es el de muchos autores que vieron culminados sus sueños, trabajando en aquello que realmente, siendo niños, les apasionaba: los cómics. Una parábola de la realidad que acabó dando saltos por medio Universo Marvel, para que todos los que lo desearan pudiesen aportar su granito de arena a un sueño que se transformó en realidad. Todos querían participar en la vida de Rick y sentirse un poco como él. Alguien que superó su etapa de sidekick para protagonizar sus propias historias y ser un héroe de verdad en un mundo de superhombres.


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